08 Nov  Que tu carácter te sostenga

Señor, es algo diferente en mi ministerio, algo diferente, porque uno siente la presión de que aquel tira pie, tira mano, de que aquel sabe el seguro social de todo el mundo, el nombre. Y uno ve todos esos videos, y uno ve todos esos milagros, y uno dice: “Dios Todopoderoso”.

Yo sé lo que es esa presión, de que, “Señor, tira una pierna, explota una bombilla o algo, que algo pase.” Y si usted se fija, en el día de hoy, sin darnos cuenta, aún en la iglesia hemos caído en este juego. Hemos caído en el juego de la personalidad, hemos caído en el juego de crear este personaje, a veces ficticio, hacia afuera, para que la gente sea atraída, para llamar la atención.

Y a veces imitamos a la gente de forma incorrecta, sin darnos cuenta de que lo que Dios va a respaldar en nuestras vidas, y lo que nos va a dar consistencia a través de todos los tiempos, es la fibra moral que hay en tu interior. Esa fibra que te dice que tú eres un hombre o una mujer transformada por el poder del Espíritu Santo, que tú fuiste sellado con la promesa del Espíritu Santo, que dice realmente: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, y he aquí, todas son hechas nuevas.”

Ya no actúo como actuaba antes, no camino como caminaba antes, no hablo como hablaba antes. Ahora, mi reacción ante todas las cosas en la vida no es para sostener mi personalidad para llamar la atención, sino para hacer lo que Dios quiere que yo haga, por causa de aquello que ha sido grabado en mi interior, que ha determinado que yo soy una nueva criatura, lavado por la sangre del Cordero, del Hijo de Dios.

Y ninguno de los que estamos aquí podemos caer en ese juego. Hace mucho tiempo atrás, recuerdo un momento en el que cuestioné aún mi llamado, cuestioné mi manera de predicar, mi manera de hablar en algunas ocasiones, porque uno decía: “No tengo éxito. No sé cómo hacerlo, quizás como otra gente que ha tenido…”. Piensa uno, “Que han tenido tanto éxito”.

En estos días, compartía con un joven de la iglesia que esta semana fuimos a jugar golf. Este joven me compartía, en el hoyo cuatro o cinco, que me sacó aparte, y me dijo: “Yo, pastor, estoy tan orgulloso de nuestra iglesia. Porque donde quiera que voy y digo que soy de Fuente de Agua Viva, porque él es músico y está viajando, tocando en diferentes partes del mundo y demás, donde quiera que me preguntan de qué iglesia soy y digo que soy de Fuente de Agua Viva, y que usted es mi pastor, me vuelvo una celebridad. Nadie lo puede creer, que soy de Fuente de Agua Viva.” Me decía: “Es que yo sé, ahora sé cuál es el impacto que tiene Fuente de Agua Viva”.

Pero uno no realiza eso. Hace un tiempo, varios años atrás, yo estaba en un momento medio frustrado, y yo decía: “Señor, es algo diferente en mi ministerio, algo diferente, porque uno siente la presión de que aquel tira pies, tira manos, de que aquel sabe el seguro social de todo el mundo, el nombre.” Y uno ve todos esos videos, y uno ve todos esos milagros, y uno dice: “Dios Todopoderoso”.

Y yo sé lo que es esa presión, de que, “Señor, tira una pierna o explota una bombilla, o algo, que algo pase.” Mire, uno de los avivamientos más grandes de Estados Unidos, en un momento dado, comenzó porque un púlpito se partió predicando.

De repente, está el culto allí, y en un momento el altar, el podio, así, nadie sabe por qué, pero de repente el podio se craqueó en dos. Imagínese. Yo no sé si fue el temor, el miedo. Qué pasó, todo el mundo se arrepintió, y de ahí la gente y aquello fue todo un avivamiento. Y yo decía: “Señor, parte el mío.” No sé, los problemas que he tenido es que, cuando lo suben aquí, es que lo rompen, pero no se rompe en el medio.

Pero nada, estoy medio frustrado un día, y le soy honesto, estoy medio frustrado. Y de repente, porque entonces uno se pone a pensar que uno tiene que cambiar su ropa, cambiar su personalidad para agradar. Nunca me olvidaré, una noche muy tarde, en esa frustración en mi mente, recuerdo encender el televisor y ver al predicador Joel Osteen con el traje más tradicional azul de todos los predicadores de Estados Unidos.

Sin embargo, con una chaqueta azul, es la misma chaqueta azul, es la misma corbata, el mismo peinado de los 80, es la misma sonrisa. Siempre empieza con un chiste, el mensaje dura 27 minutos exactos, siempre dice lo mismo, y al final, “Es el mejor campeón en tu vida”.

Cuando yo estoy viendo eso, yo digo: “¿Qué personalidad tiene él?” Con todo el respeto de él, no lo estoy menospreciando. Lo que estoy diciendo es que hoy por hoy, es el predicador en Estados Unidos con la iglesia más grande, pero se sale de la norma de lo que todos los demás dicen que hay que hacer. Y la gente puede hoy escoger gente por estilo; los sabios no escogemos a la gente por personalidad. Sabemos con quién andar por el carácter que tienen, no es lo mismo.

Esto no quiere decir que sean perfectos. Lo que quiero que entiendas en el día de hoy es que el factor determinante para tu éxito es importante, pero no es un tipo de personalidad, sino que la personalidad que Dios te ha dado se sujete a la fibra moral correcta, para que, a donde te lleve tu personalidad, tu carácter te dé la consistencia para mantenerlo. Amén.