05 Jun El Único Rival de Dios: ¿Quién Reina en Tu Corazón?
Vivimos en un mundo que constantemente nos empuja a pensar en el mañana, en lo que nos falta, en lo que aún no hemos logrado. Pero Jesús nos llama a vivir en el ahora, en el momento presente, porque allí es donde realmente se manifiesta nuestra fe. El afán por las riquezas, por la estabilidad económica o incluso por una vida “mejor”, puede robarnos la paz de vivir plenamente el hoy. El problema no es tener dinero, sino lo que ese dinero llega a significar para nosotros.
Muchos piensan que el problema de poner el dinero por encima de Dios es exclusivo de los ricos. Sin embargo, la realidad es otra. Incluso quienes tienen escasos recursos pueden caer en el mismo error: poner su confianza, su esperanza y su seguridad en el dinero. El corazón del asunto no es la cantidad que se posee, sino la prioridad que ocupa en la vida. El dinero, con facilidad, se convierte en un ídolo silencioso que consume nuestros pensamientos y decisiones.
Jesús fue claro en Mateo 6:24: “Ninguno puede servir a dos señores… No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Él no dijo “no podéis servir a Dios y a la familia” o “a Dios y al trabajo”. Señaló directamente al dinero como la única verdadera competencia por el trono de nuestro corazón. No es que Dios no valore a nuestros hijos, parejas o carreras, sino que sabe que ninguno de ellos tiene el poder de robar nuestra adoración como lo puede hacer el dinero.
Lo interesante es que Dios nunca dijo que no amaras a tu hijo o a tu esposa. De hecho, Él nos manda a amar y cuidar de nuestra familia. Pero sí fue contundente en advertirnos que el dinero puede ser visto como un dios. No es casualidad que sea el único falso dios que Él reconoce como tal en las Escrituras. Porque Dios sabe que, para muchos, el saldo de una cuenta bancaria tiene más autoridad que su Palabra.
Este mensaje no busca condenar, sino despertar. ¿Quién ocupa el primer lugar en tu vida? ¿A quién sirves con más pasión, a Dios o al dinero? No esperes a tener millones para evaluar esto; empieza con lo que tienes ahora. Hoy es el día perfecto para recordar que solo uno merece el trono de nuestro corazón. El dinero puede ser útil, pero nunca debe ser el rey. Solo Dios debe reinar.
El mensaje completo está disponible acá.
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