25 Jun La batalla por nuestras raíces: familia, identidad y fe bajo ataque
Aldous Huxley, en su visión profética, advirtió sobre los peligros de los estados totalitarios que buscan ciudadanos sin raíces, sin familia y sin historia. Esta advertencia no solo fue una crítica política, sino una declaración espiritual sobre lo que está en juego cuando se pierde el vínculo con la identidad personal y colectiva. Los regímenes que buscan imponer control saben que una sociedad desconectada de su herencia es fácilmente manipulable. Esta realidad resuena con fuerza hoy, cuando vemos intentos sistemáticos de borrar la memoria familiar y redefinir los valores que por generaciones han sustentado nuestras comunidades.
La Biblia ya nos advertía de esta estrategia. En el libro de Daniel, Nabucodonosor separa a los jóvenes hebreos de sus familias, les cambia sus nombres y trata de borrar su identidad. Esa táctica no solo fue un intento de asimilación cultural, fue un ataque directo a la esencia espiritual y familiar de aquellos jóvenes. Hoy enfrentamos una versión moderna de ese mismo adoctrinamiento: una cultura que intenta reescribir lo que significa ser hombre, ser mujer, ser hijo, ser familia. Al igual que en tiempos bíblicos, el objetivo es arrancar a las nuevas generaciones de sus raíces.
En nuestros días, esta batalla se libra con otras herramientas, pero el objetivo es el mismo. Medios de comunicación, industrias del entretenimiento y sistemas educativos han sido infiltrados por ideologías que buscan socavar el diseño original de Dios para la familia. En nombre de la “inclusión” y la “diversidad”, se siembran confusiones sobre identidad y propósito en las mentes más jóvenes. Se enseña a los niños ideas que contradicen la verdad eterna de la Palabra de Dios, alejándolos de su fe y debilitando la estructura que por siglos ha sido refugio y fortaleza: la familia.
No podemos ser neutrales ante esta realidad. Guardar silencio no es una posición moral, es complicidad. Como creyentes, como padres, como ciudadanos, debemos reconocer lo que está ocurriendo y levantar la voz con claridad y valentía. Hay movimientos organizados, con financiamiento y poder, que están atacando sistemáticamente a nuestras familias, y necesitamos identificarlos, confrontarlos y resistirlos con verdad, amor y firmeza. La pasividad espiritual y social ha permitido que el mal avance con agresividad. Es tiempo de despertar.
La batalla por nuestros hijos no es solo política o cultural, es profundamente espiritual. Defender la familia es defender la imagen misma de Dios en la tierra. Es preservar la historia, la identidad y el propósito con el que fuimos creados. Volver a nuestras raíces no es retroceder; es afirmar lo que nunca debimos soltar. La iglesia, la familia y la comunidad deben ser lugares donde se restaura la verdad, se protege a los inocentes y se vive con convicción. La resistencia comienza en casa, con oración, enseñanza y ejemplo. El futuro de nuestras naciones depende de ello.
Marttha
Posted at 12:15h, 25 JuneAmén Gloria a Dios gracias por la palabra
Oswaldo Monier Bemudez
Posted at 18:44h, 25 JuneNinguna Arma Contra Mi Prosperara
AMÉN 🙏🙏🙏😘🙏🙏🙏
Wiliam Antonio Chacón Vargas
Posted at 00:34h, 26 JuneAmén una gran realidad y ayúdeme a orar trabajo un instituto y quiero llevar un cambio ha todos los jóvenes bendiciones.
admin2
Posted at 13:08h, 28 JuneOramos contigo, bendiciones
Liseth Trujillo
Posted at 12:42h, 26 JuneAmén y amén y yo lo creo amén así sea🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙌🏽🙌🏽🙌🏽