Empoderados para Pedir
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Empoderados para Pedir

16 Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre. 17 Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? 18 Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla.”  Juan 16:16-18  

Jesús está en sus últimos días con sus discípulos.  Jesús está apaciguando las aguas emocionales de sus discípulos, preparándolos para lo que viene porque los discípulos iban a enfrentar la crisis más grande de sus vidas hasta ese momento, la más difícil: no tener a Jesús al lado de ellos.  

Pedro había pescado muchas veces, y muchas otras no había pescado nada.  Pero ahora, por estar al lado de Jesús, todo se solucionaba; y ahora, por primera vez, aquel que solucionaba todos sus problemas y que ellos podían confiar porque estaba allí, les está diciendo: por un tiempo voy a estar, y entonces voy a ir, y entonces voy a regresar, voy al Padre un momento y voy a regresar.  Porque Cristo se fue y regresó y estuvo cuarenta días con sus discípulos, y comenzó a establecer el reino de Dios en aquel momento.  Así que, el que esté esperando que el reino se establezca, ha perdido de vista que Jesús se fue, regresó y se sentó con sus discípulos; no hizo ni un milagro por cuarenta días; lo único que hizo fue enseñarles a sus discípulos cómo manifestar el cielo aquí en la tierra.  Les enseñó cómo es que funcionan las cosas, para empoderarlos.  Pero antes de que llegara ese momento, Jesús comienza a prepararlos.  

19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? 20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará;”  Juan 16:19-20a  

¿Alguna vez has estado así?  Te pasa algo que tú lloras y tú sabes que hay gente al lado tuyo que se alegra de lo que te pasó.  Y Jesús les dice: les advierto que lo que viene va a hacerles llorar, se van a lamentar.  ¡Pero por supuesto!  Ellos tenían expectativas de un reino físico.  Lo que pensaban era que Jesús iba a montar una nación aquí, que iba a cambiar el planeta y se estaban distribuyendo los puestos, pensaban que venía cambio de gobierno.  Pero el reino de Dios nunca fue físico, sino espiritual, y ellos no entendían eso.  Jesús se los está advirtiendo.  

Dijo: cuando me vean en la cruz, hay un grupo que se va a gozar, van a pensar que acabaron con nosotros, que se terminó, sin saber que ahí es que comienza la cosa; déjenlos que rían porque el que ríe último, ríe mejor.  Dice la Biblia que si el diablo hubiera sabido que crucificando a Jesús estaba estableciendo su final, nunca lo hubiera crucificado.  Hay cosas que Dios no esconde de ti, sino para ti porque si se revelan antes de tiempo, el mundo toma otras decisiones.  

Jesús dice: ustedes van a llorar, se van a lamentar, pero por un tiempito; tranquilos.  Por eso les dice, me voy, pero vuelvo; no me van a ver, pero regreso.  Ellos pasaron tres días llorando.  Tomás se fue.  Los demás, dice la Biblia que se fueron deprimidos a la barca.  Ellos no entendían qué estaba pasando.  Pero Jesús les había advertido.  

20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. 21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.”  Juan 16:20-21  

En los ojos de Dios, no nace un niño, sino un hombre.  Porque Dios nunca nos ve como nacemos, sino en la estatura de lo que Él nos ha formado.  Dios no ve niños aquí en la tierra, sino hombres.  El problema es que en esta tierra, mientras nos comportamos y veamos a todos como niños, y no como hombres y mujeres, los tratamos como niños, en vez de tratarlos como hombres.  Este es un lenguaje muy repetitivo en la Biblia.  

Cada vez que nace una criatura, nace para Dios un hombre, una mujer; mientras que el mundo lo que ve son pequeñas criaturas.  

22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.”  Juan 16:22  

Los discípulos iban a tener la crisis más grande de su historia: Jesús no iba a estar presente; pero iba a estar dentro de ellos.  Tú no tienes razón por la cual estar triste porque cuando tú aceptas a Cristo tienes la experiencia que ellos tuvieron que les causó dolor.  El Cristo al que tú le sirves no viene de afuera a rescatarte, sino que está dentro de ti, de tu empoderamiento espiritual donde él resucita y levanta tu espíritu.  Por eso es que no debe haber en tu vida tristeza.  Si esta revelación existe en tu vida, se debe expresar con ese empoderamiento.  

23 En aquel día no me preguntaréis nada.”  Juan 16:23a  

Pedro iba donde Jesús porque había que pagar los impuestos, y le preguntaba: cómo hacemos?  Y Jesús le decía: vete y pesca.  Pero hay un día donde no vas a preguntar nada.  Por qué?  

…De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. 24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”  Juan 16:23b-24  

No habían pedido nada en su nombre porque se lo pedían a él.  Y Jesús les dice: se van a entristecer, les va a doler, se van a reír de ustedes; pero va a durar poco porque voy a regresar, voy a estar con ustedes y les voy a enseñar; pero desde ese día, ya no me van a pedir nada a mí, sino que ahora ustedes pueden pedir.  En otras palabras: desde esta crisis, vas a tener algo que no tienes hoy, y ese debe ser el día más gozoso para ti porque eres empoderado.  

El problema es que la sociedad no entiende esto.  Es maravilloso que Pedro recibiera el milagro cuando Cristo le dijo que tirara las redes a la derecha o que bogara mar adentro, pero nada como el día que tú te pares en el problema y tú le digas: Padre, yo amo a Jesús, y tú dices que lo que yo pida en su nombre, tú me lo vas a dar.  Pero la gente necesita tanta aprobación externa.  Cuando eras bebé, querías amarrarte solo los zapatos, querías aprender, y eso te daba autoestima de grandeza, pero hoy todavía tú quieres que te los amarren.  

