05 Mar Te están vigilando 75 veces al día, pero Dios ve mucho más…

¿Sabías que en promedio eres grabado por cámaras de seguridad al menos 75 veces al día? Sí, lo escuchaste bien. En el supermercado, en el banco, en las calles, incluso los Tesla graban todo a su alrededor constantemente. Cada vez que caminas cerca de un semáforo, cada vez que entras a una tienda, cada vez que pasas por un edificio, hay una cámara registrando tus movimientos.

Vivimos en una era de vigilancia constante. La tecnología nos rodea, y con cada paso que damos, hay una posibilidad bastante alta de que estemos siendo observados. Para algunos, esta realidad genera incomodidad; para otros, simplemente es parte de la vida moderna. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en lo que esto realmente significa? Estás siendo monitoreado, no solo por dispositivos, sino también por miradas humanas. Y sin embargo, hay algo aún más profundo que quiero compartir contigo hoy.

Si 75 grabaciones al día te parecen muchas, imagina esto: Dios ve cada segundo de tu vida. No solo tus acciones externas, sino cada pensamiento, cada intención, cada deseo de tu corazón. No hay un solo momento en que no estés ante Su presencia. Esa es una verdad que puede cambiar completamente nuestra perspectiva sobre la vida.

Ahora, espera, no te asustes. Esta realidad no está aquí para generar paranoia o miedo. Al contrario, debería liberarte. ¿Por qué? Porque significa que hay Alguien que te conoce completamente y aun así te ama incondicionalmente. No tienes que pretender ser quien no eres. No tienes que mantener una imagen falsa. Cuando entiendes que Dios está presente en todo momento, dejas de vivir para impresionar a otros y comienzas a vivir en autenticidad.

Es como estar en casa con tu familia más cercana, donde puedes ser tú mismo sin máscaras. No tienes que fingir, no tienes que aparentar, puedes ser genuino. Esta comprensión cambia la forma en que enfrentamos la vida diaria. Sabemos que no necesitamos la aprobación de otros, porque ya tenemos la aceptación del único que realmente importa.

La omnipresencia de Dios no es una amenaza, es una invitación a la intimidad. Es saber que nunca estás solo, que siempre tienes a Alguien que te entiende completamente. No es un Dios que te vigila para castigarte, sino un Padre que te observa para protegerte y guiarte. Su presencia constante es un recordatorio de Su amor inquebrantable.

Piensa en esto: las cámaras solo capturan lo exterior, pero Dios ve el corazón. Las cámaras pueden fallar, pero la presencia de Dios es constante. Las cámaras pueden ser evitadas, pero el amor de Dios te alcanza en cualquier lugar. No importa dónde estés ni lo que estés haciendo, Su mirada amorosa siempre está sobre ti.

Esta realidad debería transformar la manera en que vives cada día. No es sobre ser perfecto, es sobre ser auténtico ante Aquel que todo lo ve y todo lo ama. Cuando dejas de esconderte detrás de una imagen y comienzas a vivir con transparencia, encuentras una paz y una libertad que el mundo no puede ofrecer.

Así que la próxima vez que veas una cámara de seguridad, recuerda: si el mundo puede verte 75 veces al día, ¿cuánto más te ve tu Padre celestial? Y lo mejor de todo es que Él no solo ve tus errores, ve tu potencial, ve tu corazón y te ama exactamente como eres. Esa es una verdad que cambia vidas, una verdad que nos invita a caminar en amor, en confianza y en la seguridad de que nunca estamos solos.

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