03 Jan Algo Nuevo, Otra Vez
“14 Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban. 15 Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. 16 Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; 17 el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados. 18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.” Isaías 43:14-19
Dios dice que va a hacer algo nuevo y que puedes perder de vista lo nuevo que va a hacer, pero entonces te dice que otra vez va a abrir caminos en el desierto. Otra vez lo que significa es que ya lo había hecho. Entonces, ¿es nuevo lo que va a hacer, o ya lo hizo? Tenemos que estar pendiente a lo que hizo, o a lo nuevo? La pregunta es bien importante: ¿no lo conoceréis? Las cosas de Dios se tienen que recibir por revelación, por discernimiento; y una de los problemas que, como cristianos, es que las situaciones de la vida muchas veces nos hacen perder ese discernimiento espiritual para poder percibir lo nuevo que Dios está haciendo. ¿Cómo Él va a hacer algo nuevo, haciendo algo viejo?
Lo importante de tener ese discernimiento es que, tu corazón, en medio de las circunstancias difíciles, nunca retroceda. Tu alma no se puede dañar. En medio de los procesos de la vida, aunque llegues a un lugar que ahora sea un nuevo punto de partida, lo importante es que tu alma permanezca firme, creyendo por lo que Dios tiene para ti.
Han caído muchos Wallenda, y al otro día vuelven y se levantan y hacen el show. Si naces Wallenda, naces acróbata, aunque seas abogado. Eso demuestra la determinación del corazón de esta familia de levantarse cada vez más de cada tragedia. Todo lo que ocurre es un punto nuevo de partida. Tu corazón no se puede reducir.
Tu percepción puede ser susceptible por causa de lo que te esté sucediendo. Por eso, tienes que aprender a trabajar con el concepto de la percepción y el concepto del tiempo y ver cómo funcionan en tu vida para que tu alma sea cuidada en medio de los procesos y de los nuevos puntos de partida.
Cada vez que estés viviendo un momento difícil, una situación complicada, debes hacerte estas preguntas para, entonces, llegar a una conclusión:
- Lo que estás viviendo, ¿es producto de la desobediencia? ¿Rompiste alguna ley espiritual, natural? Lo que te está pasando, ¿es porque desobedeciste a Dios? No hay manera de orarte fuera de la desobediencia. Lo único que puedes hacer es volver a obedecer. No hay manera de orarte fuera de un mal momento producto de tu desobediencia. Para tú salir de ese momento, lo único que tienes que hacer es arrepentirte y obedecer. Pero hay quien le llama proceso a consecuencias de pecados. Nunca le llames proceso, cuando pecaste y lo que estás viviendo es por causa de tu pecado. Arrepiéntete y obedece. Si te preguntas si caíste ahí por desobediencia, y la respuesta es que no, tienes que preguntarte entonces:
- ¿Estás donde estás por ignorancia? ¿Estás donde estás porque no conoces algo? ¿Estás viviendo esto porque no entiendes algo en tu vida? Puede que esa sea la razón por la cual estás viviendo un mal momento. Y para salir de un tiempo de ignorancia, sí puedes orar. Dice la Palabra que el que esté falto de sabiduría, pida a Dios. que Dios te diga dónde estás fallando, qué ignoras, qué parte de tu vida está ignorante a qué, qué está ocurriendo, que te dé una idea, que te diga qué tienes que hacer. Lo otro que puedes hacer es estudiar, leer la Biblia, buscar consejo para que haya sabiduría e iluminación en tu corazón y en tu mente para moverte de esa temporada que estás viviendo.
Si ya te diste cuenta que no es por desobediencia ni por ignorancia, entonces, tienes que tomar el momento en el que estás como un punto de partida porque es un punto para una promoción. En otras palabras, estás ahí porque hasta ahí te ha llevado el Señor, y de ahí, Él te va a lanzar a un nuevo nivel, a una nueva dimensión.
Cualquiera de los tres son puntos de partida. Si te arrepientes, es un nuevo punto de partida; si recibes sabiduría, es un nuevo punto de partida; pero si no es porque fallaste, desobedeciste o estás ignorante a algo, simplemente, es donde tenías que estar para que Dios te lleve al próximo nivel y puedas entrar en la dimensión que Él tiene para tu vida.
Esto parece simple, pero no lo es cuando eres tú quien lo está viviendo. Ahí es que viene el problema de percepción. No entiendes, no comprendes por qué estás viviendo lo que estás viviendo. Uno de los errores que comete la gente es querer orarse fuera de las consecuencias de la desobediencia. Hay quien quiere orarse fuera de unas épocas, de unas temporadas; y no hay tal cosa como orar para que el verano sea más corto. El verano va a ser tan largo como sea; empieza un día y termina cuando termina. No hay nada qué hacer. No hay manera de tú orar para que se acabe el año. El año se acaba cuando se acaba. Puedes ayunar, orar, pactar, ungirte, y no hay manera. Cada año, se va con 365 días, y cada cierto tiempo, viene un año que tiene 366. Así que, no hay tal cosa como que te lo hagan más corto, sino más largo realmente. Y el problema es que mucha gente piensa que el tiempo arregla las cosas. Pero el tiempo ni se puede adelantar ni arregla las cosas. Es lo que te pasa en el tiempo lo que es importante.
