15 Nov La meditación de la Palabra

En este mensaje, quiero abordar la importancia de la transformación del carácter a través de un cambio profundo en nuestra manera de pensar. Moisés no deseaba matar a nadie, pero su historia revela la necesidad de entender que no puede haber una verdadera transformación en nosotros sin un cambio en nuestra mente y un enfoque en la meditación de la palabra de Dios.

La meditación no es un concepto vacío; es un proceso esencial que nos permite profundizar en la comprensión de lo que Dios desea para nuestras vidas. A menudo, escuchamos diversas ideas sobre la meditación, pero es crucial que enfoquemos nuestra atención en la meditación que nos llama Dios. La Escritura en Colosenses 3:1-4 nos invita a poner nuestra mirada en las cosas de arriba, donde está Cristo. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué significa realmente meditar en las cosas de arriba? ¿Quién está en ese reino espiritual? La respuesta es clara: nuestro Padre Celestial.

Un ejemplo poderoso de este principio se encuentra en la vida de Josué. Tras la muerte de Moisés, Josué asume el liderazgo del pueblo de Israel. En Josué 1:5-9, Dios le instruye para ser fuerte y valiente, y le dice que debe meditar en la ley día y noche. Esta meditación le permitirá prosperar en todo lo que emprenda y guiará su transformación.

La vara, que simbolizaba la dirección de Moisés, ya no era suficiente; el pueblo debía entrar en una nueva dimensión, y esto requería un cambio en el liderazgo, de la vara a la espada. El liderazgo con vara estaba destinado a un pueblo esclavo, mientras que el liderazgo con espada representaba la conquista y la madurez. Cuando Dios le dice a Josué que no se aparte de la ley, lo está guiando hacia una transformación interna que le permitirá liderar efectivamente en tiempos de guerra y conquista.

Josué tuvo que tomar decisiones difíciles y aprender de los fracasos, como ocurrió después de la derrota en la ciudad de Ai. Debía decidir si continuaba con el enfoque del liderazgo de vara o si abrazaba el nuevo liderazgo de espada.

La transformación de nuestro carácter requiere un cambio en nuestra manera de pensar. Es vital que meditemos en la palabra de Dios y que busquemos continuamente la mejor versión de nosotros mismos.

Cada decisión que tomamos debe ser filtrada a través de esta pregunta: “¿Esto me ayuda a convertirme en la mejor versión de mí mismo que Dios quiere que sea?” A medida que nos adentramos en este proceso de transformación, recordemos que nuestra mirada debe estar siempre en las cosas de arriba, donde reside nuestra verdadera identidad y propósito en Cristo. ¡Que este tiempo sea un momento de meditación y renovación en nuestras vidas!