26 Feb ¿Por qué Dios no negocia con tu obediencia?

Hay algo que necesitas escuchar hoy, aunque tal vez no sea lo que quieres oír: La reverencia a Dios no es negociable. No es un menú donde puedes elegir qué
te gusta y qué no. Es una orden divina que exige una respuesta inmediata.

Vivimos en una época donde queremos negociarlo todo. Queremos una religión a la carta, un cristianismo personalizado que se ajuste a nuestras preferencias.
Queremos decidir qué mandamientos seguir y cuáles ignorar, como si Dios fuera un buffet espiritual.

Piensa en Moisés frente a la zarza ardiente. Cuando Dios le dijo “quítate el calzado”, no hubo una negociación. No hubo un “¿pero por qué?” o un “¿es
realmente necesario?” La obediencia fue inmediata porque entendió la autoridad de quien hablaba.

Hoy queremos explicaciones para todo. “¿Por qué tengo que hacer esto?” “¿Por qué no puedo hacer aquello?” Hemos perdido el entendimiento de la
autoridad divina. Queremos un Dios que se ajuste a nuestras condiciones, que se adapte a nuestras preferencias.

La verdad revolucionaria es esta: la obediencia inmediata no es opresión, es liberación. Cuando entendemos que Dios es la máxima autoridad, dejamos de
luchar contra sus mandamientos y empezamos a experimentar la verdadera libertad. Es en la sumisión donde encontramos nuestra mayor realización.

No necesitas entender todo para obedecer. No necesitas estar de acuerdo con todo para someterte a su autoridad. La reverencia verdadera dice “Sí, Señor”
antes de tener todas las respuestas. Es una respuesta de confianza basada en quién es Él, no en nuestra comprensión limitada.

Esta es una verdad que nuestra generación necesita escuchar desesperadamente. Hemos confundido la libertad con la rebeldía, y la
independencia con la desobediencia. Hemos olvidado que la verdadera libertad se encuentra dentro de los límites de la obediencia a Dios.

Si este mensaje está tocando tu corazón, si sientes que has estado negociando con Dios en lugar de simplemente obedecerle, necesitas escuchar el mensaje
completo que está disponible aquí. Es tiempo de dejar de negociar y empezar a obedecer.