23 May Un reset radical en nuestras relaciones

Vivimos en una sociedad donde las relaciones se han vuelto superficiales. Las redes sociales nos han acostumbrado a confundir un “like” con amor verdadero, y el individualismo nos ha llevado a priorizar nuestro bienestar sobre el impacto en los demás.

Jesús nos desafió a amar “como Él nos amó” (Juan 13:34), un amor que va más allá de lo emocional: es una decisión, un mandamiento. Pero, ¿cómo lograrlo en un mundo donde el perdón y la reconciliación parecen débiles?

Lecciones de Ruanda y la Trinidad

El genocidio ruandés y su posterior reconciliación nos enseñan que el perdón es posible, aunque sea doloroso. Además, la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) nos muestra el modelo perfecto de relaciones: unidad en diversidad, distinción sin división e intimidad sin fusión.

Cuatro claves para relaciones sanas:

– El amor es sacrificio: no hay amor sin esfuerzo.
-Unidad en diversidad: aprender a convivir con diferencias.
-Vulnerabilidad auténtica: aceptar que seremos heridos, pero que el perdón sana.
-Perdonar siempre: como dijo Jesús, “No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete” (Mateo 18:22).

Necesitamos un “reset radical” en nuestras relaciones. No basta con reiniciar; debemos borrar los patrones tóxicos y comenzar desde cero, basándonos en el amor y el perdón.
La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos más herramientas para comunicarnos, pero menos capacidad para convivir. Priorizamos nuestro bienestar individual, ignorando cómo nuestras acciones—u omisiones—afectan a otros. El genocidio de Ruanda nos muestra el extremo de esta desconexión: cuando el “yo” se impone sobre el “nosotros”, el resultado es caos. Pero también nos enseña que, incluso después de lo impensable, la reconciliación es posible.

El mensaje completo está disponible acá.