19 Sep ¿Somos realmente libres?

El apóstol Pablo seguía diciendo en ese momento: “¿Cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?”. ¿Cómo es que quieres volver a lo que te esclaviza? Pablo les dice: “Ustedes salieron de ser idólatras”. Les está hablando a un grupo gentil. “Y ahora conocen a Dios, que los hace libres. Y ahora ustedes quieren servirle a un montón de leyes judías, judaizantes, y esclavizarse. Si Dios lo que los hizo fue libres, ¿por qué quieres obligarte a hacer algo que no es necesario para aplacar la ira de Dios y tener una relación con él?”. 

Lo primero que tienes que entender es que Dios te escogió y, como Él te escogió, Él te llamó y tú has reaccionado a Él y tú tienes la posibilidad del encuentro con Él, tienes la posibilidad del contacto con Él y no tienes que hacer nada para aplacar su ira.

Hermanos, los ídolos no son otra cosa que una manera de uno tratar de relacionarse con Dios con algo que no es necesario para relacionarse con Él y sin darnos cuenta, hay gente que tiene ídolos simplemente con imágenes. Hay otros que han hecho de su religión y de sus reglas su ídolo para poder, de alguna manera u otra, en su corazón sentirse que pueden ellos conectarse con Dios. 

Pero el apóstol Pablo dice: “Tú no tienes que volver a esa conciencia. Tú tienes que volver a la libertad de que tú eres un hijo de Dios, de que tú eres una hija de Dios, de que tú eres una persona redimida por la sangre de Cristo y que tu conocimiento de Él y por Él es lo que te hace verdaderamente libre”.

Lo que nos hace a nosotros mejor que los animales y que los ángeles es nuestro libre albedrío, el animal siempre permanece fiel a su identidad, punto y se acabó. No hay otra cosa. Y por su identidad como animal así es que va a actuar toda su vida y ellos no tienen problema, ellos no están cuestionando qué son o qué tienen que hacer. Ellos simplemente hacen. 

Es bien interesante porque en la Biblia se utilizan muchos ejemplos de animales para enseñarnos ciertas cosas pero hay un conflicto con eso. Por ejemplo, el Señor nos dice en el libro de Proverbios: “Mira la hormiga. Mira cómo trabaja en el verano para guardar para el invierno. Mira qué bonita la hormiga, que trabaja sin tener capitán, sin que nadie las dirija”. El Señor dice: “Mira cómo actúan”. Pero hermano, ¿por qué la hormiga guarda trabaja en verano y guarda para invierno? ¿Por qué? Porque es hormiga. Ella no vino a multiplicar, ella no vino al congreso, ella no necesitó que le sacaran, porque es una hormiga. Y las hormigas ¿qué hacen? Trabajan en verano y comen en diciembre, ¿cierto? Y tú las cambias para China y sabes lo que van a hacer: lo mismo. Y tú las mueves por otro sitio y van a hacer lo mismo porque son hormigas.

Ahorrar conlleva tu fuerza de voluntad y el ahorro tuyo, a diferencia del ahorro de una hormiga, es más valioso que el de la hormiga porque la hormiga ahorra porque es hormiga. Tú ahorras porque decides ahorrar. Pero, ¿por qué entonces no ahorramos si tenemos que ahorrar como la hormiga? Porque pensamos que la batalla está en decidir si ahorrar o no y  ahí no es que está la batalla, todo el que piensa que tiene ese libre albedrío es esclavo de su libre albedrío.

El ser humano es el único que con sus decisiones quiere cambiar todo lo que es y  desde que tú naces se establece un montón de cosas que tú no escogiste y que controlan tu vida por el resto de tus días. Todo aquel que piensa que puede cambiar un montón de cosas, hermanos, la gente piensa que es libre porque pueden decidir y no se dan cuenta los esclavos que son porque pueden decidir porque no es hasta que tú sabes decidir que eres verdaderamente libre y no hay muchas decisiones, hay una sola que tienes que tomar. Te la voy a contar ahora.

Tú no decidiste cuándo nacer, lo decidieron por ti. Tú no decidiste en qué familia ibas a nacer, lo decidieron por ti. Tú no decidiste en qué país ibas a nacer, lo decidieron por ti. Tú no decidiste si ibas a nacer en pobreza o en riqueza, lo decidieron por ti. Tú no decidiste el sexo con el que ibas a nacer, lo decidieron por ti. Ya está todo decidido y te guste o no, con cualquier cosa eso va a controlar un montón de cosas de tu vida.

Tú puedes cambiar y tratar de cambiar. Puedes quitarte el nombre, puedes quitarte el apellido, puedes negar tu familia, puedes negar tu país. Puedes cambiar de ciudadanía y hay un montón de factores que tú no puedes controlar porque naciste así. Tú puedes decir que no eres puertorriqueño y te vas para otro sitio, digo eso y la gente piensa que es libre, es que puedes cambiar y qué puede hacer un montón de cosas.

Los ángeles son otras creaciones de Dios y no son superiores a nosotros. ¿Por qué no son superiores los ángeles a nosotros? Porque no pueden decidir. Los ángeles tienen que adorar a Dios obligado como el peaje, no hay opción ninguna, no hay opción ninguna. Y lo único que cantan es una sola cosa: “Santo, santo, santo”. Santo y yo veo gente en la iglesia: “Hermano, practica aquí porque te vas a unir al coro de ángeles”. Y Dios allá arriba diciendo: “Yo no quiero otro ángel, lo único que me cantan es santo”. Dios no necesita otro ángel.

La adoración de un ángel es bien diferente a la tuya porque él está obligado a adorar. Tú no estás obligado a adorar a menos que hayas entregado tu libre albedrío y tu adoración viene de un conocimiento de Dios que el ángel nunca puede tener porque el ángel nunca será redimido porque nunca fue perdido. Y el ángel que canta allá arriba no conoce lo que es ser salvo porque nunca fue salvo.