Dios siempre provee
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Dios siempre provee

Quizás has escuchado la frase: “Dios proveerá” y esta es una verdad absoluta. Sin embargo, somos nosotros los que permitimos que esto sea una certeza o no. Él no puede proveernos si nos desconectamos de Él, si nos alejamos de Sus mandatos, si faltamos a nuestro pacto.


Jesús nos dio acceso a la vida eterna, por lo tanto, debemos vivir en gratitud por ello. En los días difíciles y en los días buenos, recuerda que pase lo que pase, siempre y cuando estés conectado con Él, Dios siempre provee.

Dios siempre va a proveer. Siempre va a haber provisión. No quiere decir que no van a haber problemas, pero puedes descansar en que Dios va a traer provisión.

Lo tercero que observamos que pasó en aquel momento dado fue la muerte espiritual inmediata y, eventualmente, por supuesto, la muerte física. Comienza la muerte en el espíritu. Comienza el hombre desde ese momento a morir en el interior. Comienza el hombre desde ese momento a echar hacia atrás y a perderse, y eventualmente pierde la vida físicamente.

Por supuesto, sabemos que esta es de las promesas más grandes que Jesús viene a restaurar en nuestra vida: que no es otra cosa que la vida eterna. Todos los que estamos aquí tenemos una promesa, y es la promesa de la vida eterna en Cristo Jesús. Por lo que Él hizo por nosotros en la cruz del Calvario, nos dio acceso otra vez al árbol de la vida y nos da acceso a ese árbol para que tú y yo podamos disfrutar de lo que es esa vida eterna.

Lo cuarto que pasa, por supuesto, cuando se rompe ese pacto, cuando Adán rompe ese pacto en ese momento, es que pierde la presencia constante de Dios. No es que Dios lo abandona, pero Dios no puede habitar en medio del pecado. Dios, al ser Santo, no podía estar en medio del pecado en ese momento, y por lo tanto, Dios tenía que entonces ir y venir, ir y venir en esa comunicación con el hombre.

Y lamentablemente comienza todo ese proceso donde el hombre no sabe si Dios está con él o no está con él, si está o no está, si viene o no viene, si está o no está. Y el hombre ahora comienza a tener ese temor en su vida: “¿Si Dios me ama o no me ama? ¿Si le he fallado? ¿Si no me quiere? ¿Si no está aquí?”.

¡Gloria a Dios que tú y yo no tenemos que tener esa conciencia! Porque, por causa de la obra redentora del Espíritu Santo en nuestra vida, Él decidió no habitar en el huerto del Edén. Él decidió habitar dentro de ti día tras día, y el Espíritu Santo te da testimonio, Él me ayuda.

Lo que yo quiero que tú recibas de todo lo que te he dicho en el día de hoy es para que recibas varias cosas. Definitivamente, tú y yo vivimos en un pacto más grande, que es el pacto de la gracia de Dios. Pero eso no nos exime a nosotros de las consecuencias de nuestras malas decisiones.

En medio de toda mala decisión, es bien interesante que el pacto provee siempre una esperanza. Dios nunca trajo consecuencias sin esperanza. ¡Santo! Nunca, nunca, nunca. Siempre tiene que haber esperanza.

Cuando uno regaña a un hijo, uno no lo puede regañar sin darle esperanza. “Tengo que regañarte por las consecuencias que tienes de las cosas que estás haciendo, pero este no es el fin del mundo. Si te ordenas, hay un mejor futuro, hay un mejor mañana, hay una mejor vida”.

El hombre es el que condena a otros sin darle ningún tipo de esperanza. Pero aunque Adán pecó y rompió su parte del pacto, Dios le dio una esperanza. En Génesis capítulo 3, el verso 15, Dios le dice: “De la simiente de la mujer saldrá uno que le aplastará la cabeza”.

¿Qué motivación tendría Adán para tener hijos si Adán hubiera pensado que la esperanza no sería tener hijos? Cuando Adán vio a Eva por primera vez, no la llamó Eva, la llamó “varona”. La llamó “mamacita, ¡qué mujer, qué mujerón!”. La vio acabada de salir del horno y dijo: “¡Wow! Esto es hueso de mi hueso. ¡Qué clase de mujer!”. Así fue que la llamó “varona”.

