07 Apr La experiencia con Dios

Uno de los problemas más grandes que no nos permite a nosotros poder vivir la eternidad en el día de hoy es la poca congruencia que tiene la fe y la esperanza con el conocimiento y la ciencia.

Y el problema que tiene nuestra sociedad hoy es que tiene más conocimiento que fe, antes se tenía que depender más de la fe, pero hoy con tanto conocimiento dependemos menos de la fe y dependemos más del conocimiento.

Entonces, se nos hace muy difícil ser congruente estas dos ideas y como creyentes la única manera de vivir no es únicamente por fe sino fe en algo en particular y no tan solo por ciencia, pero tampoco los creyentes no podemos vivir solo por ciencia.

¿Cuál es el balance? Algunos piensan que es la religión, algunos tratan de hacer el balance entre la fe y la ciencia con una religión con unos actos religiosos para tener congruencia. Pero tampoco se encuentra ahí, se encuentra en una experiencia con Dios.

La fe es esa parte de nuestra vida que nos lleva a creer por un mañana, por un futuro, por una esperanza y no una ilusión de lo que podría ser.

El problema que tenemos muchas veces con la fe es que lo que suponemos que debe funcionar de una manera no siempre funciona como nosotros creemos que debería funcionar, entonces nuestra fe se decepciona.

Entonces nuestra fe comienza a tener esa controversia porque pensamos que el creer es tener una esperanza porque en el pasado hemos sido frustrados y no salió como yo esperaba. Y ahora nuestros corazones se decepcionan y se hace difícil creer a todo aquel que me hable de un futuro maravilloso milagroso poderoso me quieren engañar algo detrás de todo eso.

Y sí tenemos mucho conocimiento y hemos descubierto cómo muchas cosas funcionan y mientras más ciencia hay menos fe tenemos.

Porque mientras más tú conoces cómo funciona la vida más vas a depender de tú qué de tu conocimiento y cuando algo no te está saliendo bien descuidas tu fe. 

La medicina y la farmacéutica comenzó de esa manera, y ahora puede que tengas un dolor de cabeza y el medicamento no te haga efecto, pero aún así tomas el medicamento por el efecto placebo. Igual pasa con los niños, le duele algo y le das azúcar entonces ya no le duele. 

Cuando Josué le dijo al sol detente y sabemos hoy que el sol no es lo que se mueve, sino que lo que se mueve es la tierra, pero la Biblia dice que el sol se detuvo. Pero ¿qué se detuvo el sol o la Tierra? Se detuvo la que la tierra.

Pero Josué creyó que se detuvo el sol, entonces la gente dice que la Biblia está mal por permitir que eso ocurra. Porque si Dios le dijo a Moisés y a esta gente que escribieran esto y lo permitió allí, pues entonces Dios permitió que se escribiera un error no, Dios permitió usar la fe del conocimiento que él tenía y nos deja a nosotros saber que no importa el conocimiento es más importante la fe aunque no tengamos todo el conocimiento. 

Así que la mente de Josué se tenía que detener era que el sol, pero se detuvo la tierra y los científicos han comprobado que a la Tierra le falta una rotación. Pero ¿cómo lo hizo Dios? Por la fe que él tenía.

El problema es que hay gente que hoy no cree nada porque conoce mucho y no sabemos cómo funciona.  Y asistir a servicio todos los domingos sin una fe verdadera es lo mismo. 

Puede pasar que vemos una alfombra verde y la queremos ver roja, pero sabemos que es verde. Es cuando debemos decir Señor, dame la sabiduría, dame la ciencia, dame los recursos porque como en todo yo veo a Cristo Señor yo veo esa alfombra yo veo la sangre de Cristo. 

Yo estoy parado en el punto de la sangre de Cristo porque lo que estoy viviendo y yo tengo que ver a Cristo en todo Señor, pero el día que yo tenga la alfombra verde le voy a decir a todo el mundo que tú me vas a llevar a delicados pastos y que yo voy porque yo veo a Cristo en todo, porque todo está hecho para revelarme a Jesús. 

Así es que funciona la fe con balance entre el conocimiento. El conocimiento nunca lo puede explicar todo por eso es que tiene que haber un elemento, la fe.

En la vida la congruencia entre la fe y el conocimiento es lo que nos hace humanos, pero no podemos irnos de un lado o del otro sin tener algo más grande que es una experiencia con Dios. Porque algo que sí nadie puede negar es una experiencia, un encuentro divino, un momento que cambia tu vida para siempre, un momento que transforme tu ser.