Gracia vs. libertinaje: el equilibrio divino de la transformación
20796
post-template-default,single,single-post,postid-20796,single-format-standard,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.3.5,qodef-gutenberg--no-touch,metaslider-plugin,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.8.9,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

Gracia vs. libertinaje: el equilibrio divino de la transformación

La gracia de Dios es el regalo más revolucionario que la humanidad ha recibido, pero también el más malinterpretado. En nuestra era de espiritualidad a la carta, muchos han distorsionado la gracia transformadora de Dios convirtiéndola en un permiso para permanecer sin cambios. “Dios me ama como soy” se ha convertido en la excusa perfecta para no crecer, olvidando que el mismo amor que nos acepta es el que nos impulsa a la transformación.


La gracia auténtica opera en una tensión divina: nos acepta exactamente donde estamos, pero ama demasiado para dejarnos allí. Como el padre del hijo pródigo, Dios nos recibe en nuestros harapos, pero inmediatamente ordena traer el mejor vestido. No nos acepta para confirmarnos en nuestro estado actual, sino para transformarnos a la imagen de Su Hijo.

El libertinaje es la gracia sin transformación; el legalismo es la transformación sin gracia. Ambos extremos pierden la esencia del evangelio. La verdadera gracia es transformadora por naturaleza. No es un permiso para pecar, sino el poder para cambiar. No es una licencia para permanecer igual, sino una invitación a la metamorfosis espiritual.

.Cuando Pablo pregunta “¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?”, su respuesta es contundente: “¡De ninguna manera!” La gracia que nos salva es la misma que nos santifica. Es la misma corriente de amor divino que nos acepta incondicionalmente y nos impulsa inexorablemente hacia la imagen de Cristo.

La gracia genuina produce gratitud, y la gratitud naturalmente desea agradar a quien nos ha bendecido tanto. No cambiamos para ganar el amor de Dios, cambiamos porque ya lo tenemos. No nos transformamos para ser aceptados, nos transformamos porque ya somos aceptados. Esta es la dinámica revolucionaria de la gracia verdadera.

La invitación hoy es a experimentar la gracia en su plenitud: tanto en su aceptación incondicional como en su poder transformador. A dejar que el mismo amor que nos recibe sin condiciones nos cambie sin reservas. Porque la gracia de Dios no es solo un mensaje que escuchamos, es un poder que experimentamos.

¿Estás listo para experimentar la gracia que no solo perdona sino que transforma? El mismo Dios que te ama como eres, te ama demasiado para dejarte así.

Ve el mensaje completo acá.

2 Comments
  • Oswaldo Monier
    Posted at 15:41h, 09 April Reply

    Solo Por Tu GRACIA DIVINA SOY SALVO GRACIAS AMADO, PADRE CELESTIAL POR TODO TU AMOR Y MISERICORDIAS
    AMÉN 🙏🙏🙏

  • Marttha
    Posted at 18:19h, 09 April Reply

    Amado Padre Celestial gracias por tú amor y tú Gracia Pará esta ya tú sierva

Post A Comment