Pero cuando viene la consecuencia del pecado y viene la esperanza, él le llama “Eva”. ¿Por qué Eva? Eva significa “madre de todos los humanos”, madre de la humanidad, madre de todos los hombres. ¿Por qué le pone ahora Eva y deja de ser meramente su mujer? Porque él sabía que había esperanza.

Porque de la simiente de Eva saldría el que vendría a redimir al mundo por completo. Y le cambia el nombre para demostrar esperanza. Sale Caín y Abel. Caín mata a Abel. Ahora ya Abel no está y Caín es desterrado a la tierra de Nod. ¿Y qué hace Adán? Otra vez vuelve y tiene intimidad con Eva, y tienen otro hijo que se llama Set.

¿Por qué va a tener otro hijo? ¿Por qué la gente en Puerto Rico no tiene hijos hoy? Porque no tienen esperanza. Solo los que tienen hijos es porque tienen esperanza. ¿Por qué hay gente que no quiere tener más hijos en Puerto Rico? Porque no le ven esperanza y futuro.

A veces digo esto con respeto, pero conozco parejas que, pudiendo tener hijos, simplemente no tienen porque ellos quieren darse una mejor vida. Ellos quieren tener una mejor vida, ellos quieren que les sobre más dinero para ellos.

Ellos quieren que les sobre más dinero para ellos, quieren viajar más, quieren disfrutar más. Y a veces hay egoísmo en ese proceso. Y cuando uno tiene hijos, uno tiene que aprender a sacrificarse.

Mi papá me decía: “Los hijos no se tienen para uno. Los hijos se tienen para la vida”. Uno tiene que tener esperanza de que ese hijo va a ser algo grande, algo maravilloso, algo poderoso. Uno tiene que mirar hacia adelante y decir: “¿Sabes qué? Esto no se acaba aquí. Yo tengo esperanza en el futuro”.

Lea bien, ¿qué fue lo que motivó a Adán y a Eva a seguir teniendo hijos? La esperanza. La promesa de que vendría uno de su simiente que aplastaría la cabeza de la serpiente. Que destruiría lo que el enemigo había hecho en su vida.

Y es lo que nosotros tenemos que aprender. En esta mañana, a pesar de las consecuencias de nuestras malas decisiones, a pesar de lo que hemos vivido en el pasado, a pesar de lo que hemos atravesado, tú tienes que tener esperanza.

Tienes que tener esperanza de que todo va a estar bien. Tienes que tener esperanza de que, aunque tomaste malas decisiones en el pasado, Dios todavía tiene un mejor mañana para ti.

El enemigo siempre va a querer traer consecuencias sin esperanza. Pero Dios, en medio de las consecuencias, te da esperanza.

Por eso es que en esta mañana tú tienes que hacer un compromiso, ¿de qué? De renovar tu pacto con Dios. Haz un compromiso de renovar tu vida espiritual. Haz un compromiso de renovar tu relación con el Señor. Haz un compromiso de renovar ese pacto con el Señor.

Dile: “Señor, aquí estoy para ser usado por ti. Aquí estoy para lo que tú quieras hacer en mi vida”. A pesar de los errores del pasado, renueva tu pacto con Dios.

Porque Dios tiene un pacto contigo. Un pacto de gracia. Un pacto de esperanza. Un pacto de vida eterna. Y aunque las cosas no sean perfectas, siempre hay una salida.

4 Comments
  • Jhon Mario
    Posted at 17:39h, 13 January Reply

    Gloria a Dios

  • Liseth Trujillo
    Posted at 23:54h, 13 January Reply

    Amen y amen y así sea🙏🏽🙏🏽🙌🏽🙌🏽🙌🏽❤️❤️❤️🌈☀️

  • Marttha
    Posted at 13:11h, 14 January Reply

    Amén gloria a Dios

  • Oswaldo Monier
    Posted at 15:37h, 14 January Reply

    Se Que Contigo Nada Me Faltará, Gracias AMADO PADRE CELESTIAL Por Todo Tú Amor Y Misericordias
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

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