05 Oct El Carnero Trabado
Veamos la falta de oración de Abraham en esta ocasión. Abraham no dice nada, sino que comienza a actuar ante la petición de Dios. Dios le pide a Abraham este acto, y Abraham comienza a actuar; enalbarda el asno, se levanta temprano en la mañana, habla muy poco; no se nos dice si habló con Sarah ni que dijeran nada más en el camino durante los días que caminaron hacia el monte. Cuando llega allí, entonces da unas instrucciones, unas pocas palabras, sin mucha explicación; guarda silencio durante todo ese tiempo, pero va actuando, va caminando. Porque, en la vida, la verdad es que cuando no tienes nada que decir, lo mejor es no decir absolutamente nada.
Y Abraham llegó al más grande grado de entrega que una persona pueda llegar a tener, y eso lo podemos experimentar únicamente en el monte Moriah, en un lugar alto, que es cuando llegamos al autosacrificio, cuando realmente te das cuenta que, en la vida, no hay futuro si no hay un sacrificio, no hay mañana si no hay sacrificio.
La persona que no tiene futuro o piensa que no lo tiene, nunca hace un sacrificio. Y mucha gente ha dejado de hacer sacrificios porque no han tenido los resultados que quieren tener con los sacrificios que han hecho. Por lo tanto, se rinden, porque piensan: si haciendo esto no voy a tener lo que quiero, ¿de qué sirve que lo haga? Se rinden ante los esfuerzos que se tienen que hacer para que su vida vaya en ascenso, únicamente porque en los sacrificios pasados no han obtenido los resultados que pensaban. Cuando comienzas a dejar a un lado la realidad y la verdad de la autoresponsabilidad y del sacrificio que tienes que hacer, entonces, comienzas a vivir por impulso.
La persona que hace un esfuerzo es porque piensa que hay un mejor mañana. Por eso estamos en contra de la escatología destructiva de finales negativos que dicen que todo se va a perder. El futuro de la iglesia es uno glorioso. Si creemos que esto se va a acabar, ni la iglesia va a querer trabajar. Los mismos cristianos comenzarían a trabajar para sí mismos, pensando solo en ellos porque, si tu país nunca va a cambiar, entonces, lo que te queda es irte a otro sitio a buscar un mejor futuro. Si crees que nada de eso puede ser transformado, entonces, por qué hacer sacrificios, esfuerzos. Si tú piensa que cuando te esfuerzas no obtienes resultados, ¿para qué entonces hacerlo? Lo que la gente no ha comprendido es que hay sacrificios y hay sacrificios.
El problema es que la gente no hace sacrificios y quiere resultados de los que hacen sacrificios. Esa es la historia de Caín y Abel. Dos hombres que van a un altar; uno trae un sacrificio, mediocre, pero sacrificio. Otro trae un sacrificio más grande, y el que llevó el sacrificio mediocre, quiere tener el resultado del que hizo el sacrificio excelente. Como el que hizo el sacrificio excelente le puso mucha presión al otro, obligándolo a tener que ahora hacer un sacrificio mejor, pues mejor lo mata porque siempre le recordaría que tiene que hacer más de lo que ha estado dispuesto a hacer.
En la vida hay sacrificios, y hay sacrificios. Hay gente que hace el sacrificio de ir a la universidad, pero hay otros que hacen el sacrificio de pasarla. Y tú no puedes pretender tener la misma nota y las mismas oportunidades de aquel que hizo el sacrificio, simplemente porque tú hiciste un sacrificio. Ir al gimnasio y estar media hora en una máquina es un sacrificio, pero el que sabe de eso, sabe que el sacrificio no se hace en el gimnasio, sino cuando entregas tus platos favoritos, ckuando no comes postre. Después dicen que el gimnasio no funciona, pero una cosa es el esfuerzo que están haciendo y otra muy diferente es el esfuerzo que realmente se requiere.
Y en la vida, lamentablemente, muchas veces, sin darnos cuenta, como no tenemos los resultados que aspiramos tener, basado en los sacrificios que estamos dispuestos a hacer, entonces, cada vez más deseamos hacer menos sacrificios, para no desilusionarnos. Sin darnos cuenta que la realidad es que en la vida de un cristiano, sabemos que entregamos nuestro presente para obtener el futuro de Dios para nosotros. Todo sacrificio que tú haces hoy, no lo haces pensando en lo que ese sacrificio te va a dar, sino pensando que después de ese sacrificio, Dios te va a mostrar algo que nunca antes habías visto.