Eso es lo que pasa con la sociedad.  Cuando pequeños, queremos aprender, que nos suelten, queremos hacerlo, pero llegamos a viejos y andamos preguntando quién nos ayuda, buscando quién nos da y volvemos a la etapa de atraso, cuando una de las cosas que mejor puede pasarle a una persona es el empoderamiento de pararse firme y decir: Dios va conmigo y lo que yo pida, Dios lo va a hacer; yo no sé cómo va a pasar, cómo va a ocurrir; no voy a limitar que ocurra de una manera porque Dios sabe mejor que yo, pero tengo la confianza de que Él lo va a hacer, así que yo voy a pedir.  Pide por tus hijos, por tu familia; aunque tú no sepas de dónde va a venir ni qué va a pasar, pero créelo.  

Jesús está diciendo: hasta ahora, me han pedido a mí y yo le pido al Padre, pero cuando yo me vaya, vas a llorar, pero después el gozo va a ser perpetuo porque ya no me tienes que pedir a mí; ahora puedes pedir en nombre mío.  Ahora tú puedes caminar en esta tierra seguro, confiado, con fe.  

25 Estas cosas os he hablado en alegorías; la hora viene cuando ya no os hablaré por alegorías, sino que claramente os anunciaré acerca del Padre.”  Juan 16:25  

Cristo dijo: ya yo me cansé; estoy contento porque ya no voy a tener que hablarles a ustedes por parábolas.  He tenido que explicarles, pero va a llegar el momento en que les voy a poder hablar.  Cuándo llegará el momento donde no necesitemos grandes pantallas de televisión en las iglesias; donde nos podamos sentar a hablar las cosas profundas de Dios sin que haya nada que nos distraiga?  Usamos alegorías para aquel que no ha madurado, para el que no ha sido empoderado, pero hay un día donde no hace falta nada de eso; solo una buena Biblia y un buen café y sentarnos a leer la palabra, a meditar y que el Señor nos hable, y no hace falta nada a tu alrededor.  Cristo dice: viene ese día.  

26 En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, 27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.”  Juan 16:26-27  

Jesús no ruega por ti por lo que tú pides.  Él ruega por ti por tus pecados, pero en adelante, te toca a ti pedir.  Tú tienes un intercesor por tus pecados; intercede allá arriba por tus pecados; por lo demás, sé maduro y párate firme en esta sociedad y comienza a caminar seguro.  

28 Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre. 29 Le dijeron sus discípulos: He aquí ahora hablas claramente, y ninguna alegoría dices. 30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios. 31 Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? 32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.”  Juan 16:28-32  

¡Qué confianza tenía Jesús!  Dijo: Pedro, sé lo que va a pasar, me van a dejar solo, pero tranquilos porque el Padre está conmigo.  

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”  Juan 16:33  

No te dice: ten fe.  Te dice: Confía.  Confía que él venció al mundo.  ¡Qué palabras tan poderosas!  ¿Cuál debe ser tu persuasión hoy?  Que el empoderamiento más grande que tú tienes es el del Espíritu Santo dentro de ti para caminar en esta vida con tanta seguridad de que no importa lo que el mundo haga o diga, no importa lo que pase, tu obediencia será completa a Dios, y Él se encargará de ordenar todo para bien.  Tú tienes hoy la autoridad para pararte firme y, en su nombre, pedir.  

Las Navidades cambian cuando tienes hijos porque cuando eres pequeño, la Navidad se trata de lo que vas a recibir, pero cuando eres grande, se trata de lo que vas a dar.  Y la diferencia es que no es la sonrisa que te saquen a ti, sino la que tú puedas sacar a los demás, lo que llena tu vida.  Ese es el grado de madurez, esa es la diferencia.  Esa es la madurez que tú tienes que tener como cristiano, como creyente.  En vez de estar esperando aprobación externa, entiende que tú has sido empoderado por el poder de Dios, por el Cristo que tú amas; tú puedes ir en su nombre y pedir, puedes pararte ante cualquier situación y saber que Dios va a responder.  

Es maravilloso cuando te ayudan, cuando te dan la mano.  Podemos imaginar a Cristo diciéndole a Pedro: fue maravilloso cuando te multipliqué y te llené las barcas la primera vez, cuando las redes se rompían; qué maravilloso el día que había que pagar impuestos y te mandé a pescar y en el primer pez estaba la moneda; cuando multipliqué los panes y los peces.  Pues eso se acabó, y vas a llorar por un tiempo.  Y lo que viene es más grande porque ahora lo que va a pasar es que un día eres tú quien se va a parar en esa barca y va a parar la tormenta, vas a multiplicar panes y peces, y el gozo que vas a tener no vendrá nunca más de afuera, sino de adentro, y nadie te lo puede quitar. 

4 Comments
  • Jhon
    Posted at 18:23h, 28 December Reply

    Amén, aleluya

  • Martha Lucia Hernández
    Posted at 18:26h, 28 December Reply

    Amen gracias a Dios por tus Misericordias y por que en tus preciosas Manos estamos creyendo que todo va a cambiar en mi familia
    Bendiciones

  • Maribel Correa Salgado
    Posted at 20:27h, 28 December Reply

    Arrebato, Me Apropió de esta Declaración y la Aplicó a Mi Vida y a la Vida de mi Familia En El Poderoso Nombre de Jesus, En El Bendito Poder de Nuestro ABA KADOSH y En La Gloria del Santo Espiritu de Dios Amen y Amen

  • Nelson García
    Posted at 08:54h, 29 December Reply

    Amén así será mi Salvador

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