25 Oct Que la tecnología no controle tu vida
La tecnología no sólo nos está formando moralmente, sino que está cambiando nuestro cerebro.
Nuestra constitución cerebral es diferente a causa de la tecnología. Y no sólo la tecnología está gobernando nuestra moralidad, sino que el cerebro de ahora es diferente al pasado porque ha ido cambiando y trastocándose.
Ella dice tres cosas bien interesantes en su pequeña declaración: “Se identifican tres áreas en donde hay grandes cambios…”
La tecnología de las redes sociales (social network)
Todas estas redes sociales han cambiado dos cosas en el cerebro, no sólo moralmente, sino cómo funciona nuestro cerebro: En el área de la identidad y en el área de nuestras relaciones.
Las redes sociales han moldeado nuestro cerebro de una manera diferente. Demos identidad, cómo nos identificamos nosotros, quiénes somos nosotros, cómo nos vemos nosotros, cómo vemos a las demás personas, cómo interactuamos con la gente…
Todo depende de la manera en cómo veamos las redes sociales.
Antes, lo único que teníamos era un aplauso de papi y de mami, ahora me ofendo si tú no me das un like, sino me escribes un comment.
Si pongo algo, tienes que criticarlo y todo el mundo que pone algo tiene que saber que hay alguien que lo va a criticar.
Hay mentes que lo único que pueden hacer es esconderse y criticar a todo el mundo, y te van a criticar de todas maneras, y si tú te ofendes por eso… (por ejemplo): “Cada vez que salgo en un live, sale @roberto0345 a criticarme. Siempre a decirme lo mismo: Ladrón, Cristo viene, habla el mensaje verdadero”.
Ahora, usted va al perfil de Roberto, y ¡qué pobre infeliz!
Entonces, si yo voy a estar herido, lastimado o yo voy a coger mi autoestima para que tú me aplaudas y para que tú me celebres, ¡es impresionante!
Nuestro cerebro está formado diferente.
Esta mujer dice que la segunda área que está formando el cerebro de los seres humanos hoy, es el del gaming, el entretenimiento, lo que ha formado nuestro cerebro para tres cosas:
Hay un problema de atención por causa del game. Pero también hay un problema de adicción y un problema de agresión.
La gente es más agresiva; nos damos cuenta de que esto nos alimenta.
Pasa en esa y en otras áreas; a las mujeres se les está enseñando a ser más agresivas en esta época.
“La mujer tiene que darse su lugar”, “la mujer tiene que pararse firme”. Entonces lo que tenemos son mujeres peleonas.
Y tenemos en las calles a las mujeres peleando y peleando, con las caras largas, creyendo que ellas son las que mandan, y llegan a la casa a mandar y les dicen a sus maridos: “Yo no necesito de ti… Conmigo no te metas”.
Y los maridos no pueden decir nada porque si tú les dices algo, Ley 54. Cualquier cosa que tú les digas, tienes todas las de perder en este país, y te ponen las esposas a ti primero.
Después llegan y me comentan: “Pastor, no encuentro marido…”
Pero ¿qué hombre quiere estar allí con una mujer que lo que quiere es mandar? Hermano, yo lo que quiero es paz cuando llego a casa. ¡Paz y tranquilidad!
Ahora, yo quiero decirte algo… ¿Tú quieres mantener enamorado a tu esposo? Dígale: “Mi vida te necesito, sin ti no podré vivir jamás”.
No hay nada aquí derrita más a un hombre que eso.
Pero nos están reprogramando mal; a nuestros niños les pasa eso.
Un fin de semana me quedé solo en casa con las niñas porque la pastora estaba de viaje, e intenté interactuar con ellas, jugando los juegos que ellas juegan, y no sé cómo mi hija de 11 años entiende la porquería de juego esa.
