Los 3 peligros ocultos de perder la presencia de Dios
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Los 3 peligros ocultos de perder la presencia de Dios

¿Alguna vez has observado cómo algunas personas, al enfrentar las duras pruebas de la vida, parecen extraviar su brújula espiritual? Hoy quiero desvelarte los tres efectos más devastadores que insidiosamente se manifiestan cuando nuestra conciencia de la presencia divina se desvanece.

El primer escollo en este peligroso descenso es la activación del modo supervivencia. En este estado primario, comenzamos a operar impulsados por el instinto visceral de “lucha o huida”. De repente, la conducta que nos guía ya no emana de nuestra identidad como hijos e hijas de Dios, sino de una desesperada pugna por la mera subsistencia. Pero recuerda esto: tu llamado trasciende la supervivencia; fuiste creado para reinar en vida.

El segundo peligro, aún más sutil y corrosivo, se instala silenciosamente en nuestro corazón: comenzamos a cuestionar el amor incondicional de Dios. No ponemos en tela de juicio Su existencia, ni Su poder omnipotente, pero una sombra de duda se cierne sobre Su afecto hacia nosotros. “¿Si realmente me ama,” susurra la mente, “¿por qué permite esta aflicción?” Y esa duda, como un ácido implacable, comienza a erosionar los cimientos de nuestra relación con Él, contaminando cada interacción.

El tercer peligro, el más devastador de todos, culmina en una inversión radical de nuestras prioridades mentales. En este punto crítico, nuestros problemas adquieren una magnitud desproporcionada, eclipsando la solidez inmutable de Sus promesas. Las circunstancias adversas se erigen como gigantes imponentes, mientras que la Palabra viva de Dios se percibe a través de un cristal empañado, difuminada y distante. Es como si nuestras dificultades empuñaran una lupa, magnificando su poder, mientras que las verdades divinas se empequeñecen hasta la insignificancia.

Estos tres peligros actúan como una implacable reacción en cadena, una secuencia de dominó espiritual. Uno inevitablemente conduce al siguiente, y antes de que siquiera podamos percibir el cambio, nos encontramos viviendo muy por debajo de la estatura de nuestro llamado como coherederos con Cristo. Ya no caminamos con la frente en alto, imbuidos de victoria; simplemente nos esforzamos por capear la tormenta, en un ciclo interminable de supervivencia.

Pero aferra tu corazón a esta buena noticia: estos peligros no son tu destino irrevocable. No tienen por qué definir tu realidad. Cada uno de estos escollos puede ser superado, cada cadena rota, cuando aprendemos el arte vital de mantenernos persistentemente conscientes de la presencia viva de Dios en cada faceta de nuestra existencia.

No estás condenado a vivir en perpetuo modo supervivencia. No tienes que sucumbir a la duda corrosiva sobre el amor divino. No estás obligado a permitir que tus problemas se eleven por encima de la autoridad inquebrantable de Sus promesas. Existe un camino mejor, una forma de vivir que trasciende estas trampas.

¿Anhelas descubrir cómo mantenerte firme e inamovible en la poderosa presencia de Dios, incluso cuando los cimientos del mundo parecen desmoronarse a tu alrededor? ¿Deseas aprender a vivir por encima de estos tres peligros devastadores que amenazan con socavar tu fe? Te extiendo una invitación apremiante a explorar el mensaje completo disponible en nuestro canal. Hay una manera de vivir en victoria, incluso en medio de la adversidad, y comienza con una conciencia inquebrantable de Aquel que nunca te abandona.

El mensaje completo está disponible acá.

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