30 Oct Permítete recibir el poder del Espíritu

La premisa de esta serie de mensajes es que creo que, a veces, sin darnos cuenta, una primera impresión incorrecta de una persona puede cancelar nuestra relación con esa persona por el resto de la vida. 

Todos hemos tenido la experiencia de tener malas primeras impresiones cuando se nos introduce a alguien por primera vez o se nos presenta a alguien. Luego, cambiar esa impresión es algo muy complicado, tienes que tener esa fuerza de voluntad y ese deseo de realmente conocer a esa persona para darle una segunda, una tercera, una cuarta y sabrá Dios cuántas oportunidades para eventualmente conocerla personalmente y poder decir: vale el esfuerzo tener esa relación. 

Creo que eso es lo que pasa con el Espíritu Santo en muchas ocasiones la manera en que se presenta la persona del Espíritu Santo no todo el mundo la entiende y su primera impresión, para muchos, no es la más agradable. Y por lo tanto, no aspiran a esa relación permanente con él. Nosotros estamos tratando de, si puedo decirlo así, reintroducir o volver a presentarte la persona del Espíritu Santo para que puedas entender quién es él y lo que él quiere hacer en cada una de nuestras vidas. 

¿Cuál es el propósito de que realmente desees una relación con él? Que puedas afirmar tu relación con él y que puedas permitir que su obra se complete en ti. Hemos visto varias cosas muy importantes, pero una de las cosas más importantes que hemos estado mencionando y que quiero utilizar hoy como el punto principal para lo que te quiero continuar mostrando es que lamentablemente creo que la única percepción que tienen algunos creyentes de quién es el Espíritu Santo es la manifestación que yo le llamo nuevo testamentaria. 

En otras palabras, para algunos la obra del Espíritu Santo es Hechos capítulo 2, el día de Pentecostés, pero la realidad es que la obra del Espíritu Santo y la manifestación del Espíritu Santo nosotros la vemos desde Génesis capítulo 1. Y para poder entender lo que ocurre en Hechos capítulo 2 tengo que entender quién es él y cuál es su obra a través de la humanidad para llegar a ese punto culminante, a ese momento tan crucial y después de ahí tengo que ver cuál es su obra dentro de la iglesia para este tiempo. 

Por lo tanto, el Espíritu Santo lo vemos desde la creación hasta la escatología, hasta el final de los tiempos. No lo podemos encerrar únicamente en un solo capítulo, en una sola experiencia, esa es una de las primeras cosas que yo quiero que tú recuerdes. 

Número dos: tenemos que recordar que el Espíritu Santo es una persona. El problema es que es fácil decirlo, es fácil hablarlo, pero es un poco difícil comprenderlo, porque si yo te digo Padre, el Dios Padre, automáticamente tú tienes una figura en tu mente de lo que es un padre. Hayas tenido un buen padre o no, tú sabes lo que es un padre; sabes lo que debería hacer; sabes lo que no debería hacer; y por lo tanto, es más fácil conocer y relacionarte con el Dios Padre porque nuestra mente tiene ya un significado a esa palabra. 

Si yo te digo Hijo y hablamos de esa segunda persona de la Trinidad como Hijo, de la misma manera tú sabes lo que es un hijo; sabes la relación que tiene con un padre; y esa imagen que tienes te ayuda a relacionarte con el Hijo. Ahora te digo Espíritu: ¿qué piensas cuando yo te digo Espíritu? Depende de dónde vengas porque para algunos espíritus lo que tú piensas con Espíritu es Gasparín el fantasma o, si eres más nuevo, más moderno, lo que piensas son las películas de horror; lo que piensas son esas imágenes, en esas ideas. Es algo etéreo; es algo que tú no puedes analizar claramente en tu mente. 

Solo mira al Espíritu Santo a través de la interpretación de su manifestación de poder, lo vemos como un viento, lo vemos como fuego, lo vemos como aliento, porque esas cosas sí las podemos entender. Pero él no es eso, él es una persona y para yo entender esa diferencia, tengo que entonces estudiar la Biblia por dos razones. 

Número uno: si yo solo me relaciono con el Espíritu Santo por el poder, entonces usaré al Espíritu Santo para lo que yo necesito y la fórmula correcta para destruir una relación es usar a una persona sin tener una relación con la persona. Entonces yo creo que hay mucha gente que quiere aprender el Espíritu Santo como si fuera un interruptor de luz, que lo podrías hacer si tienes una relación. 

Pero si eso es lo único que tú haces, no vas a construir una relación permanente con él y nadie puede tener una relación con poder. El poder solo se puede usar, administrar, manejar y si yo veo al Espíritu Santo solo a través de esas figuras, esa es la experiencia que yo voy a tener con él. Por eso es que yo tengo que estudiar toda la Biblia y me doy cuenta de que él es una persona. Y yo te di tan solo un par de referencias bíblicas, pero hay muchas más donde la Biblia dice que él se entristece, donde el espíritu se contrista, donde el espíritu se alegra, donde él toma decisiones, donde él se goza. 

Y esas son descripciones de una persona, el problema es que como no estudiamos estas cosas, entonces no hacemos esa diferencia. Por lo tanto, no nos relacionamos con él. 

Luego de que estamos claros de que él es una persona, definitivamente yo creo que debemos entender cuál es el poder de Dios, qué es lo que ese poder representa y cuál es el propósito de ese poder para que tú y yo podamos entonces recibir el beneficio de esa expresión de poder del Espíritu Santo en nuestras vidas.