21 May Sé la mano de Dios para otros: un propósito que trasciende lo espectacular.
Mientras un sinfín de personas dirigen su mirada hacia la búsqueda de ministerios grandiosos y plataformas de influencia imponentes, el corazón de Dios anhela encontrar individuos que simplemente estén dispuestos a extender una mano amiga a alguien que se encuentra en medio de una batalla silenciosa.
Recuerda la imagen de aquel guante lleno de agua tibia, un humilde recurso capaz de infundir calma en el frágil ser de un bebé prematuro. De manera similar, tú posees la capacidad de convertirte en ese toque tangible de Dios en la vida de otra persona. No necesitas ostentar todas las respuestas a las preguntas existenciales. No estás llamado a tener la facultad de resolver todos los problemas que afligen a la humanidad. Tu rol primordial es mucho más sencillo y, a la vez, profundamente significativo: simplemente necesitas estar presente.
Hay innumerables individuos a tu alrededor que libran sus propias batallas en la soledad del silencio. Los encuentras en tus lugares de trabajo, en la intimidad de sus hogares, incluso en los pasillos de tu congregación. Su necesidad primordial no es un sermón más elocuente o una doctrina más compleja; lo que anhelan es una mano amiga que se extienda con genuina empatía y les asegure con un simple gesto: “No estás solo en esta lucha”.
A menudo, nuestra mente nos engaña, haciéndonos creer que para generar un impacto significativo en el mundo necesitamos vastos recursos económicos o habilidades extraordinarias y deslumbrantes. Sin embargo, la verdad, despojada de toda pretensión, revela que el mayor impacto en la vida de otros a menudo emana de los gestos más sencillos y humildes: un mensaje de texto oportuno, una llamada telefónica que ofrece consuelo, una oración sincera elevada en su favor, un abrazo cálido en el momento preciso.
Es posible que no tengas la capacidad de erradicar todos los males del mundo, pero indudablemente puedes marcar una diferencia palpable en la vida de alguien. Quizás tu alcance no abarque a toda la humanidad, pero sí puedes elegir ser la mano de Dios extendida hacia aquel que clama por ayuda en el día de hoy.
Tal vez tus recursos materiales sean limitados y no puedas proporcionar a alguien todo lo que su necesidad demanda, pero sí puedes ofrecerle lo más invaluable: la certeza inquebrantable de que no está librando su batalla en la más absoluta soledad. Al igual que aquel guante tibio en la incubadora, tu simple presencia, tu disposición a estar ahí, puede marcar una diferencia trascendental en su experiencia.
Esta es una invitación que trasciende el mero papel de espectador en el Reino de Dios. Es un llamado apremiante a convertirte en Sus manos extendidas, en Su toque de amor tangible, en Su presencia manifestada de manera concreta en la vida de aquellos que te rodean.
¿Te sientes preparado para ser utilizado por Dios de esta manera tan personal y poderosa? ¿Anhelas descubrir cómo puedes convertirte en un instrumento de Su paz inefable y de Su presencia reconfortante en la vida de otros? Te extiendo una cordial invitación a explorar el mensaje completo disponible en nuestro canal, donde desvelaremos las claves para ser la mano de Dios en un mundo que anhela desesperadamente un toque de amor divino.
El mensaje completo está disponible acá.
Wiliam Antonio Chacón Vargas
Posted at 13:42h, 21 MayAmén tomó está palabra muchas gracias es una realidad en mi vida, bendiciones.
Oswaldo Monier Bemudez
Posted at 09:42h, 22 MayHeme Aquí Tu Siervo, Tu Hijo, AMADO PADRE CELESTIAL, Lléname De Tu Presencia, Sabiduría Y Discernimiento Para Hacer Tu Voluntad Y Utilizame Para. Ser Un Testimonio Vivo De Que TÚ ERES NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR AMADO SEÑOR JESUCRISTO
AMÉN 🙏🙏🙏🙏