Sacrificio es entregar el presente por el futuro. Pero los cristianos no entregamos el sacrificio o hacemos un esfuerzo por cualquier futuro. El sacrificio que hacemos es por el futuro que Dios tiene para nosotros. Es cuando vamos con la consciencia de que Dios se proveerá de cordero cuando lleguemos al lugar, de que Dios tiene algo preparado para nosotros, de que hay algo, que esto no va a ser en vano.
Un estudioso judío dice que en aquel lugar no era tan solo Abraham quien estaba siendo probado, sino también Dios. porque cuando Abraham fue con esa voluntad de entregarlo todo, fue como decir: lo voy a hacer, pero tú te encargas de lo que pase. El que quería la nación nueva era Dios, y le pidió a Abraham que sacrificara al hijo que es el que le daría la nación que Él quería. Abraham lo iba a sacrificar, sabiendo que Dios se encargaría del resto. Eso verdaderamente es obediencia. Es una obediencia ciega donde tú haces lo que tienes que hacer y pones el futuro en las manos de Dios por completo, diciendo: Dios es quien se encargará de hacer algo a favor de nosotros, Él tiene que tener una respuesta. Hay algo que todavía tú no has visto, que todavía no has mirado. Abraham, mientras caminaba a ese lugar, iba alcanzado un grado cada vez mayor de madurez; el que muchos logramos alcanzar.
La vida del creyente es sacrificio tras sacrificio, esfuerzo tras esfuerzo. Esto no termina, no acaba hasta que muramos a nosotros mismos. Abraham tuvo que dejar a su padre y a su parentela, tuvo que dejar a su tío y luego tuvo que pelear para salvarlo, tuvo que dejar a su hijo, Ismael, cuando Dios le dijo: haz lo que tu mujer te pide que hagas. Aunque él sabía que Ismael había sido resultado de una desobediencia, amaba a su hijo y amaba a aquella mujer; y tiene que dejarlos ir. Su corazón se estaba rompiendo aquel día; una vez más, Abraham tiene que sacrificarse y poner el futuro en las manos de Dios hasta el punto que tiene que entregar su propio futuro porque ya no tenía más nada que dar, sino lo que él amaba, Isaac, que era lo que le quedaba.
Cuando Dios le pide que entregue a su hijo, le dice claramente: el que tú amas. Pero, más adelante, cuando Dios le dice que no lo mate, no le dice: al que tú amas. Porque Abraham había dejado de amar a Isaac. El omitir en ese momento la frase “al que tú amas” lo que quiere decir es que ya no era su prioridad. Realmente, Abraham había llegado al punto en que se dio cuenta que él no depende de nada, sino de Dios. Llegó al punto donde realmente todo su amor era para Dios. Cada día que Abraham iba caminando hacia ese monte, más iba dejando de amar lo que tenía, lo que era el futuro que él pensaba para él. Y esa es la vida madura de un cristiano. Mientras caminamos en esta tierra y vamos hacia ese monte donde maduramos, llega un punto donde llegamos a amar a nada ni nadie más que al Dios Todopoderoso, que nos ha traído hasta donde estamos y que nos sorprende cada día.
La vida de todo aquel que lleva tiempo en los caminos del Señor es hoy más complicada. Cuando llegaste a los caminos del Señor, no tenías nada, no había ni futuro para ti. Piensa en el día que llegaste a la casa del Señor. ¿Hacia qué rumbo tú ibas? ¿Hacia dónde era tu final si seguías en el camino que llevabas? Pero un día saliste como Abraham, como extranjero; saliste en este camino y no sabías hacia dónde Dios te iba a llevar. Has dado vuelta en el desierto, pero a través de todo el camino, has visto la mano de Dios.
Lo grande es que no fue sino hasta que Abraham levantó el cuchillo, que entonces pudo ver que ya Dios había hecho provisión. Tú nunca podrás ver todo lo que Dios tiene para ti, hasta que no estés dispuesto a sacrificar lo último de tu vida. El día que tú levantes ese cuchillo, podrás darte cuenta que Dios siempre ha tenido provisión en todo tu caminar, en toda tu vida, para que alcances lo que Él te prometió.
