18 Feb ¿Por qué es tan difícil explicar a Dios?

¿Alguna vez has tenido una experiencia tan profunda con Dios que, al intentar explicarla, te diste cuenta de que las palabras simplemente no eran suficientes? Es como si nuestro lenguaje fuese demasiado limitado para expresar la magnitud de lo que vivimos en su presencia. Hoy quiero revelarte por qué esto sucede y por qué es una señal poderosa de la autenticidad de tu encuentro con Dios.

La Experiencia del Apóstol Pablo

Para entender mejor esta situación, vamos a tomar como ejemplo a el Apóstol Pablo. Un hombre educado, maestro de la ley, con un dominio impresionante del lenguaje y la comunicación. Sin embargo, cuando fue arrebatado al tercer cielo y tuvo una experiencia sobrenatural con Dios, ¿sabes qué dijo? Que vio cosas que no se pueden expresar con palabras humanas, cosas que no le era permitido describir (2 Corintios 12:2-4).

Esto nos deja una enseñanza poderosa: incluso los más elocuentes siervos de Dios han enfrentado la incapacidad de traducir en palabras las realidades divinas que han experimentado. Lo que Pablo vivió era tan trascendental que el lenguaje humano simplemente no podía abarcarlo. Y esto sigue ocurriendo hoy en día con quienes tienen encuentros genuinos con Dios.

Cuando las palabras no son suficientes

Imagina intentar explicarle los colores a una persona que ha sido ciega desde su nacimiento. Podrías usar las mejores descripciones, las metáforas más precisas, pero jamás podrías explicarlo por completo. Lo mismo sucede con las experiencias divinas. Trascienden nuestro lenguaje humano, superan nuestra capacidad de explicación y quedan grabadas en nuestro espíritu de una manera que solo Dios entiende.

Aquí está la verdad revolucionaria: si puedes explicar completamente tu experiencia con Dios, si puedes ponerla en una caja ordenada y etiquetada, probablemente no fue una experiencia genuina con el Dios infinito. Las experiencias auténticas con Dios pueden sentirse como tratar de atrapar todo el océano en un vaso de agua.

No temas compartir tu experiencia.

Esto no significa que no debamos intentar compartir nuestras experiencias con Dios. De hecho, es importante testificar y hablar de lo que Él hace en nuestras vidas. Sin embargo, debemos comprender que la incapacidad de expresar plenamente lo que vivimos no es una debilidad. Al contrario, es una señal de que hemos encontrado algo que es más grande que nuestro entendimiento humano.

Es por eso que muchas veces, cuando intentamos contar nuestras experiencias espirituales a otros, podemos sentirnos frustrados al no encontrar las palabras adecuadas. Pero esto no debe desanimarnos. En cambio, debe recordarnos que hemos sido tocados por algo divino, algo que no puede ser reducido a simples palabras.

Cómo prepararnos para Encuentros con Dios

Las experiencias con Dios no son casualidad ni aleatorias. Si bien Él puede revelarse en cualquier momento y de maneras inesperadas, hay ciertas actitudes que nos ayudan a estar más abiertos y preparados para recibir Su presencia:

1. Busca a Dios con un corazón sincero: “Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón” (Jeremías 29:13). Si deseas una experiencia profunda con Dios, acércate a Él con una búsqueda genuina.
2. Permanece en oración y adoración: La oración y la adoración nos conectan con lo eterno y nos permiten sintonizarnos con Su voz.
3. Ten un corazón humilde :Dios se revela a los que tienen un corazón dispuesto, humilde y entregado.
4. Obedece Su palabra :La obediencia nos alinea con Su voluntad y nos permite experimentar Su poder de manera más real y tangible.

Más Allá de las Palabras

En el mensaje completo, profundizo en cómo podemos prepararnos para estos encuentros divinos. Te invito a disfrutarlo ahora