18 Nov ¿Cómo meditar?
La meditación de un cristiano nunca es en silencio. Los cristianos no meditamos en silencio. Lo único que hacemos es repetir la palabra: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche…” Pero, ¿cómo vas a meditar hablando? Hace falta tener una naturaleza diferente en el interior. ¿Cómo creó Josué esa naturaleza? A través de la meditación de la palabra.
Hay tres tipos de meditación. Hay dos meditaciones que usted tiene que evitar, que son las que promueven el mundo: las meditaciones de allá, de India, y las meditaciones de todos estos lugares. Son meditaciones que te invitan a vaciar tu mente. Usted mira el concepto de la meditación: “No pienses en nada, enfócate en tu respiración, pon tu mente en blanco”. El problema de meditar de esa manera es que cualquiera puede poner cualquier cosa dentro de tu mente en ese momento.
La meditación que Dios nos pide que hagamos nunca tiene que ver con vaciar tus pensamientos. Léalo bien: una mente vacía de pensamientos es una mente vulnerable a cualquier pensamiento. Y la solución para tu vida no es vaciar tus pensamientos, es llenar tus pensamientos de las cosas correctas. Lo que te transforma es lo que tú piensas. “Tal es tu pensamiento en tu corazón, así tú eres”.
Pero afuera está esta promoción de ese tipo de meditación donde lo que no quieres es pensar. Y hay gente aquí que hemos caído en eso, diciendo: “Yo lo que no quiero es pensar”. ¿Cuántos de ustedes dicen: “Yo no quiero pensar”? Y terminas pensando… y terminas pensando en lo que no deberías estar pensando. Simplemente porque, de alguna manera u otra, lo que quisiste fue vaciar tu mente sin darte cuenta que tu mente está hecha para pensar.
Lo que necesitas es alguien que dirija tu mente. ¿Para qué? Para pensar. Y tú tienes que decidir: o me va a dirigir la mente una mentalidad de esclavo (que es una mentalidad de vara, que es una mentalidad de estar en el desierto) o es una mentalidad de conquista, donde me voy a transformar y voy a seguir hacia adelante. Son dos tipos de mentalidades.
El segundo tipo de meditación es más común en los Estados Unidos. Es la meditación que te dice que tienes que enfocarte en algo. “Enfócate en algo, concéntrate en algo”. De ahí viene la famosa idea del libro “El Secreto”, que dice que lo que te enfoques lo vas a traer a tu vida. Y todos nosotros debemos enfocarnos en algo. Enfócate en la abundancia, enfócate en la prosperidad, enfócate en la salud, enfócate en la sanidad, enfócate en las cosas positivas. Y parece bueno, pero la realidad es que también puedes cometer el error de enfocarte en lo que no te tienes que enfocar.
Esa concentración en algo específico no es lo que te asegura que realmente lo vas a obtener, porque no tiene el respaldo de la palabra de Dios. Cuando miramos la tercera manera de meditar correctamente, la vemos en Josué capítulo 1. Es la meditación que renueva y transforma tu carácter.
La meditación de un cristiano nunca es en silencio. Los cristianos no meditamos en silencio. Lo único que hacemos es repetir la palabra: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche…” Pero ¿cómo vas a meditar hablando? Meditar es hablar. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él para que hagas y guardes conforme a todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
El cristiano, cuando dice que va a meditar, lo que hace es tomar porciones de la palabra y repetirlo, y repetirlo, y repetirlo, y repetirlo, hasta que te lo grabes, hasta que te metas en tu interior, hasta que tu mente se inunde de lo que dice la palabra. Y hasta que tu carácter se vaya renovando a lo que Dios dice que dice la palabra acerca de ti.
Por ejemplo, como dice el profeta: “Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.” ¿Quieres paz? No vacíes tu mente. La paz del cristiano no viene porque tú no pienses en nada. La paz del cristiano no viene porque tú no pienses en absolutamente nada y, de momento, tu mente se quede en blanco. La paz de un cristiano no viene porque tú vengas a decir: “Sabes qué, me voy a enfocar en lo positivo, todo está bien, y déjame pensar en cositas buenas, y déjame concentrarme en mi futuro”.
¿Sabes cómo viene tu paz? Cuando tú te cierras y comienzas a decir: “Tu palabra dice, tu palabra dice que tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.” Y sabes lo que vuelves a decir: “Tu palabra dice, tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.” Y sabes lo que vuelves a repetir: “Tú guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado”.
Esa es la manera en que un cristiano medita. Por eso es que tú ves que los judíos, cuando van a orar, nunca oran en silencio. Siempre oran hablando, siempre oran con la Biblia, siempre oran repitiendo la palabra. Porque la verdadera transformación de nuestra vida viene cuando esta palabra se hace parte de nosotros y ahora establece el estándar de cómo es que yo voy a vivir.
Y cuando tú repites la palabra, repites la palabra, repites la palabra, repites la palabra, tus pensamientos se dirigen hacia eso. Y entonces tu carácter se renueva. Y es ahí cuando puedes salir de la mentalidad de esclavo y comienzas a conquistar todo lo que Dios tiene para tu vida. Dios te vino hoy a quitar la vara para darte una espada. Y la espada que transforma tu vida es la espada de la palabra de Dios. Esa es la forma de meditar.
Oswaldo Monier
Posted at 08:25h, 18 NovemberSólo En Tú Palabra Meditaré De Día Y De Noche AMADO PADRE CELESTIAL
AMÉN 🙏🙏 🙏🙏
Wiliam Antonio Chacon Vargas
Posted at 09:48h, 18 NovemberAmén gracias por esta palabra es muy claro y es la manera que debemos seguir creciendo y formando nuestro carácter bendiciones.
marttha
Posted at 11:50h, 18 NovemberAmen. Meditare en tu palabra mi Dt