16 Aug ¿Has sentido hambre realmente?
Hoy es día de victoria, porque la Palabra de Dios es el mapa de mi vida, la brújula de mi destino, la luz que alumbra mis pasos y la llave que abrirá puertas de salvación, de sanidad, de bendición, de prosperidad y de fe para mí y mi familia. Juntos declaramos y creemos que seremos empoderados por la Palabra.
Es normal que el ser humano tenga hambre, lo que tenemos que cuidar son nuestros apetitos. Hay una gran diferencia entre estos dos conceptos. Y lamentablemente, en la sociedad en la que nosotros vivimos, con tanta abundancia de comida, con tanto mercadeo a nuestro alrededor, con tantos anuncios para provocarnos a tomar acción, la gente vive más por apetitos que por hambre.
De forma básica, el hambre no es otra cosa que el sentido natural de tu cuerpo mandándome una señal diciéndome que necesito comer. Probablemente pasaste un par de horas o cantidad de tiempo sin alimento, tus energías comienzan a bajar y el cuerpo te avisa y tienes que comer. Pero los apetitos no tienen que ver con el hambre. El apetito tiene que ver con los deseos, tiene que ver con las emociones, donde comenzamos a desear ciertas cosas.
Lo interesante es que hace falta también apetito para satisfacer el hambre, una persona puede tener hambre y perder el apetito. Por ejemplo, esa es la gente que está deprimida. Una persona puede llegar al punto de simplemente morirse de hambre porque pierde el deseo de simplemente comer. Así que hacen falta los dos elementos.
Pero la realidad es que deberíamos vivir más por el hambre que por el apetito. A menos que el apetito sea por las cosas correctas porque lo triste del apetito, como es algo mental o emocional, es que por lo general desea cosas que no son tan satisfactorias para nuestras vidas. Por lo tanto, deseamos comida que es comida chatarra, deseamos alimentar nuestras emociones, deseamos más que simplemente satisfacer nuestra hambre. Simplemente lo que satisfacemos es quizás el estrés, la ansiedad, la depresión. Por eso el comer chocolate, el comer dulce, el comer a la hora inapropiada y comenzamos a desear las cosas que no son correctas en nuestra vida.
La realidad hoy no es una clase de nutrición. La realidad es que yo quiero que apliquemos eso a lo que es el espíritu porque nosotros en el espíritu debemos tener hambre y tenemos que vencer los apetitos de nuestra carne.
Nuestro Señor Jesucristo nos dijo claramente: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán verdaderamente saciados”. Todos los días de nuestra vida nosotros vamos a tener una batalla entre el hambre y el apetito. Vamos a tener que ceder a nuestros deseos o vamos a tener que escoger realmente cuál es el alimento que necesitamos cada día en nuestras vidas.
Y mi oración en esta mañana es que tú sólo desees una cosa: conocerlo a Él más, al Cristo crucificado y resucitado por ti y para ti y que puedas tener el deseo de conocer a Dios cada día más, que haya hambre en tu vida de sed de justicia y juicio. Que cada día cuando tú te levantes te inspires y desees conocer más de Él.
Claudia Garcia
Posted at 09:47h, 16 AugustBendiciones pastor es una palabra de bendición para mi vida gracias.
Jhon Mario Rojas
Posted at 10:38h, 16 AugustAmén 🙏
marttha
Posted at 11:10h, 16 AugustAmén la palabra es nuestro alimento diario
marttha
Posted at 11:12h, 16 AugustAmén Aleluya
La palabra es nuestro alimento diario