El poder del amor
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El poder del amor

Hay que estar atentos al significado que le damos al amor. El amor es poderoso, pero el amor de verdad, no la mera expresión.

El amor es un sentimiento maravilloso, pero también es uno de los que más se ha distorsionado a lo largo del tiempo y por ello, mi deseo es que exploremos en la Palabra el verdadero poder del amor.

Juan era el que estaba más cerca de Jesús y era más cercano a Jesús, que Jesús tenía como un aprecio especial por Juan. Pedro le dice a Jesús: “Pregúntale quién es. Dile que te diga a ti, si le pregunto yo no me lo va a decir, pero díselo tú”. Los discípulos amamos la palabra de Dios, por el libro es que nosotros vivimos, pero hoy vamos a hablar del Poder del Amor. 

Hoy vamos a hablar de eso que Dios nos pide que nosotros hagamos. El problema de la palabra amor es que en el día de hoy es una palabra muy común y mal utilizada. ¿Cuántas veces usted dice, por ejemplo, yo amo los carros? Yo no, pero hay gente aquí que los ama, hay gente que… “Ah, pastor, es que yo amo los carros.” “Ah, pastor, es que yo ahora… Yo una que te puedo decir y que le he dicho, y que tengo que cancelarla: yo amo los postres.” Esa es la mía, yo amo los dulces, yo amo los postres. Yo no creo que usted ha comido si usted no termina con algo dulce, porqué yo amo los postres.

Aquí hoy hay gente que aman a su perro y lo aman, pero entrañablemente, aman al perro, aman la casa, aman el trabajo. Usted dirá: “Pastor, ¿pero está mal decir eso?” Lo que pasa es que hay amor y hay amor. Tú no me puedes decir que tú amas al perro igual que a un hijo, aunque hay perros mejores que un hijo, ¿verdad? Y no estoy aquí siendo odioso con los perros, ni con los gatos, ni nada de eso.

Es bien interesante, lo que quiero es que entienda que tampoco si usted imagina que usted le diga a su esposa: “Te amo”, entonces después ella te cocina unas papas fritas y tú digas: “Ah, la verdad que yo amo las papas fritas.” Entonces, me explico, en la conversación: ¿Cómo es que amo a mi esposa y puedo decir que amo las papas fritas? ¿Cuál es la diferencia?

Entonces, nosotros tenemos que entender que la palabra amor se ha utilizado y se ha mal utilizado a través de los tiempos, y se le ha perdido el verdadero sentido y el verdadero valor a esa palabra, y por lo tanto no sabemos cómo nosotros tenemos que expresarla. Cuando nosotros miramos en el Nuevo Testamento específicamente, nos damos cuenta de que nuestro Señor Jesucristo dijo siete cosas que nosotros tenemos que amar, siete maneras en que nosotros tenemos que amar o que son objetos de nuestro amor. 

Número uno: Él dijo que tenemos que amar a Dios sobre todas las cosas. Número dos: Él dijo que tenemos que amar a nuestro vecino. Y te adelanto que amar a tu vecino no es lo mismo que amar a tu prójimo. No, no es lo mismo, parece lo mismo, pero no es lo mismo. Ese es el punto. Amar a tu vecino era la vieja ley en el Antiguo Testamento. A los judíos se les obligaba a amar a su vecino. En el Nuevo Testamento, como te acabo de leer, Jesús dice: “Un nuevo mandamiento te doy.” Ahora, ¿por qué es un nuevo mandamiento? Porque en el Antiguo Testamento tú amabas a tu vecino, pero en el nuevo tienes que amar a tu prójimo. No es lo mismo, vecino y prójimo no es lo mismo.

Entonces, el nuevo mandamiento es más difícil, porque amar a tu prójimo, Él lo está diciendo en el contexto de los discípulos, es diferente que amar a tu vecino. Hay gente que ama más a su vecino que al prójimo, porque es más fácil amar al vecino porque no vives con él todos los días. Es más fácil expresar amor a los enemigos a veces, porque a la distancia los tienes. Jesús dijo, número tres, vamos a eso: Jesús dijo, número tres, hay que amar a nuestros enemigos. 

Número cuatro, Él dijo que hay que amar a los necesitados. Número cinco, Él dijo que hay que amar a los extraños. Número seis, Él dijo que hay que amar a la familia. Y número siete, Él dijo: “Hay que amarnos los unos a los otros.” Lo más difícil de todo es amarnos unos a otros. La gente piensa que es el más fácil, pero no, no son los mismos grados de amor.

El amor hacia un vecino no es lo mismo que el amor al prójimo. El amor al necesitado no es lo mismo que el amor a un hermano tuyo que está aquí en la iglesia. No es lo mismo, el amor a tu familia no es el mismo amor que tú tienes que tener por el hermano que está sentado a tu lado en el día de hoy, por el líder de la iglesia. 

Me explico, es un grado de amor diferente, y para tú poder amar como ese amor, tienes que ser empoderado por el Espíritu Santo. Te lo voy a mostrar en un momento, pero preste atención. Para poder entender ese verso de Juan capítulo 13 que acabo de leer, Juan 13:34 y 35, hay varias cosas que tenemos que mirar. Número uno: es un mandamiento. Ahí vamos a ir en unos instantes, es un mandamiento. Los mandamientos en el Antiguo Testamento, el hombre no los podía cumplir. 

Al hombre se le hace imposible cumplir con todas las reglas. Así que cuando Dios te dice que tú ames, que es un nuevo mandamiento, que es algo obligado, que tienes que hacer, Él tiene que darte empoderamiento para que lo puedas hacer. Ahí es donde viene la ayuda del Espíritu Santo.

Nadie puede verdaderamente amar a su prójimo si no tiene el Espíritu Santo en él, no, no se puede. Ahora, para poder llegar ahí, entendamos el contexto en el que Jesús dice eso, entendamos el contexto y en el momento que Dios lo dice. Jesús dice estas palabras después de que se sabe que Judas es quien lo va a traicionar.

Mira lo que pasa, están sentados en una cena (búsquelo en Juan 13 después en su casa), están sentados en una cena, y de repente Jesús dice: “Uno de los que están aquí me va a entregar.” Y dice la Biblia que Pedro le hizo señas a Juan, como Pedro sabía (para que usted vea la dinámica de los discípulos), como Pedro sabía que Juan era el que estaba cerca de Jesús, y era más cercano a Jesús, que Jesús tenía como que un aprecio especial por Juan. Pedro le dice a Jesús: “Pregúntale quién es, pregúntale quién es. Dile que te diga a ti, si le pregunto yo no me lo va a decir, pero díselo tú.” Y allá va Juan, el jovencito: “Señor, tú dices que alguien te va a entregar, dinos quién es.” Y el Señor dice: “Mira, el que coma del bocado que yo moje en el pan, aquello, lo otro, ese es.” Y de repente, Judas es quien lo hace. Ahora, póngase a pensar cómo tiene que haber cambiado la atmósfera de esa cena.

2 Comments
  • Wiliam Antonio Chacon Vargas
    Posted at 09:53h, 07 October Reply

    Gracias por esta palabra bendiciones

  • Oswaldo Monier
    Posted at 11:47h, 07 October Reply

    Mi Amor Hacia Tí Es Lo Primero Y Lo Postrero AMADO PADRE CELESTIAL,
    AMÉN 🙏🙏 o

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