Volviendo a tu propósito: La lección de Michael Jordan y el número 23
20988
wp-singular,post-template-default,single,single-post,postid-20988,single-format-standard,wp-theme-bridge,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.4,qodef-gutenberg--no-touch,metaslider-plugin,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.9.0,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

Volviendo a tu propósito: La lección de Michael Jordan y el número 23

En 1993, Michael Jordan, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, sorprendió al mundo al retirarse para perseguir un sueño personal: jugar béisbol. Sin embargo, En 1993, Michael Jordan, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, sorprendió al mundo al retirarse para perseguir un sueño personal: jugar béisbol. Sin embargo, su paso por las ligas menores no fue el éxito que muchos esperaban. Aunque Jordan era un atleta excepcional, no había sido diseñado para el béisbol. Su verdadera grandeza estaba en la cancha de baloncesto, vistiendo el número 23.

Cuando regresó al deporte que lo hizo leyenda, recuperó su identidad. Esta historia nos enseña una lección espiritual profunda: Dios nos diseñó para un propósito específico, y cuando nos apartamos de él, experimentamos frustración y vacío.

1. Fuimos creados para un propósito único

Al igual que Jordan fue dotado para el baloncesto, cada uno de nosotros fue diseñado por Dios para cumplir un llamado único. El problema surge cuando intentamos vivir fuera de ese diseño. Muchos están “jugando béisbol” (en sus trabajos, relaciones o hábitos) cuando en realidad fueron creados para “jugar baloncesto”.

La frustración de Jordan en el béisbol refleja el vacío que sentimos cuando no caminamos en nuestra vocación. Efesios 2:10 nos recuerda que somos “hechura de Dios”, creados para buenas obras que Él ya preparó. No se trata de lo que queremos hacer, sino de lo que fuimos hechos para hacer.

2. Identifica tu “número 23”

Jordan brillaba cuando regresó a su número 23. ¿Cuál es tu “número 23”? Es decir, ¿qué actividades te hacen sentir pleno y conectado con Dios? ¿En qué áreas fluyes con facilidad y produces fruto? ¿Qué te apasiona de manera genuina y sirve a otros?

Dios no te llamó a imitar la vida de otros, sino a vivir la que Él diseñó para ti. No necesitas ser como nadie más.

3. Rechaza las comparaciones

Jordan no necesitaba jugar como Magic Johnson o Larry Bird; él tenía su propio estilo. De la misma manera, tu llamado no debe ser una copia de otro.

La comparación es un engaño del enemigo para desviarnos de nuestro propósito. Gálatas 6:4 dice: “Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse solo respecto de sí mismo, y no en otro”.

4. Paga el precio por tu llamado

Cuando Jordan regresó a la NBA, tuvo que pagar multas por usar su número 23, ya que el número 45 (que usó inicialmente) no le pertenecía. Volver a su identidad tuvo un costo.

Si hoy te sientes frustrado o fuera de lugar, quizás es porque estás en el “béisbol” cuando Dios te creó para el “baloncesto”. No hay mayor satisfacción que vivir en el centro de tu llamado.

El mensaje completo está disponible acá.

1 Comment
  • Oswaldo Monier Bemudez
    Posted at 16:43h, 28 May Reply

    SOY LO QUE SOY POR LA GRACIA DE DIOS
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

Post A Comment