20 Jan Deja de Orar y Haz Algo
En el Antiguo Testamento, el pastor alimentaba las ovejas para algún día presentarlas en sacrificio a Dios. Las cuidaba y guardaba para cuando algún día Dios se las pidiera, poder decir: esta está preparada, está lista. Y a veces, en la iglesia, llenamos la grey de muchas ovejas, ninguna lista para ser presentada a Dios porque lo que queremos es la cantidad de ovejas y no la calidad de ovejas que podamos presentarle a Él. Pero para poder presentar a la gente ante Dios, hay que hablarles lo correcto porque hablándote únicamente las Buenas Nuevas no se arregla tu vida.
La razón por las que hay Buenas Nuevas del Evangelio es porque hay malas noticias, pero hasta que tu vida no se pueda presentar a Dios, tu pastor no ha hecho el trabajo. Por eso es que hay que reflexionar, meditar en esto, arreglar tus pensamientos.
¿Qué va a tomar para que tú digas: tengo que cambiar? ¿Qué va a tomar para que entiendas que tienes que hacer las cosas diferentes? ¿Qué va a tomar para que tú cambies tu carácter? ¿O vas a vivir toda tu vida una vida mediocre, sustituyendo las cosas que realmente quieres y deseas por las que logras obtener porque las que logras obtener son por tus fuerzas y capacidades, por tus habilidades, pero las que realmente deseas, necesitas el favor y la gracia de Dios para obtenerlas? Pero no te sientas a meditar.
“5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. 6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.” Hageo 1:5-7
Piensa. La vida se está yendo, la vida se te va; y puedes hacerte cualquier cuento de hadas, y la vida se te va de entre las manos porque no te piensas a meditar de dónde es que viene lo que tienes. Entonces, tomas la vida porque tienes ciertos resultados, pero ¿dónde están los demás resultados? Algún día te tendrás que sentar a meditar porque lo que tú tienes es por la gracia de Dios. Tú no piensas tan perfecto como tú piensas que piensas. Y si todos tus pensamientos se hicieran realidad, serías un desastre porque no todo lo que tú piensas y hablas es correcto. Por eso tiene que haber un momento en que te sientes, analices, pienses, corrijas, para entonces tomar responsabilidad, para hacer.
“En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageoa Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: 2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?” Hageo 1:1-5
Dios no estaba pendiente a un edificio por tener un edificio, pero les dice: piensas que todo está bien porque tú tienes casa, porque tú comes, porque tú estás bien, porque en tu mundo todo está bien. Pero la pregunta que hace Dios es: ¿no es tiempo de que la casa de Dios sea reedificada? ¿No es tiempo de que tú entiendas que el centro de tu vida tengo que ser yo? ¿No es tiempo de que digas: la casa de Dios tiene que ser prioridad, Dios tiene que ser prioridad en mi vida? Pero como en tu mundo estás bien, no piensas en eso. Hay gente apática a meterse en la política, por ejemplo; es más fácil que sea otro el que se meta y defienda las cosas de Dios. Pero somos todos los que tenemos que tenemos que salir a la calle y decirle no al aborto. Estás tan concentrado en lo tuyo y piensas que nunca te va a afectar, que mientras tú estés bien, todo está bien, pero no funciona de esa manera. Las cosas hay que ponerlas en prioridad y hay que pensar, meditar qué estás haciendo.
Cuando tú vas a la casa de Dios, qué bueno si recibes un mensaje de inspiración, de fe, pero de vez en cuando tienes que recibir un mensaje como este, que te haga sentarte por un momento y decir: Señor, dime qué estoy haciendo mal, qué tengo que corregir, qué pensamiento necesito cambiar, déjame ajustar mi vida.
Aquel que quiere prosperar tiene que cuadrar su chequera. Es imposible prosperar si tú no cuadras tu chequera. No digas que el dinero no te alcanza si lo gastas en revistas, en suscripciones, en porquerías, pero no te sientas a pensar qué estás haciendo, no piensas las decisiones que tienes que tomar y tienes tus prioridades fuera de orden. Como tienes casa, todo está bien. Los cristianos siempre solucionamos las cosas diciendo que vamos a orar, pero deja de orar y haz algo. Busca tu casa en Google Maps y haz un círculo un par de millas a la redonda y camina por allí. Vas a ver un parque sin recortar, una cancha sin pintar, una casa destruida, un viejito que necesita ayuda. Pero todo lo resolvemos orando por nuestro país, tirándole aceite desde el aire para que Dios unja al país, y vamos a ver qué hace la iglesia. Pero no es la iglesia la que tiene que hacer, sino cada uno de nosotros. Métete en la comunidad y pregunta qué se puede hacer, qué hace falta; y lo que no se pueda hacer, entonces oramos por eso, pero lo que se pueda hacer, métele mano, haz lo que tienes que hacer para que tu comunidad y tu sociedad cambien.
