28 Oct Tu vida sólo depende de Dios

Transhumanismo no es otra cosa que usar tecnología con filosofía. Y la filosofía es desconectarte de Dios… Es llegar a construir lo que se llama Hombre Deus. El hombre que es Dios.

No depender de Dios absolutamente, de tal manera que tú seas tan longevo que seas tú mismo quien determine cuánto tiempo vives…

La idea es usar tecnología para expandir la vida y mantener el control de todo lo que haces; y es bien impresionante porque todas estas cosas, sin darnos cuenta, ya vienen en camino.

Y desde ahora yo te digo que no estoy en contra de la tecnología. Yo creo que hay que usar la tecnología para avanzar lo más que se pueda. Pero en lo que sí estoy en contra, es de la ideología detrás de la tecnología, porque se está usando la tecnología para reponer en nuestra mente pensamientos que no nos convienen.

Tú nunca serás Dios, y el hombre nunca será Dios. Y nunca debemos aspirar a ser Dios, porque nuestra dependencia tiene que estar totalmente en el Dios Todopoderoso.

No podemos llegar al punto de abandonar nuestra dependencia de aquel que nos da la vida y de aquel que nos sostiene…

Y óyeme bien en el día de hoy, tiene que haber un momento en tu vida donde tú realices, que no importa la medicina que te tomes… Si Dios no te quiere vivo, no vas a vivir.

Pero si Dios te tiene vivio es por la gracia y la misericordia del Dios Todopoderoso.

Aquí en Puerto Rico y en el mundo se formó un lío con las benditas vacunas. Y aún en nuestra iglesia, aquí habían hasta peleas en el estacionamiento por las dichosas vacunas.

Yo hasta quería dividir el templo: Vacunados y no vacunados.

Y es que para todo el mundo era un lío, una cosa… Y yo no estoy ni a favor ni en contra, porque de hecho, yo me las puse, y me las puse para facilitarme los viajes. Poder entrar y salir, etc. Y hay gente que no se las puso… Y que no se las quiso poner ¡Y óigame bien! Yo no critico al que no se la quiso poner, pero no vi a ninguno, que no se puso vacunas, que dijera: “No me la voy a poner porque voy a confiar completamente en Dios”. Porque todo era para pelear en contra del Gobierno.

¿Que el Gobierno tiene sus tramas y sus cosas? ¡Lo sabemos! Pero al punto a donde voy es: Yo no puedo hacer algo como cristiano, si no creo como cristiano. Y si no declaro mi cristiandad en todo lo que hago.

¿No crees en vacunas? No es porque el Gobierno te la quiera imponer, es porque confías tanto en el Dios Todopoderoso, que…

“Pastor, pero el que se las puso, ¿no confía?”. No, no. Yo confío, porque hay muchos que se las pusieron y se murieron también… Porque cuando Pateco te viene a buscar, te busca sin vacuna o con vacuna.

¡Al que le toca, le toca!

Yo no estoy aquí defendiendo vacunas y no vacunas, yo lo que estoy es defendiendo la ideología detrás por la que nosotros hacemos algo.

El mundo lo hace por una razón, nosotros tenemos que hacerlo por otras razones y con otro convencimiento, porque no podemos permitir que el mundo nos llene la cabeza, porque, ¡oye bien! El que tiene vacuna, no es la vacuna la que te cuida.

A la larga y a la postre, puede haber un beneficio. A la larga y a la postre, pueden haber varias cosas que te benefician, si tú crees que te benefician. ¡Gloria a Dios!

Pero, a la larga y a la postre, es el Dios Todopoderoso el que te cuida, el que te guarda, y no la Fe en las vacunas…

Hay gente que se puso la vacuna y se escocotó al otro día… Y vi cristianos peleando con la vacuna, que todo el mundo se las ponga, y les dijo “irresponsable” a todo el mundo, y en la iglesia, incluso de aquí se fue gente… Porque yo no le imponía la vacuna a la gente, que yo era un irresponsable,

Ahora, ¿quién soy yo para imponer qué? Si yo lo único que hago es transmitir Fe en este lugar y dejarte saber que, con vacuna o sin vacuna, óyeme bien, el que tiene contados tus días es el Dios Todopoderoso que decide cuando vives y cuando no… Pero caemos en estos juegos y no nos damos cuenta de que lo que se está buscando es separarnos de Dios. Detrás de toda esta idea de transhumanismo que parece bonita, de ponerte un brazo nuevo, tecnológivo, de ponerte un chip en tu cabeza para que tú no tengas necesidad de ir a bsucar la computadora, porque el propio Google lo vas a tener allí adentro.