Yo lo que sé es Atari, Mario Bros… Esas cosas de ahora son muy complicadas, porque nada más conectarse es un problema. Entonces le digo a ella que me conecte pero que lo haga suave para yo poder entender, y se conecta velozmente y yo sigo sin entender nada…
No, no, no. ¡Es una cosa…!
Luego comienzo a jugar y de repente comienzo a gritar y ella me dice: Papi, cállate, que te oyen los otros nenés de la iglesia, y piensan que soy yo.
¡Qué sé yooo!
Y le dije: “Toma el diablo de control este, porque yo no puedo”.
¡Qué cosa tan impresionante!
Al día siguiente, se levantaron tarde y lo primero que hicieron fue tomar el teléfono, y les dije: “¡Vamos! Porque yo hoy tengo planes”. Aunque en realidad no tenía planes.
También les dije: “Aquí hoy no nos quedamos en casa; algo tenemos que hacer”.
Así que hoy, nada de celular, nada de tableta, aquí no hay forma, aquí no hay nada…”
Entonces conseguí un botecito para ir a pescar, y nos fuimos a pasear por toda la laguna San José.
Cuando estábamos en medio de la laguna, llegó el mejor momento porque había que esperar, entonces imagínense al pastor Otoniel en medio de la laguna, en un botecito, con una niña de 13 años y otra de 11, en medio del sol, de mosquitos y de otras cosas…
Y yo estaba allí, haciendo una cosa que ellas no saben hacer, que es esperar.
No habían pasado cinco minutos cuando luego comenzaron a preguntarme que cuándo nos vamos, que cuándo termina esto, que cuándo llegan los peces, etc.
Le dije: Mi vida. Yo pagué por cinco horas, así que aquí estaremos cinco horas. Algo vamos a pescar aquí, aunque sea un resfriado…
Entonces, como era un botecito pequeño, ellas se acomodaban como podían.
Al cabo de una hora y 10 minutos, no habíamos pescado nada. Comenzamos a recoger y me dicen: “¿Ya nos vamos?”. Y les dije: “¡Nooo! Todavía nos quedan cuatro horas aquí. Así que pónganse a orar para que los peces lleguen”.
Y me dijeron: “Pero pareciera que hubieran transcurrido horas y horas…”
Luego nos fuimos a otro sitio, y uno picó, pero se escapó cuando se acercó porque se partió el hilo.
Cuando las nenas vieron ese sábalo brincar, fue muy emocionante. Sobre todo la adrenalina de haber escuchado la caña de pescar dando vueltas.
¡Impresionante! Una experiencia totalmente diferente.
Luego logramos coger uno como de 60 libras, pero yo también tuve que adiestrarme. Y le dije al hombre: “Ya lo tengo cerca”. Y el hombre me dijo: “No, Pastor. A ese le faltan como unos 25 o 30 minutos”.
Y le dije: “¿Quééé? ¿25 minutos?”.
Y me dijo: “Pastor, este es el juego. O se cansa él, o se cansa usted”.
Y hermano, la cosa esa duró 30 minutos para subir. Y es triste tenerlo ahí, y ¡PAM! Que se te vaya.
Pero el hecho es que tenemos que hacer cosas diferentes… Porque el cerebro nos lo están programando de forma extraña.
Nuestros hijos viven tiempos de agresión, tiempos de adición, porque las plataformas, sin darse cuenta, los van llevando a eso…
Alicia Farías González
Posted at 07:39h, 25 OctoberExperiencia de vida,, los niños actuales,ya no ejercitan su imaginación como antaño, que nos reunían para contarnos cuentos,y terminar transformando un trozo de papel, hacer un avión y jugar entretenidamente! Y aprender mediante el juego, reglas ….y obedecer las! Gracias Pastor, Bendecido
Mileybi Marineth Castillo Aguirre
Posted at 14:22h, 25 OctoberGracias Pastor!! Bendiciones
Jhon Mario Rojas
Posted at 15:41h, 25 OctoberSanto, gracias Señor