08 Apr No es Cualquier Semilla
“Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. 2 Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos. 3 Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres. 4 Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev. 5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.” Salmos 126:1-6
Palabras poderosas porque son palabras proféticas. El salmista, cuando utiliza estas palabras, está hablando en un contexto histórico. El pueblo de Dios se encontraba en Babilonia, y esto era uno de los salmos que daba esperanza y profetizaba que las cosas pronto cambiarían. Este era uno de los salmos que se leía cuando iban camino al templo; era un salmo que recordaba cómo Dios había traído libertad al pueblo, en un momento tan crítico como el cautiverio que habían enfrentado. Habla de lo importante de que se despierte el sueño, el cambio, la transformación en la vida de una persona, habla del poder de la semilla, del resultado que se iba a tener, que es algo glorioso. El contexto histórico natural en el que se escribe, es algo excepcional.
Proféticamente hablando, habla de nuestro Señor Jesucristo; se nos muestra el Señor de forma metafórica, alegórica, a través de imágenes, de ideas, dejándonos sabes que él iría por un proceso de llanto, de sufrimiento, de dolor; él es la preciosa semilla. Pero que luego de pasar por todo el proceso que pasaría, siendo la preciosa semilla, regresaría con regocijo, y traería las gavillas en su mano, traería la gran cosecha. Tú eres parte de esa gran cosecha, de ese movimiento, de esa cosecha que Dios trajo por causa de la preciosa semilla, sembrada por nuestro Señor Jesucristo.
Es algo especial lo que estamos a punto de vivir en el tiempo de Semana Santa. Hemos estado en una campaña de fe, creyéndole a Dios por la salvación de tus familiares y seres queridos, en un tiempo de expectativa, creyendo que Dios va a hacer cosas grandes y maravillosas, cosas especiales, y que los tuyos se van a convertir, y van a ser transformados por el poder de Dios.
Pero hay algo más que hacemos en nuestra iglesia todos los años. Es un tiempo de fe, de expectativa, donde venimos delante del Señor a presentar nuestra mejor ofrenda, nuestra mejor semilla. Vamos delante de Dios, creyéndole por un milagro económico, por frutos sobrenaturales.
Este verso fue dado en un contexto para el pueblo de Israel. Proféticamente, habla de la salvación y de la redención de miles de personas que somos la cosecha de la preciosa semilla que es nuestro Señor Jesucristo, pero cuando miramos estos versos, podemos entender el principio de la preciosa semilla, y aplicarlo en nuestra vida en todo lo que hacemos. Cuando hablamos de la preciosa semilla, hace esa cualificación; no es meramente semilla, es la preciosa semilla. Hay semilla y hay preciosa semilla. Hay esfuerzo, pero hay gente que realmente se esfuerza. Hay una distinción, hay niveles, una distinción; y de acuerdo a esa distinción, también están los resultados. En la Biblia, se promete que la semilla tendrá un fruto, pero la preciosa semilla traerá no tan solo gavillas, sino que traerá regocijo, gozo, alegría, expectativa de fe, de gozo, de que Dios hizo una obra sobrenatural, una obra poderosa.
Nuestra iglesia se prepara todos los años para presentarse delante de Dios con una preciosa semilla, una ofrenda en particular, algo significativo para ti, creyéndole a Dios por un milagro, económicamente hablando, creyéndole que esa semilla provocará algo en tu vida, y que tú verás resultados poderosos, que darás testimonio de que Dios hará una obra sobrenatural. Algunos critican y dicen que esto es vender un milagro, pero si has estudiado la Biblia, aunque no te guste este mensaje, considera varias cosas. En 1 Corintios, el apóstol Pablo dice, en el capítulo 9, que el que da generosamente, generosamente cosechará. Si Pablo dice y explica que demos generosamente y que de acuerdo a nuestra generosidad también cosecharemos, ¿por qué no puedes creer en el principio de la semilla y de la cosecha? Pablo habla de una ofrenda voluntaria, y nosotros también. Nadie está obligando esto. Es una ofrenda voluntaria. Y el apóstol Pablo dice que envió a varios antes que él, para que les prepararan en su generosidad; porque la generosidad se prepara, se enseña. Hay que enseñar la palabra de Dios para que el corazón se vuelva generoso y la gente le crea a Dios.
Créele a Dios por un tiempo sobrenatural en tu vida, y atrévete a sembrar una semilla de fe, pero no cualquier semilla, sino una preciosa semilla. Ve a http://otonielfont.com/cruz/. Allí podrás hacer varias cosas. Envíanos los nombres de tus familiares y seres queridos y estaremos orando contigo, creyendo por su salvación. Descarga en esa misma página el folleto de La Preciosa Semilla y recibe la revelación completa referente al Salmos 126. Y si Dios pone en tu corazón sembrar esta semilla, también allí encontrarás un botón donde puedes hacerlo. Hazlo con fe, con expectativa de que Dios hará una obra sobrenatural en tu vida, en tu área económica. Será un tiempo de poder, transformación, y creemos contigo que verás la gloria de Dios sobre ti y sobre todos los tuyos.