No es el tiempo que estamos viviendo, sino lo que te pasa en el tiempo. No es si estás viviendo un invierno en tu vida, sino qué ocurre en tu vida durante el invierno. Porque, si en el invierno de tu vida, tú haces los ajustes que tienes que hacer, cuando llegue la primavera, el invierno solo habrá sido un nuevo punto de partida. Por lo tanto, lo importante no es que el tiempo ocurra, sino lo que te ocurre a ti en el tiempo.
No hay forma en que te evites las arrugas, por ejemplo, pero sí el ser ignorante. Lo peor que puede pasar es que pase el tiempo y seas ignorante y estés arrugado. Dicen que las canas son sabiduría, pero lo son solo para aquel que ha aprendido. El tiempo no es lo que te hace sabio. No es que tengas cuarenta años. ¿O no conoces gente de cuarenta que se comporta como de veinte? Todos conocemos a alguien. Hay gente que tiene bachillerato, pero el tiempo en la universidad como que no tuvo efecto en sus vidas porque no es ir a la escuela, es si la escuela entra en ti. Así que, no es el tiempo lo que sana las heridas, lo que cambia a la gente, es lo que ocurre en tu vida durante ese tiempo, cómo tú procesas ese tiempo, qué tú percibes que Dios está haciendo.
No hay tal cosa como aquel que diga que lleva tanto tiempo de cristiano. Hay que ver qué es lo que está contando porque piensan que porque llevan muchos años en el cristianismo o yendo a la iglesia, se merecen ciertas cosas. Pero eso no funciona así porque no es el tiempo, las temporadas. No hay tal cosa como orarte fuera de los doce años de la escuela. Puedes adelantar, pero tienes que cursar la escuela superior para completarla. Las dos cosas son necesarias; que pase el tiempo, pero no es que pase el tiempo, sino lo que te pasa a ti dentro de ese tiempo.
Lo importante dentro de todas estas temporadas para que tengas un punto de partida correcto entendiendo estas cosas es la condición de tu alma, es lo que pasa en tu corazón, dentro de ti. Porque puedes estar en un punto de partida y, lamentablemente, perder todo lo que Dios quiere hacer contigo en ese momento.
“8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José;y dijo a su pueblo: 9 He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10 Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.” Éxodo 1:8
Aquí vemos que se levanta en Egipto un nuevo rey. Éxodo 1:8 es un punto nuevo de partida. Estamos hablando de un punto nuevo en la historia; se levanta un nuevo rey. Este rey tiene unos problemas, que cuando se levanta, en ese punto de partida, su corazón no es el correcto por varias razones que tú tienes que evitar dentro del proceso de tu vida porque, cuando llegues al punto de partida, el corazón tiene que ser correcto. El tiempo va a llegar, pero si el tiempo llega y estás en el nuevo punto de partida y el corazón no es el correcto, te atrasas. El otoño va a terminar, y si tú no estás listo cuando llega el invierno, ahora el frío te va a atacar. Pero no hay manera de que ores para acelerar el invierno por no pasarlo; lo que tienes es que prepararte para el invierno, para el otoño. Y cuando llegue, que estés listo.
Lo quieras o no, en tu vida habrá momentos donde tendrás un nuevo punto de partida, y tienes que revisar cuál es tu corazón, tu mente.
Comparemos este faraón con José. Se nos dice que este nuevo faraón no conocía a José. José, a través de toda su vida, tuvo diferentes puntos de partida. Pero, cuando llegó al punto de partida principal de estar al lado del faraón, demostró algo sumamente poderoso: que nada de lo que había pasado había dañado su corazón. José no permitió que lo que los hermanos le hicieron le dañara el corazón para que él perdiera de vista el por qué Dios le había dado influencia. Uno de los problemas de los gobernantes, es que algunos, no todos, llegan a puestos grandes y lo primero que recuerdan -con resentimiento – es todo el que le hizo daño para llegar allí. Cada vez que tú llegues a un punto de partida nuevo, lo primero que te va a venir a la mente es toda la gente que te hizo la vida imposible. Y si tú tienes resentimiento por todo lo que te pasó y por todo lo que la gente te hizo, cuando llegas allí, usarás el nuevo punto de partida y tu influencia para hacer daño, en vez de saber que Dios te puso allí a pesar de lo que ellos hicieron, para que tu les sirvas a ellos.
Es imposible que en tu camino no tengas gente que te venda, que te abandone, que te traicione. Por eso, sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque un día Dios te va a dar un nuevo punto de partida.
Qué grande fue José, que cuando Dios le da el punto de partida grande a José, él tiene claro en su corazón que Dios lo había llamado allí para servir a sus hermanos, a aquellos que lo habían vendido, entregado. Cuando dios te lleve a ese nuevo lugar de influencia, que el tiempo no haya dañado tu corazón, que a pesar todo lo que tú hayas pasado en cada temporada, todavía pueda producir, prosperar, administrar correctamente y, cuando llegues al lugar correcto, puedas haberte olvidado de lo que te hicieron, y decir: Dios me trajo hasta aquí para servir a aquellos que me hicieron daño, pero Dios usó eso para traerme hasta este lugar.
Jhon
Posted at 11:23h, 04 JanuaryAmén, gracias
Rosa Zavala
Posted at 14:04h, 05 JanuaryAmén ❤️ Bendiciones. Es de edificación para mi vida. Gracias , feliz 2022
marttha
Posted at 06:34h, 18 JanuaryAmén Aleluya