28 Jul El día que lo cambió todo

En el verso 17 leemos que Dios le dijo al hombre: “Por cuanto obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol que te prohibí, la tierra será maldita por tu culpa. Con dolor sacarás de ella el alimento todos los días de tu vida. Te producirá espinos y cardos, y comerás hierbas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas al polvo, pues de él fuiste hecho. Polvo eres y al polvo volverás”. 

Luego, en el verso 20, vemos que Adán le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella sería la madre de todos los vivientes. Pero ¿cómo puede ser madre de todos los vivientes alguien que está muerto? ¿Cómo puede decirle a ella: “Tú eres la mamá de todos los vivientes”, cuando se supone que si comía del árbol moriría? Esta es la paradoja que quiero que veas por un momento: la realidad es que espiritualmente todos nosotros estamos muertos. 

Naturalmente nacimos muertos, espiritualmente hablando. Nacimos desconectados de Dios, sin relación con Él. 

Pero hay un momento en nuestra vida en que, por alguna razón, llegamos a esa conexión divina y nos damos cuenta de la necesidad que tenemos de Dios. Nos damos cuenta de que por nuestras propias fuerzas no podemos seguir, de que el rumbo que llevamos en nuestra vida no cambiará si Dios no interviene. Y seguimos siendo los mismos hasta que nos rendimos y nos damos cuenta de nuestra condición de muertos, porque no podemos hacer nada para cambiar nada. Un muerto no puede hacer nada. 

Entonces es cuando despertamos a la vida de Cristo en nosotros y empezamos a depender de Él para vivir en esta vida naturalmente hablando. Ese es el momento grande que todos nosotros hemos vivido: hubo un día en que nuestra vida estaba al borde del abismo, hubo un día en que llegamos a los últimos 15 minutos de nuestro partido, hubo un momento en que nos dimos cuenta de que sin Dios no podemos hacer nada. 

Y hubo un momento en que nos dimos cuenta de que nuestra vida tenía que cambiar. No sé si fue por los problemas de la vida o por una revelación espiritual, pero ese día entregamos nuestra vida al Señor y de repente lo que estaba muerto cobró vida en el espíritu, cobró vida dentro de nosotros. Y eso es lo que nos da esperanza de vivir una vida de plenitud. Pero fue la realización de llegar a ese punto crucial en nuestra vida. 

Hay gente que nunca llega a ese punto crucial y es triste. Hay personas que aunque llegan, nunca lo aprovechan. ¿Cuándo vas a despertar y ver que lo que estás haciendo puede dañar tu matrimonio y traer consecuencias graves? Hermano, cada vez que cometes un error, afectas a tu esposa, a tus hijos, a todos los que te rodean. Ellos reciben las consecuencias negativas de tus acciones.

El error de Adán hizo que la serpiente se arrastrara toda la vida, hizo que Eva sufriera dolores, hizo que sus hijos tuvieran conflictos, hizo que él tuviera que trabajar duro en lugar de disfrutar de la vida que Dios le había dado. ¿Cuándo vas a entender que tus decisiones te están llevando a ese lugar? Hay gente que tiene que esperar hasta lo último del partido para reaccionar. 

Yo espero que lo último del partido sea hoy, que hoy entiendas que tienes que vivir todos los días esperando el gol más grande, esperando que Dios haga algo en tu vida. Porque si no lo hace hoy, entonces el partido se termina y perdiste todo el tiempo.