Jesús nos dejó al Espíritu Santo
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Jesús nos dejó al Espíritu Santo

Para muchos cuando Jesús dejó este mundo significó el fin de una oportunidad de salvación, pero resulta que Él no nos dejó solos, dejó en este plano terrenal al Espíritu Santo, por eso quiero invitarte a conocerlo hoy.

Continuemos hablando en esta noche acerca de la persona del Espíritu Santo. Hemos estado estudiando el tema, le hemos titulado: ‘Hola, soy el Espíritu Santo’. La premisa y por la cual comencé esta serie de mensajes es que, como he explicado una y otra vez, en algunas ocasiones todos hemos tenido la experiencia de que se nos presenta a una persona y la primera impresión que recibimos de él o de ella simplemente nos marca por el resto de la vida. 

Esa persona que tú conociste un día, a lo mejor no estaba en el mejor humor, no estaba en el mejor momento y te cayó mal. O a lo mejor eras tú el que no estabas en el mejor momento y pasó algo que simplemente no te agradó. Y toma la fuerza de voluntad de uno volver a decir: ‘Oye, tiene que haber algo detrás de esa persona, déjame volverla a conocer’ y vencer esa primera impresión que de momento te hizo separarte o distanciarte de esa persona. Creo que así pasa muchas veces con la persona del Espíritu Santo. La primera impresión que alguna gente tiene del Espíritu Santo hace que la gente nunca quiera conocerlo. 

Por ejemplo, para algunos la primera impresión es llegar a un templo, a un edificio, y hay un momento de unción, de mover del Espíritu Santo, y hay alguien hablando en lenguas, o hay alguien temblando, o hay alguien teniendo una experiencia y la gente se queda en shock. Y los nuevos dicen: ‘¿Qué es eso? Yo no quiero eso.’ La gente de la mente piensa: ‘Eso es ridículo, eso es mentira, aquello lo otro.’ Y de ahí en adelante, cuando tú le dices: ‘¿Quieres recibir el Espíritu Santo?’, la gente se detiene dentro de todo ese proceso porque la primera impresión quizás no fue la mejor en el momento en que la dieron. 

Otros simplemente por las predicaciones, las ideas que han proyectado a través de los tiempos, los mensajes que has escuchado, que no proyectan realmente quién es el Espíritu Santo. Y eso es lo que hemos querido de alguna manera u otra hacer en el día de hoy: tratar de presentarte otra vez, de introducirte otra vez a la persona del Espíritu Santo, para que lo veas a él de la forma correcta, como él quiere que tú lo veas.

Te mencionaba el último mensaje que Juan capítulo 14 y 16, para mí y para muchos escritores, es de las expresiones más bonitas y certeras que vas a tener de la descripción de la obra del Espíritu Santo en el tiempo presente. Nuestro Señor Jesús tomó esta porción, este tiempo, para explicarle a sus discípulos quién era el Espíritu Santo. Y lo hace diciéndoles: ‘Voy a enviarles al Consolador, voy a enviarles a otro que va a hacer por ustedes lo que yo hice por ustedes durante todo este tiempo.’ Y el Señor Jesús se encargó de demostrarles y enseñarles que vendría el Espíritu Santo a tomar su lugar, su posición. 

Ya no lo Iban a ver que no lo iban a tener físicamente al lado, pero no estaríamos abandonados, no estaríamos huérfanos. Tendríamos al Espíritu Santo en nuestras vidas, en nuestro interior, en nuestro ser. Y haría la misma función que Él hizo con sus discípulos. Y explicamos algunas características de esa función que el Señor Jesús hizo con sus discípulos y que nosotros podemos esperar en nuestras vidas. 

Dentro de eso mismo, observamos cómo el Espíritu Santo estuvo en todas las etapas de la vida de Jesús, desde el nacimiento, desde la concepción hasta el nacimiento, toda su vida, todo su caminar, los milagros, la obra de Cristo Redentor en la cruz del Calvario, en la muerte, en la resurrección. La persona del Espíritu Santo fue personaje principal dentro de todo ese proceso. Y así debe ser también nuestra expectativa.

El día que tú entiendas que tú fuiste concebido por causa de que Dios te escogió y que el Espíritu Santo estaba ahí, y que tu nacimiento fue uno poderoso y que el Espíritu Santo estaba ahí presente, y que en tu niñez tú no entendías todas las cosas, pero el Espíritu Santo te ha ido cuidando, te ha ido guardando, la presencia de Dios ha estado contigo. Y cuando tú miras toda tu vida, te das cuenta que en cada etapa importante el Señor ha estado ahí, tu vida y tu perspectiva de la vida cambia para siempre.

Hoy vamos a ver algo un poquito, me parece, más profundo. Y venimos aquí a estudiar la Palabra del Señor, a estudiar la Biblia. Y quiero establecer un concepto que me parece interesante que entendamos antes de ir a unos versos. Cuando nosotros miramos los evangelios, Mateo, Marcos y Lucas se conocen estos tres evangelios como los evangelios sinópticos. Tienen una relación entre estos tres evangelios. 

El libro de Juan se saca un poquito aparte de esa relación, porque el libro de Juan, aunque es un evangelio, tiene una connotación de una explicación más, podemos decir, para hacer una palabra más fácil, teológica de la persona de Dios. Y Juan muestra a Dios desde una perspectiva muy diferente a la que la hace Mateo, Marcos y Lucas. Por ejemplo, ¿por qué hago esta aclaración en el día de hoy? Porque en el libro de Juan vamos a ver un evento que ocurre y hoy no lo vamos a ver, pero lo que voy a explicarte tiene que ver con ese evento. 

Vamos a observar un evento que ocurre en la vida de los discípulos que está bien asociado a lo que ocurrió el día de Pentecostés. Y algunos estudiosos piensan que lo que se escribe en Juan es básicamente otra descripción de lo que ocurre en el día de Pentecostés. El día de Pentecostés lo vemos en el capítulo dos del libro de Hechos. Y para el que no lo conocía, el autor del libro de Hechos es Lucas. 

Así que Hechos viene a ser la continuación del libro de Lucas. Así que, si queremos entender Hechos, tenemos que ver cómo Lucas escribe Lucas para ver la continuidad del mensaje que quería llevar al público en particular.

En el libro de Juan, vamos a tener unos eventos donde no solo el Señor Jesús, en Juan capítulo 14 y 16, le expresa a sus discípulos quién era el Espíritu Santo, sino que también se nos cuenta cómo él los bautiza con el Espíritu Santo en dos ocasiones. Dice la Biblia que entra a puerta cerrada y les dice: “Aquí estoy, paz”. Y sopló sobre ellos el Espíritu Santo y estuvo con ellos. Son tiempos, dice la Biblia, y les enseñó la palabra. Y después vuelve y los bautiza con el Espíritu Santo. Hay personas que piensan que esa fue la manera de describir Juan lo que es la experiencia que describe Lucas en el libro de Hechos el día de Pentecostés. Así que hay personas que piensan que es el mismo evento desde dos perspectivas diferentes.

3 Comments
  • sadela jose latuff pineda
    Posted at 07:25h, 21 November Reply

    HOY 21 11 23 LATUFF SADELA PRESENTE….

  • Oswaldo Monier
    Posted at 08:43h, 21 November Reply

    Que la Presencia de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestro Precioso Espíritu Santo: nunca se aparten de mi vida AMADO PADRE CELESTIAL
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

  • Martha
    Posted at 19:10h, 21 November Reply

    Amén Espíritu dé Dios quédate en mi mente y corazón

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