La tormenta lo provocó
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 La tormenta lo provocó

¿Qué ganaba Jesús con enseñarle a Pedro a caminar sobre el agua? Nada. Enfrentarnos a las tormentas provoca cambios en nosotros, nos guste o no.

Si lo vemos en el ejemplo de David, él tuvo una vida dura: su entorno no lo quería, lo rechazaba y aún así, siempre se conectó con Dios. Él oraba, lo buscaba, incluso en medio de la tempestad.

No importa si la tormenta lo provocó, conectar con Dios siempre será lo mejor que te pueda pasar.

Lo repito porque la meta no era enseñarle a caminar sobre el agua. ¿Qué saca Jesús con enseñarle a Pedro a caminar sobre el agua? ¿Que haya hoy una religión de los flotadores de agua? Eso es lo que hubiera pasado, y hoy tendríamos un montón de gente tratando de intentar un montón de cosas porque la gente se inventa todo tipo de cosas. Por eso, es que ese conocimiento que te estoy diciendo en el día de hoy, proviene de esa conexión divina que comienza a cambiar tus inseguridades, comienza a cambiar toda la información negativa que han puesto dentro de ti.

A David no lo querían, a David no lo amaban, a David lo rechazaban. Pero, David se metía a orar, a adorar a Dios, en la presencia de Dios, y comenzó a tener un conocimiento de adentro hacia afuera que combatía el conocimiento que venía de afuera hacia adentro. Lo que lo llevó a tomar decisiones importantes, pudiendo matar a Saúl y economizarse un par de años de persecución.

El carácter transformado de David hizo que no lo matara, que dejara que Dios lidiara con él. Eso es una persona madura. Pero, nada a su alrededor le daba la información en la cual él podía basar ese conocimiento, sino que el conocimiento lo basaba en su experiencia que venía del interior.

Cuando una persona comienza a tener esta experiencia con el Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios, tu vida se comienza a transformar. Tu vida comienza a verse desde una perspectiva diferente.

Tú comienzas a mirar todo a tu alrededor desde un lugar totalmente especial. Y yo quiero mostrarte dos cosas más en el día de hoy. Estos dos puntos se dividen cada uno en dos. Me explico: cuando nosotros miramos la Palabra del Señor, observamos que hay dos tipos de conocimiento básico que la Biblia nos habla y utiliza dos palabras, especialmente en el griego. Hay una palabra en el Antiguo Testamento que también se traduce como conocimiento: la palabra “yada”.

Esa palabra, yada, tiene que ver con el momento de intimidad. Se traduce como conocimiento, pero es un momento de intimidad. Es como cuando dice la Biblia que Adán conoció a Eva. Adán yada a Eva. No fue “Hola, tú eres Eva, yo soy Adán”. Fue que tuvo intimidad. Es la misma expresión que dice el profeta cuando afirma que antes de que tú nacieras, ya Dios te había conocido. Por eso es que tú no eres producto de una relación íntima de tus papás, tú eres producto de una relación íntima con Dios. Tus padres fueron tan solo el vehículo práctico y funcional en ese momento para que tú nacieras. Tú eres producto de un momento de intimidad con Dios. Antes de que tú nacieras, ya Dios te había conocido, ya había tenido intimidad contigo, te conocía profundamente.

Pero, ese no es el conocimiento del que estamos hablando. Estamos hablando del conocimiento espiritual, y en el griego hay dos palabras. Está la palabra número uno: ginosko (se escribe “g-i-n-o-s-k-o”). Esa expresión, cuando habla de ese tipo de conocimiento, específicamente se refiere al conocimiento espiritual que llega a nuestra vida provocado por tener que confiar en Dios por causa de nuestras dificultades, las cuales nos llevan a tener unas experiencias con el Señor.

En otras palabras, hay cosas que yo hoy conozco después de 28 o 29 años de pastorado, que las conozco hoy no porque las estudié en el instituto bíblico, sino por la experiencia de haber enfrentado unas circunstancias.

Pedro nunca hubiera conocido que Jesús podía caminar sobre las aguas, ni que él podía caminar sobre las aguas, si no hubiera habido una tormenta. La tormenta provocó que Jesús caminara sobre las aguas. Que Jesús caminara sobre las aguas provocó la fe necesaria para que, de alguna manera u otra, Pedro pensara: “Yo también lo puedo hacer”.

Y Jesús no quitó la tormenta para que Pedro caminara sobre las aguas, porque la idea de Jesús no era enseñarle a Pedro a caminar sobre las aguas, sino enseñarle a caminar en fe a pesar de la tormenta. Y si no estaba la tormenta, no puedes aprender la verdadera lección. No se dice que de allí en adelante Pedro caminó sobre las aguas. No cruzó el mar de Galilea en un 10K corriendo de un lado a otro, tuvo que usar barco por el resto de su vida. Porque la meta de Jesús no era enseñarle a caminar sobre el agua. La meta de Jesús era enseñarle a caminar por fe a pesar de la tormenta. Así que tenía que estar la tormenta para poder aprender.

Lo repito porque la meta no era enseñarle a caminar sobre el agua. ¿Qué saca Jesús con enseñarle a Pedro a caminar sobre el agua? ¿Que haya hoy una religión de los flotadores de agua? Eso es lo que hubiera pasado, y hoy tendríamos un montón de gente tratando de intentar un montón de cosas porque la gente se inventa todo tipo de cosas. Habría cursos, seminarios, proféticos y todo, para caminar sobre el agua correctamente. La meta no era caminar sobre el agua. La meta era que, a pesar de la tormenta, si pones tu mirada en mí… ahora, eso sí lo podemos usar todos los días. Porque tú y yo todos los días no caminamos sobre el agua, pero todos los días algo nos quiere desenfocar de poner nuestra mirada en Jesús. Y aunque no te hundes físicamente, todos los días te puedes hundir emocional y espiritualmente.

Y ahí sí yo puedo aprender que, a pesar de la tormenta, mi mirada tiene que estar en Jesús, porque voy a caminar a pesar de lo que esté ocurriendo al lado mío. Pero eso solo viene cuando hay una tormenta. Entonces, ginosko es un conocimiento que viene cuando las circunstancias me han empujado a tener que creer.

¿Cómo los discípulos iban a conocer al Jesús que multiplicaba panes y peces? No había suficiente dinero. Así que, de vez en cuando, en tu vida, en tu cuenta de banco, no debe haber suficiente dinero. Porque tú nunca vas a poder conocer al Dios que prospera, al Dios que multiplica, al Dios que aumenta, al Dios que te salva, al Dios que te rescata… hasta que no haya el momento donde tú digas: “Realmente te necesito”. Así que van a haber circunstancias que te van a empujar a eso.

4 Comments
  • Jhon Rojas
    Posted at 09:17h, 26 November Reply

    Gloria a Dios

  • Oswaldo Monier
    Posted at 09:52h, 26 November Reply

    Tus Promesas Son Eternas Y Maravillosas Para Vivir En Unidad Familiar Y Espiritual AMADO PADRE CELESTIAL
    AMÉN 🙏🙏🙏🙏

  • marttha
    Posted at 14:14h, 26 November Reply

    Amen Gloria a Dios por ser tan hermoso y misericordioso

  • Ángel Rodríguez
    Posted at 06:16h, 27 November Reply

    Amén 🙏🏼
    Pastor Dios le bendiga y le haga prospero

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