Veamos el principio de la preciosa semilla en la vida de Jesús. Por nuestra salvación, Dios no envió un ángel, no envió un sacrificio de un animal, sino que envió lo mejor que Él tenía: su Único Hijo. Si hubiera enviado un ángel, no hubiera sido lo mismo porque no hay el mismo resultado con una semilla, que con una preciosa semilla, con lo más valioso, con lo que más vale en tu corazón.
En Génesis 22, vemos una interesante dinámica donde Dios comienza a hablarle a Abraham en un momento dado, y le pide que entregue a su hijo. Esto era un acto profético. Abraham estaba abriendo el camino para que, eventualmente, nuestro Señor Jesucristo fuera entregado y crucificado en la cruz del Calvario. Cuando Dios le pide a Abraham le pide a su hijo, Isaac, fue un momento crucial en el mundo espiritual, y abrió una puerta sobrenatural para que muchos eventos comenzaran a ocurrir, para que luego llegara la preciosa semilla de Dios, que es su Hijo, Jesús, que es lo mejor de Él; no las sobras, lo mejor.
“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” Génesis 22:1-2
Los judíos y los estudiosos dicen que el verso 2 es una conversación entre Dios y Abraham. Dicen que lo que ocurrió fue que Dios le dijo que tomara a su hijo, y Abraham le preguntó cuál de los 2, y entonces Dios le dijo que se refería al único, a lo que Abraham responde que tiene dos, por lo que entonces Dios le dice: Isaac. Abraham cuestiona cómo le iba a pedir a Isaac, y Dios le dice: a quien amas. Nosotros lo vemos de corrido, pero se dice que fue un intercambio, donde Dios le va aclarando a Abraham qué era lo que Él quería. La realidad es que Abraham tenía dos hijos, y Dios le pidió al que él amaba, al que él quería. No es que no amara a Ismael, pero Isaac era especial, era el hijo de la promesa. Mas también recuerda que él ya había tenido que despedir a Ismael, así que Dios básicamente le está pidiendo a Abraham: quédate otra vez en cero, como cuando comenzaste; sacrifica al único que tienes en este momento, aquí y ahora, y que sobre todo, lo amas y lo tienes apegado a tu corazón, y déjame mostrarte lo que voy a hacer contigo.
Dios le pidió a Abraham lo mejor que él tenía. Y solo cuando tú te atreves a darle a Dios lo mejor de tu vida, en todo lo que haces, es que puedes ver grandes resultados.
Hay quien dice que no pueden orar por mucho tiempo, que a veces se quedan dormidos, pero la pregunta es a qué hora oran. Si oras después que llegas del trabajo, después que has estado ajorado todo el día, en el último momento que te queda del día, donde estás cansado; la pregunta es si le estás dando a Dios lo mejor de ti, o si le estás dando las sobras. ¿Quieres grandes resultados? Una oración es una oración, y a lo mejor para algunos, las diez u once de la noche es lo mejor que pueden darle a Dios porque lo que es valioso para unos no necesariamente lo es para otros; ese es un principio bien poderoso. La preciosa semilla se basa en presentarle a Dios lo que es valioso para ti. Pero hay quien le da a Dios las sobras y espera grandes resultados.
Cuando vamos a la casa de Dios a adorarle, a levantar nuestras manos en ese tiempo de adoración y de alabanza, de poder y de gloria, no puedes presentarte sin energías, sin fuerzas; tienes que hacerlo con lo mejor de ti, con expectativa, creyéndole a Dios, levantar tus manos, creerle con tus fuerzas. A Dios se le da lo mejor. Y aquel que le da lo más valioso a Dios, tiene grandes resultados. Retamos hoy tu fe. Créele a Dios y siembra una semilla de fe, tu preciosa semilla. Creemos contigo que tendrás un resultado glorioso por causa de esa preciosa semilla.
Eleazar Rodríguez Tapia
Posted at 12:48h, 08 AprilJehová Jireh resplandezca su rostro en nuestras vidas bendiciendo nuestras familias supliendo y proveyendo todo lo necesario hasta que sobre y abunde en nuestras arcas prosperando nuestros trabajos
Nelson García
Posted at 13:20h, 08 AprilAmén así será gracias padre Celestial or hablarme gracias por tu amor y misericordias gracias por darnos vida salud provisión protección y tu Paz que es la verdadera Paz aleluya
Jhon
Posted at 14:46h, 08 AprilGloria a Dios, amén
Ivania carolina flores
Posted at 17:33h, 08 AprilAmén 🙏
Liseth Trujillo
Posted at 03:33h, 09 AprilAmén y amén y yo lo creo en el nombre poderoso del Señor Jesús amén y amén🙏🏽🙏🏽🙏🏽
Zuly
Posted at 04:18h, 09 AprilAmen gloria creo en las promesas de Dios y pido oración para que cada día yo y mi esposo mis hijos y mi familia le sirvamos s Dios y que nuestro espíritus se llene de fe y sabiduría
Posted at 17:07h, 17 April
Saludos Zuly, oro por su familia. Declaro que son llenos del Espíritu Santo día a día, acercándose más al Señor y cumpliendo Su propósito. Bendiciones para usted y su familia.