31 May ¿Estás sirviendo mesas o predicando?
Esta historia nos enseña una lección crucial para nuestra vida espiritual: no todo lo bueno es lo mejor, y el éxito está en discernir entre lo urgente y lo eterno.
Muchos creyentes viven ocupados en actividades buenas (servir, administrar, organizar), pero no en las óptimas para su llamado. No se trata de que ciertas tareas no sean valiosas, sino de preguntarnos: ¿estoy invirtiendo mi tiempo donde Dios me diseñó para dar mi máximo fruto?
Los apóstoles tenían claro su propósito: predicar la Palabra y orar (Hechos 6:4). Su ministerio no consistía en resolver problemas logísticos, aunque estos fueran legítimos.
Dios no nos llama a hacerlo todo, sino a hacer lo que Él nos asignó. Algunos son llamados a enseñar, otros a servir, otros a interceder o administrar (1 Corintios 12:4-11).
¿Cómo descubrir tu llamado principal?
-Examina tus dones espirituales (Romanos 12:6-8).
-Identifica lo que te apasiona y da fruto.
-Busca confirmación de líderes espirituales.
Si tu pasión es la enseñanza, no te ahogues en tareas administrativas. Si tu don es servir, no te fuerces a predicar solo por presión. Cumple tu rol con excelencia, pero no trates de abarcar lo que no te corresponde.
Moisés intentó juzgar solo a todo Israel hasta que su suegro Jetro le advirtió: “No es bueno lo que haces; te desgastarás” (Éxodo 18:17-18). La solución fue delegar y formar un equipo.
Los apóstoles hicieron lo mismo: eligieron a siete hombres llenos del Espíritu para atender las necesidades prácticas (Hechos 6:3). La delegación no es negligencia, sino sabiduría.
Enfócate y persevera
¿Recuerdas la historia de Jordan que te conté? Cuando él regresó al baloncesto, no solo recuperó su nivel, sino que ganó tres campeonatos más. ¿Por qué? Porque se enfocó en lo que realmente lo hacía brillar.
El enfoque produce fruto. Si Dios te ha llamado a predicar, predica. Si te ha llamado a interceder, ora sin cesar. Si tu don es la misericordia, sirve con amor. No permitas que las distracciones —aun las “buenas”— te alejen de tu propósito.
El mensaje completo está disponible acá.
No Comments