28 Jul Atrévete a Emprender

Una de las críticas que hacemos a la iglesia es que muchas veces entramos muy tarde a ciertos renglones de nuestra sociedad, o nos adaptamos demasiado tarde a cosas que, eventualmente, queramos o no, tendremos que hacer.  El hecho de entrar tarde en una oportunidad, automáticamente nos pone detrás en la fila, nos pone en posición de reaccionar, y no en posición de ser agentes de cambio.  Si nosotros tenemos la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, si tenemos acceso al trono de la gracia, si conocemos y tenemos la sabiduría y la mente de nuestro Señor, somos nosotros como iglesia los que deberíamos estar provocando los más grandes cambios a través de nuestra sociedad, provocando los más grandes avances, y no únicamente reaccionando a lo que el mundo está haciendo.  

Para la iglesia, de primera intención, todo es malo, hasta que luego tiene que adaptarse a ello.  La televisión, por ejemplo, en un principio fue catalogada como pecaminosa, y ahora es una herramienta poderosa para llevar el Evangelio.  Hoy, probablemente, tú nos ves a través de un canal de televisión, nos escuchas a través de una emisora de radio, conectas con nosotros a través de las redes sociales.  

Y muchos han entrado tarde también al aspecto empresarial, por esa misma mentalidad.  La iglesia, por mucho tiempo, no ha promovido que los creyentes seamos punta de lanza, agentes de cambio en el área empresarial en nuestra sociedad.  Hoy queremos inspirar tu fe para que te conviertas en el próximo empresario para Cristo.  

¿Por qué es importante que se levanten emprendedores cristianos?  

1. Es importante y necesario en nuestra sociedad el tener cristianos con ética dentro de los negocios.  Cuando una persona estudia la palabra de Dios, esa persona vive bajo unos mandatos, bajo unas ideas, bajo unos pensamientos, bajo unas reglas.  Una persona que ama a Dios, vive bajo una ética en su vida.  José pudo haber pecado; nadie iba a ver lo que haría con la esposa de Potifar, pero decidió permanecer firme.  Su conducta, su moral, su ética le abrió puertas, la gente no dudaba de él, confiaban en él.  En el mundo en que vivimos, donde hay corrupción, problemas, dificultades, donde vamos a encontrarnos con montones de cosas que no agradan a Dios, hace falta gente que sea luz en medio de las tinieblas.  Hace falta gente con ética, pero también hace falta gente con ética cristiana.  Tenemos que tener gente en nuestra sociedad, que sirva a otros dentro de las empresas en el nombre de Jesús.  El nombre de Jesús será levantado en los diferentes lugares cuando nosotros tengamos personas en las empresas que le sirvan a los demás en el nombre de Jesús.  
2. Necesitamos financiar el reino de Dios.  Hay gente en la iglesia que se queja de cómo avanza la comunidad LGBTTQ, de cómo avanzan todos estos ideales; pero la inversión financiera que ellos hacen es sumamente sustancial, gigantesca en todos los medios.  Muchas veces, los cristianos no entendemos lo que cuesta llevar el Evangelio, levantar y hacer una misión, construir instituciones donde la gente pueda recibir ayuda.  Todo tiene un costo, esto no es de la nada.  Si tuviéramos emprendedores, empresarios que fueran capaces de financiar sólidamente el reino de Dios, que puedan promover, provocar que cosas sucedan, el mundo sería diferente.  Hace falta emprendedores, empresarios cristianos, gente que le crea a Dios en el área de sus finanzas y que sepan que tienen que aportar, apoyar para que el reino de Dios continúe para que pueda avanzar.  
3. Porque los emprendedores cristianos tienen la peculiaridad de que tienen acceso a la creatividad.  Como tenemos la mente de Cristo, la conexión con el Espíritu Santo, nuestro tiempo de reflexión, de oración, Dios puede hablar a nuestras vidas de una manera especial, puede hablar a nuestros corazones y darnos ideas creativas que nos ayuden a visualizarnos hacia el futuro, y a traer soluciones importantes a nuestra sociedad.  Este mundo requiere de creatividad con ética, de personas que van a usarla para la gloria del Señor.  

