Cuando la tormenta no puede entrar en tu corazón
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Cuando la tormenta no puede entrar en tu corazón

Hay momentos en la vida donde el cansancio parece inevitable. Las circunstancias, las tormentas y las pruebas se levantan con fuerza, y aunque tengamos la energía para seguir remando, a veces sentimos el deseo de simplemente dejar que la corriente nos arrastre. Sin embargo, hay una gran diferencia entre estar cansado físicamente y permitir que la tormenta entre en el alma. El cuerpo se recupera con descanso, pero cuando el corazón se fatiga, la esperanza comienza a desvanecerse. Por eso, más que cuidar nuestras fuerzas físicas, debemos proteger la fortaleza interior que nos impulsa a seguir creyendo, aun cuando los vientos parecen en contra.

Muchos de nosotros hemos enfrentado temporadas donde parecía que ya no podíamos más. Oraciones sin respuesta, puertas cerradas, metas que no se cumplen, o relaciones que se desgastan. Pero en medio de ese agotamiento, hay una verdad poderosa: Dios le da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene ninguna. Él no prometió que el camino sería fácil, pero sí aseguró que llegaremos al otro lado si no nos rendimos. Lo importante no es la magnitud de la tormenta, sino nuestra decisión de mantenernos firmes y remar, confiando en que al otro lado hay una victoria esperándonos.

El enemigo sabe que no puede destruirte desde afuera, por eso intenta infiltrarse en tu interior. No puede detenerte físicamente, pero busca sembrar dudas, desesperanza y miedo. Si logra que la tormenta entre en tu corazón, entonces perderás el impulso para seguir remando. Por eso Jesús, en medio del mar agitado, dormía. No porque no hubiera tormenta, sino porque la tormenta no estaba dentro de Él. Cuando tu paz viene de Dios, no depende del viento ni de las olas, sino de la fe que reposa en tu alma.

Hoy Dios te recuerda que no estás solo en el mar. Él está en tu barca. Puede que el proceso duela, que el cansancio sea real, pero su palabra es segura: “Vas a cruzar al otro lado.” No importa cuán violenta sea la tormenta, si Él lo dijo, se cumplirá. Solo debes seguir remando, orando, creyendo y avanzando. Aunque tus brazos tiemblen y tu fe se debilite, no sueltes el remo. En el momento justo, el viento cambiará a tu favor, y verás que no fue en vano resistir.

Así que cuando termines de leer esto, toma aire, levanta la cabeza y recuerda: tu fatiga no es el final, es la antesala de tu fortaleza. Dios no se ha olvidado de ti. Él es el Dios de los cansados, el que renueva las fuerzas del alma, el que calma las tormentas externas y apaga las internas. Si hoy sientes que ya no puedes más, escucha su voz diciéndote: “Rema, que vas a cruzar. Yo estoy contigo.” En el nombre poderoso de Jesús, tu fatiga terminará y tu fe será renovada.

El mensaje está disponible acá.

5 Comments
  • Jhon Mario
    Posted at 12:56h, 05 November Reply

    Gloria a Dios 🙏

  • Wiliam Antonio Chacon Vargas
    Posted at 14:45h, 05 November Reply

    Amén gracias por esta hermosa palabra la tomo es parte de mi vida bendiciones

  • Liseth Trujillo
    Posted at 17:55h, 05 November Reply

    Amén y amén y así sea🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙌🏽🙌🏽🙌🏽❤️❤️❤️mi fatiga termina ahora mismo y mi Fé es renovada en el nombre del Señor Jesucristo amén by amén🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙌🏽🙌🏽🙌🏽❤️❤️❤️

  • Oswaldo Monier Bemudez
    Posted at 09:25h, 06 November Reply

    TODA LA GLORIA Y TODA LA HONRA PARA TI AMADO PADRE CELESTIAL, GRACIAS POR TODO TU AMOR Y MISERICORDIAS, PORQUE AÚN SIENDO PECADOR ME AMAS
    AMÉN 🙏😘🙏

  • Marttha
    Posted at 13:52h, 06 November Reply

    Amén Gloria a Dios
    Lo creeo

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