Dios le dice a Abraham: Mira a tus espaldas. Así que Abraham iba subiendo con Isaac, y detrás de Abraham venía el carnero. El problema del mundo es que quiere hacer el sacrificio viendo el carnero de frente. Los cristianos sabemos que el carnero viene detrás, que lo vamos a ver. No persigues por lo que ves, sino que algún día verás aquello que no sabías porque perseguiste a aquel a quien tenías que perseguir.
Cuando Abraham miró hacia atrás, se dio cuenta que había un carnero trabado. ¿Qué cosas tienes que sacrificar hoy para el futuro que Dios tiene para ti? ¿Qué cosas no has estado dispuesto a hacer porque piensas que los sacrificios que has hecho en el pasado no han dado resultados? Mira para atrás en tu historia, mira cuando comenzaste en los caminos de Dios, cuando comenzaste a servirle y caminar hacia Él, y mira cuántas veces a lo largo de tu vida, Dios siempre ha tenido el carnero preparado para ti.
El carnero estaba trabado para ti, pero no es hasta que la vida te enfrenta y tú estás dispuesto a seguir hacia adelante, sirviéndole a Dios, que te das cuenta que Él siempre tiene un carnero trabado para ti.
Los cristianos no le echamos a Dios la culpa ni la responsabilidad de nuestros errores, pero le agradecemos todas sus bendiciones a través de nuestro camino de servirle a Él cada día, cada momento. El monte Moriah es donde nosotros vemos lo que ya Dios siempre tenía como provisión para nuestra vida, pero que no vas a ver sino hasta que estés dispuesto a levantar el cuchillo. Solo lo vas a ver cuando estés dispuesto a hacer el sacrificio.
Lorena
Posted at 13:05h, 05 OctoberCada palabra de Dios, alimenta mi espíritu. Gracias por cada msj, cada día. Bendiciones infinitas Pastor Otoniel Font.
Nelson García
Posted at 13:19h, 05 OctoberAleluya viva Dios en su presencia estoy que estoy listo para entregarte todo Señor gracias por tus bendiciones yo se que siempre as estado conmigo y mi familia gracias Dios
Marttha
Posted at 14:41h, 05 OctoberAmén Gloria s Dios
Sierto y verdadero solo hay qué obedecer a nuestro creador
Por qué el siempre nos guia
Bendiciones Pastor Otoniel
Jhon Mario
Posted at 20:09h, 05 OctoberAmén, aleluya
Wiliam Antonio Chacón Vargas
Posted at 00:28h, 06 OctoberGracias Pastor Otoniel entiendo lo que tengo que hacer le pido que Dios me guíe y pedir sabiduría sobre todo .
Jorge Ricardo Quiñones (Ricky Piezas)
Posted at 08:09h, 06 OctoberBendecidos Dios es mi proveedor todo lo que me pida se lo daré he visto su mano poderosa en mi vida.
Aleluya
Oswaldo Monier
Posted at 11:39h, 06 OctoberGrandes y maravillosas son tus obras y tus misericordias Amado Padre Celestial
Amén ???????
juan carlos ojeda cornejo
Posted at 11:45h, 06 OctoberGracias por esta palabra Pastor Otoniel, es de mucha ayuda en mi vida , Dios lo bendiga a usted y su familia, también su Ministerio.
le saludo desde Lima Perú
Daniel Moreno
Posted at 23:14h, 06 OctoberDios te bendiga Pastor Otoniel Font, Recibo esa palabra que edifica mi vida.
Marisol
Posted at 04:02h, 07 OctoberAmen, asi mismo es en lla vida hay q hacer sacrificios , Para seguir caminando y no detenerse y sobre todo ver los resultados de esos sacrificios q ala larga se convierten en Bndiciones Para ayudar al otro y creer mas en la Palabra del Señor , y confiar en el el! Grcs señor ?
Lilibeth Hernández
Posted at 15:51h, 16 OctoberAmen Gloria a Dios palabra Grande. Palabra poderosa.. cristo nos ama.