Cuatro pensamientos que te van a ayudar a comenzar a moverte hacia ese aspecto empresarial:  

1. Tienes que romper todo pensamiento limitante.  La palabra dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo.  El apóstol Pablo nos escribió en el libro de Romanos que renovemos nuestra mente, que cambiemos nuestra manera de pensar, que pensemos como Dios quiere que pensemos.  Rompe todo pensamiento limitante que pueda haber en cualquier área de tu vida.  A lo mejor estás pensando que no tienes las habilidades necesarias, que no tienes contactos, que nadie te quiere ayudar, has pensado que estás destinado al fracaso.  Rompe todo pensamiento limitante hoy.  No hay límites que puedan detenerte, pero tienes que romperlos tú.  Cada vez que Dios llamó a alguien, algunos pusieron resistencia.  Vemos un Moisés quejándose; un pensamiento limitante: soy tartamudo.  Y Dios le dio solución.  A Gedeón, Dios le dice: te voy a usar, hombre valiente y esforzado.  Gedeón dijo: pero si soy el más pequeño.  Y Dios le dice: no digas eso, tú vas a ir con mi poder, con mi fuerza.  Jeremías, su pensamiento limitante: yo soy un niño, no lo podré hacer.  Y Dios le dice: no digas eso, yo te voy a enviar.  Tienes que romper con todo pensamiento limitante que no te ha permitido emprender.  Algunos piensan: mi cultura, mi sociedad, mi entorno es pobre, no voy a poder hacerlo.  Rompe con ese pensamiento limitante, a través de la palabra del Señor, entendiendo el propósito de Dios para tu vida.  
2. Rompe en tu mente el estigma que se ha creado en la sociedad acerca de los emprendedores, especialmente de los emprendedores cristianos.  Rompe con viejas críticas y paradigmas de gente con pensamientos de víctima, con pensamientos del pasado, de culpabilidad.  Una de las cosas que limita a muchos de entrar en el área empresarial es que se dice que todo el que es empresario es corrupto, que tiene que robar, engañar.  La gente cuestiona la riqueza de la gente como si fuera un pecado, algo malo; dicen: este es un corrupto, roba, se aprovecha de la gente.  Y esto limita que muchas personas avancen.  Rompe ese estigma.  Olvídate de lo que la gente piense.  Si Dios te llamó a emprender, no permitas que el estigma que le ponen a los empresarios en el mundo te limite a ti.  
3. Vence tus miedos, tus temores.  Somete tus miedos a los pies de Cristo.  La Biblia lo dice claramente: Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio.  Que no haya temor en tu vida; enfréntalo y vence.  
4. Entiende y valora tu potencial.  No mueras sin haber completado tu misión.  No llegues al final sin haber alcanzado todo lo que Dios tiene para ti.  

Despierta, levántate, prospera, progresa.  Maximiza tu potencial.  No nos quites la oportunidad de ver y disfrutar todo lo que Dios puede hacer contigo.  No nos quites el privilegio de ver hasta dónde Dios te puede llevar, de ver cómo Dios puede hacer que tú avances.  Entiende y valora el potencial que hay dentro de ti.  Atrévete a emprender, a salir del estancamiento en que estás.  Vas a tener que hacer sacrificios, esfuerzos.  Hay gente que no va a comprender, gente que te va a criticar, pero tú tienes un gran potencial, hay algo grande que Dios quiere hacer a través de ti.  Tú tienes que emprender.  Sal de esa tristeza, de esa amargura, de eso que estás viviendo en este momento, y provoca que algo ocurra en tu vida.  Manifiesta todo el potencial que Dios te ha dado.  Hazlo por la sociedad, por tu familia, por el Evangelio.  Sé todo lo que Dios quiere que tú seas.