La gente entra y sale de la iglesia y no se ocupan de nadie; porque como tu mundo y tu casa están bien, no haces nada. Y Dios le dice al pueblo: medita, piensa, analiza, pon las cosas en las prioridades correctas.
Aún lo que tú tienes no te lo mereces. Tú no eres tan bueno como piensas que eres. Es la gracia y la misericordia de Dios la que te tiene hasta aquí.
Dios es tan bueno que Él te da en un instante lo que le cuesta a otro trabajar toda una vida. Solo esperamos que algún día tú reconozcas que fue Él. Que le honres, que le des tu vida completa, que hagas lo que tienes que hacer. ¿Sería igual tu vida si tú no hubieras recibido estos mensajes a través de los tiempos? Esta palabra te detuvo de un divorcio, de una mala decisión, cambió tu vida; eso no salió de la nada. Tú debes darle a Dios porque tu vida cambió, porque eres agradecido, porque entiendes que cuando llegó la Palabra a tu vida, te hizo pensar diferente. Pero hoy estás amargado, no contribuyes porque has pasado varios problemas, dificultades.
Hay un hombre en la Biblia que Dios escogió para darle la revelación de que Cristo era el Hijo de Dios, el apóstol Pedro. Dios escogió al hombre más brusco, el que peor hablaba; la Biblia dice que él no era muy buen exponente. De todos los que Jesús tenía, era el de la profesión más pobre. ¿Qué hizo a Pedro tan grande para el Señor? ¿Qué le llamó la atención de Pedro, si de todos fue con el más que peleó? Pedro le dice: tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Y Cristo le dice: no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Pero entonces Pedro le dice que no vaya a ser sacrificado, a lo que ahí mismo Cristo tiene que decirle: apártate de mí, Satanás, que me eres estorbo. En el mismo momento. Y así hay gente que te lleva al cielo y al infierno en cuestión de segundos. ¿Por qué Cristo lo amaba tanto? Por lo mismo que amaba tanto Dios a David. No porque fuera perfecto porque Dios nunca ha pretendido darte lo que te da porque tú seas perfecto. Entonces, ¿por qué? El primer día que Cristo se encontró con Pedro, lo encontró frustrado, con las barcas vacías, lavando las redes. Ese día, el Señor le dijo: Pedro, dame tu barca para yo predicar. Y Pedro se la dio. No le dijo: te la doy para que me bendigas, para que me prosperes, para que me des un milagro. Le dio las barcas a ver qué él tenía que decir. Cristo usó aquellas barcas y predicó y, después que predicó, le dijo: Pedro, tira las redes. Y cuando lo hizo, encerró gran cantidad de peces. Y cuando Pedro salió de allí, arrastró las redes hasta la orilla y se olvidó de ellas, y se arrodilló y dijo: soy un hombre pecador, ¿por qué me bendices tanto? ¿Por qué me diste estas barcas llenas, viendo quien soy?
¿Cuándo fue la última vez que de verdad te tiraste de rodillas y le dijiste a Dios no todas las quejas que tienes, sino: por qué me has dado tanto, siendo yo como soy?
Si algo siempre reconoció Pedro, es que todo lo que él era, era por aquel a quien él le servía.
Cuando te lleguen las más grandes bendiciones, siempre pregúntale a Dios: ¿por qué yo, Señor? Que tu corazón se mantenga humilde delante de Dios. Siempre en tu vida hay un punto de partida que solo Dios es quien te puede dar. Da gracias a Dios porque has tenido más de lo que jamás imaginaste, porque no ha tomado en cuenta tu pasado ni tu pecado. Son la gracia y la misericordia de Dios las que te han llevado hasta donde estás.
HUGO FERNNANDDO ALDAZ VEGA
Posted at 11:51h, 20 JanuaryAMEN
Jhon
Posted at 13:07h, 20 JanuaryGracias Señor, Gloria a Dios. Bendiciones
Aura
Posted at 13:39h, 20 JanuaryAmen
nairobis jauregui
Posted at 16:31h, 20 JanuaryGloria a Dios
Liseth Trujillo
Posted at 23:28h, 20 JanuaryAmén y amén así es en el nombre poderoso maravilloso del Señor Jesucristo nuestro Señor amén por su Gracia y su Misericordia estoy donde estoy y me dará Bendiciones sobre mi y mis hijos mi matrimonio mi familia y mi hogar amén y amén🙏🏽🙏🏽🙏🏽
Yris Chacin
Posted at 00:18h, 21 JanuaryAmen…el amor infinito de nuestro padre…gracias señor por tanto y perdón…lo bendigo pastor en el nombre de Jesús
Martha Lucia Hernández
Posted at 19:18h, 21 JanuaryAmen toda la Gloria sea para Dios gracias señor por tus bendiciones y por tu gracia en mi vida
bendiciones AMEN AMEN
marttha
Posted at 19:36h, 24 JanuaryAmén Gracias mi Sr por tú infinito amor y misericordia para conmigo y mi descendencia
Bendiciones Pastor Otoniel