Ahora no vas a tener que mirar tu teléfono, literalmente; ahora te van a poner unos espejuelos, y la verdad, eso va a ser una loquera.

Yo no puedo, a día de hoy, la mitad de las cosas procesarlas… Y no nos damos cuenta, hermanos, de que toda tecnología requiere de que tú sacrifiques algo.

Cada vez que tú tomas una teconología que es para tu avance, para mejorar, tienes que sacrificar algo, porque no hay tal cosa como volverte más tecnológico, sin dejar de hacer algo.

“Pastor, ¿qué usted quiere decir?”.

Hablemos de la tecnología vieja… ¡El carro! Desde que el hombre tiene carro, se ha vuelto más gordo. Porque antes, para ir a trabajar, tenías que caminar. Llegó el carro, dejamos de caminar. Llevamos una vida totalmente sedentaria.

“Pastor, pero ¿no debemos tener carro?”. ¡No es eso! Lo que quiero es que recuerdes que salgas dos horas antes, y antes del llegar al trabajo, párate en la pista para caminar, y que el carro te lleve a la pista para caminar, o cuando salgas del trabajo, que el carro te lleve a la pista para caminar. Porque puede ser un día, que si dejas de caminar, ni el carro vas a poder usar.

Pero es imposible tú decir: “Voy a tener carro, y a hacer ejercicio al mismo tiempo”. No hay tal cosa. No existe. Siempre tenemos que sacrificar algo.

Teléfonos, Zoom, redes sociales, nos hacen sacrificar nuestras relaciones. Nos hacen sacrificar nuestra comunicación no verbal. Hoy, todo el mundo está pendiente del teléfono. Hoy, la ofensa es que te leo tu WhatsApp y no te contesto. Tengo que por lo menos ponerte “OK” para que ya tú no te ofendas conmigo… Porque si lo leo, y salen las dos rayitas azules, y no te puse “OK”, no te quiero, no te amo, no soy prioridad en tu vida…

Entonces le quitas las rayitas azules, y ahora se quedan en grises, y allí siembras la incertidumbre… Si lo leyó o no lo leyó…

“Pastór, ¿qué le cuesta ponerme “OK”?”.

Mire…

A esas alturas hemos llegado en nuestra vida, donde voy a pelearte en casa, no porque no hay comida, sino porque no leíste el WhatsApp…

¡Es impresionante! Dejamos unas cosas, pensamos que no sacrificamos otras. Hemos dejado de buscar a Dios por Google y por el Internet.

¿Cuándo fue la última vez que tú necesitaste algo y te arrodillaste y dijiste: “Señor, qué yo tengo que saber?”. ¡Nooooo! Ahora es Alexa, Siri, Google… Si tú te sientes tan importante hablando con un robot: “¡Alexa! ¿Cómo está el día de hoy?”…

Ve y mira en la ventana para saber si va a llover o no. Tienes el bendito Alexa al lado de la cocina…

Mira la ventana, sal afuera, huele, y di: “¡Hoy llueve!”.

No estoy en contra de la tecnología, estoy en contra de la filosofía detrás de la tecnología que nos lleva a nosotros a perder de vista un montón de cosas… Y en vez de avance, en vez de adelantos, sin darnos cuenta nos separamos de Dios cada día…

Tú y yo no podemos depender de una medicina, tú y yo no podemos depender de lo que la ciencia pueda hacer, tú y yo no podemos depender de lo que el mundo puede hacer por nosotros.

Mi dependecia tiene que estar en el Dios al que yo le sirvo, que si me tiene aquí con vida, es por un propósito, y es por la Gracia de Él que estoy vivo aquí y ahora…

¡Punto y se acabó! ¡Más nada!