El Pacto de Noé
20206
post-template-default,single,single-post,postid-20206,single-format-standard,bridge-core-3.0.5,mec-theme-bridge,qi-blocks-1.3.4,qodef-gutenberg--no-touch,qodef-qi--no-touch,qi-addons-for-elementor-1.8.8,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-29.1,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive,elementor-default,elementor-kit-14558

El Pacto de Noé


Al vivir en un pacto con Dios, debemos dar nuestra palabra y comprometernos con Él pase lo que pase, sin buscar culpables en el camino. Si lo que está a mi alrededor falla, yo sigo comprometido con mi pacto. Esto es algo que debemos entender a profundidad para poder comprender realmente el mandato del Padre.


En esta oportunidad, comenzaremos un pequeño estudio bíblico, un repaso importante a través de cuatro direcciones, iniciando con el bien conocido Pacto de Noé.

¿Qué diferencia hay entre un pacto y un contrato?


Léame bien, no me salgo fácilmente. Ni aun porque otro falle, mi compromiso va por encima del tuyo. Yo di mi palabra. “Pastor, pero te fallaron”. Pero yo di mi palabra. Yo di mi palabra y la voy a cumplir hasta el momento en que más pueda. Yo di mi palabra y, si tú fallas, yo voy a cumplir mi palabra todo lo más que yo pueda, hasta el último momento.

No estoy buscando una forma fácil de salir. Una vez más: gloria a Dios que nuestro Dios no ha buscado una salida fácil de olvidarse de nosotros. El hombre peca, el hombre falla, y Él hace un nuevo pacto. El hombre peca, el hombre falla, y Él renueva el pacto. Y cada pacto que Dios hace, lo que hace es ratificar el pasado y comprometerse aún más cada día.

Si tú no entiendes eso, no entiendes la Biblia. No entiendes la Biblia, no vas a entender el lenguaje de la palabra, no vas a entender la palabra del Señor de ninguna manera. Y mi oración es que, cuando tú salgas de aquí en los próximos días, puedas llegar a entender que Dios es un Dios de pacto, para que de alguna manera tu vida se alinee a esa experiencia.

Ahora veamos algo un poquito más profundo. Cuando nosotros miramos la palabra del Señor, hay dos grupos de pactos que estudiar. Nosotros no necesariamente vamos a estudiarlos en este orden ni los vamos a estudiar completos, pero solo quiero mencionártelo de forma tal que si estudias la biblia puedas ir a ellos.

Entonces, te llevo a una historia en particular para que puedas mirar lo que debe ser nuestra reacción ante esta conciencia en particular. Hay mucha gente que estudia los pactos de Dios en cuatro dimensiones:

Número uno, el pacto famoso de Noé. Cuando creamos esta serie de mensajes, pedí que utilizáramos para nuestra gráfica una imagen en particular, el arcoíris, porque es el Pacto más conocido de todo el mundo. Porque el pacto y la señal de Abraham, yo no la pondría en la pantalla; quizás no lo entiendas, lo vas a entender después. La señal del pacto de Abraham era la circuncisión. Así que no lo podemos enseñar ahí, ¿verdad? Por favor.

Pero el pacto más conocido que la gente tiene es el pacto del famoso arcoíris, ¿ok? Y es el pacto de Noé. La gente entiende que, por causa de la falla (entiende, no fue así, por causa de lo que pasó con Adán y Eva), entonces Dios hace un pacto con Noé de no destruir la humanidad completamente, que no volvería.

Hoy, la interpretación escatológica de algunas personas es que Dios prometió no traer un diluvio, pero sí quemar a medio mundo. Esa es la interpretación escatológica con la que yo difiero. Si Dios dijo que no va a destruir, yo pienso que Dios no va a destruir. Pero eso podríamos explicarlo escatológicamente y mirarlo más adelante. Pero lo que mucha gente está esperando escatológicamente es como la escapatoria de un contrato: “No, no, Él prometió no destruir con agua. Ahogado no morimos, pero por fuego te quema”. Y este país lo que hace falta es fuego y que te quemes por todas partes.

El problema es que, basado en esa conciencia, puede ser que tú también vayas para la olla y que tú vayas también para el fuego. Entonces, tenemos que estar claros de qué es lo que Dios realmente dijo, pero eso es otro cuento para otro día.

La promesa de Dios fue que no iba a destruir al mundo una vez más. Sabemos que Noé falla y, oiga bien, desde ahora, sin adelantarme mucho, Noé tenía que cumplir con cosas dentro de este pacto porque un pacto siempre tiene condiciones. Noé falla y Dios ahora levanta a Abraham y hace un pacto con Abraham. Es el que se conoce como el pacto abrahámico, por supuesto, ¿verdad? No es tan profundo eso, ¿verdad? Si es de Abraham, es abrahámico. Así que anótalo por ahí: es el pacto de Abraham. Y ese pacto, lo que promete de forma general, quizás lo podemos ver más profundo, es crear un grupo de gente especial, un grupo selecto de personas.

Como yo te he explicado, es bien interesante porque Dios saca a Abraham de dos lugares. Dios causa el exilio de Abraham de dos lugares: saca a Abraham de Mesopotamia, o de lo que fue Babilonia eventualmente, y saca a Abraham de Egipto. Y después que lo saca de esos dos lugares, a dos de sus descendientes, o a varios grupos de sus descendientes, los mete en Mesopotamia y los mete en Egipto. Pero es diferente porque ahora, cuando José lo meten en Egipto, hay una conciencia de pacto, de relación, donde no es tan solo que creo en Dios, sino que José puede vivir en Egipto porque él va a cumplir la parte del pacto de José. Y José dice: “Yo no le voy a fallar a Dios”.

Solo gente que conoce al Dios de pacto, a pesar de lo que le pasa, se mantiene firme en medio de Egipto porque saben que, aunque yo esté en la cárcel hoy, si Él me prometió que me va a llevar arriba, Él me va a llevar arriba y yo no voy a fallarle. Así que los únicos que pueden vivir en Egipto son aquellos que vienen de alguien que salió de Egipto y que aprendió a tener una relación de pacto con Dios.

Lo mismo pasó con Sadrac, Mesac, Abednego y Daniel. Fueron capaces de vivir en Babilonia, fueron capaces de vivir en este lugar manteniéndose puros delante de Dios, diciéndole: “No le vamos a fallar. Ah, ¿vamos a calentar el horno de fuego siete veces más? No hay problema. Sabemos una cosa: hoy, Rey, entienda esto, Dios nos puede librar. Número dos, nos va a librar. Y número tres, si no nos libra, como quiera no te vamos a adorar a ti”. Eso está en el pacto. Eso es una conciencia diferente.

1 Comment
  • Oswaldo Monier
    Posted at 15:24h, 23 December Reply

    TÚ ERES EL PRIMERO Y EL POSTRERO PARA MI VIDA AMADO PADRE CELESTIAL, GRACIAS POR TODO TÚ AMOR Y MISERICORDIAS
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

Post A Comment