Libérate de las cargas que no te pertenecen
21565
wp-singular,post-template-default,single,single-post,postid-21565,single-format-standard,wp-theme-bridge,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.4.5,qodef-gutenberg--no-touch,metaslider-plugin,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.9.5,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

Libérate de las cargas que no te pertenecen

Hay momentos en la vida en que el alma se siente agotada, no por el trabajo físico ni por la rutina, sino por el peso invisible que cargamos dentro. Muchas veces, esa fatiga interior proviene de llevar sobre nuestros hombros responsabilidades, preocupaciones y emociones que no nos corresponden. Sin darnos cuenta, acumulamos expectativas ajenas, demandas de otros, e incluso culpas que nunca debimos aceptar. Estas cargas innecesarias nos drenan la paz, nos roban el gozo y hacen que, aun descansando, sintamos el corazón cansado.

Existen personas que viven asumiendo el rol de salvadores del mundo. Quieren resolver los problemas de todos, sanar las heridas de otros, responder a cada necesidad y no decepcionar a nadie. Sin embargo, el peso de esas cargas no fue diseñado para ser llevado por un solo ser humano. Dios no te llamó a cargar lo que otros no están dispuestos a entregar. Hay batallas que no son tuyas, responsabilidades que no te pertenecen, y asuntos que solo el Señor puede transformar. Aprender a soltar no es egoísmo, es obediencia y sabiduría espiritual.

A veces incluso permitimos que otros nos impongan esas cargas. Nos dicen: “ora por mí”, “haz esto por mí”, “encárgate de aquello”. Pero cuando miras bien, descubres que muchos quieren que tú pelees sus batallas mientras ellos descansan. No se trata de no orar ni de no ayudar, sino de comprender que hay límites saludables. No puedes interceder por alguien que no quiere moverse, ni invertir tus fuerzas donde no hay disposición del otro. Jesús mismo enseñó que cada uno debe cargar su cruz, y solo así podremos seguirle con libertad y propósito.

Otra raíz profunda de la fatiga interior es el miedo. El temor paraliza, distorsiona la realidad y roba la confianza en las promesas de Dios. Una persona dominada por el miedo vive en estado constante de alerta, como si el peligro estuviera a la vuelta de cada esquina. El miedo hace que interpretemos todo lo que nos rodea como una amenaza, nos hace huir en lugar de avanzar, esconder en lugar de creer. Por eso, vencer el temor no es una opción, es una necesidad para vivir con plenitud. El amor perfecto de Dios echa fuera el miedo, y solo cuando descansamos en Su protección podemos experimentar verdadera paz.

Hoy es un buen día para hacer un alto y examinar qué estás cargando que no te corresponde. Libérate del peso emocional, espiritual y mental que no fue puesto por Dios. No cargues culpas que Cristo ya llevó, ni problemas que otros deben enfrentar. Aprende a descansar en la soberanía divina, confiando en que el Señor tiene cuidado de ti y de los que amas. Suelta, confía y respira. Dios quiere verte libre, ligero y enfocado en el propósito que Él preparó para ti.

El mensaje está disponible acá,

4 Comments
  • Wiliam Antonio Chacon Vargas
    Posted at 07:44h, 03 November Reply

    Amén gracias por esta palabra bendiciones

  • Jhon Mario
    Posted at 07:52h, 03 November Reply

    Gloria a Dios 🙏

  • Oswaldo Monier Bemudez
    Posted at 14:35h, 03 November Reply

    QUITA DE MI, TODA CARGA, FATIGA, PROBLEMAS QUE NO SON. MÍAS PARA LLEVAR UNA VIDA DE ACUERDO A TU VOLUNTAD AMADO PADRE CELESTIAL
    AMÉN 🙏🙏😘😘🙏🙏

  • Marttha
    Posted at 13:47h, 06 November Reply

    Amén soltaré cargas qué no son mías
    Bendiciones gracias por la palabra

Post A Comment