16 Sep Yo los elijo.

El hecho de que aquí yo promueva la amistad para manipular a otros, dejándoles saber que tienes que ser amigo mío por el resto de la vida, cuando sin darte cuenta lo que están haciendo es usándose. Por lo tanto, nosotros tenemos que estar claros en que lo necesitamos y necesitamos saber escoger. 

Jesús hizo varias aclaraciones aquí que yo quiero llamar tu atención para entonces llevarte a algo un poquito más, quizás, profundo y emotivo en el día de hoy. Jesús hizo varias aclaraciones, oiga bien. Él dijo: “Yo los escogí a ustedes.” Amigo no es quien dice que es tu amigo; amigo es quien tú escoges que sea tu amigo. Una cosa es ser amigable, una cosa es tener amigos en todas partes que la gente llama conocidos, pero yo les llamo amigos. 

Yo tengo amigos del gimnasio, yo tengo amigos de la urbanización. “Ah, pastor, pero esos no son amigos, son conocidos.” Son amigos, son una amistad porque en la vida hay amigos y hay amigos, hay amigos y hay amigos, y en la vida uno tiene que mostrarse amigo. Y yo tengo que saber que cuando voy a un gimnasio, básicamente, estoy escogiendo los amigos que voy a tener allí, porque esos son los que están allí. 

Y cuando llego allí, tienes que ser amable, tienes que ser social, tienes que ser amigo, compartir. Uno no llega a un sitio y se registra en un gimnasio, es el gruñón del grupo, no saluda a nadie, no dice “buenos días”, y ya con tu headset, ¿verdad?, te olvidas del mundo. No, uno saluda, uno va de la mano, y si uno va, por lo general, a una hora, por lo general uno conoce gente y se vuelve amigo, conoce el nombre: este es Pedro, este es Juan, esta es María, y uno tiene amigos. Pero vamos a ser honestos, hermanos, si me cambio de gimnasio, a lo mejor esa gente no va a seguir siendo ¿qué? Amigos. No van a ser los amigos amigos míos; son amigos del gimnasio.

Hay gente que no entiende eso, hay gente que pretende, por ejemplo, quieren ser tan amigos, entienden un mal concepto de la amistad y una necesidad de conexión, donde gente que son amigos por un vínculo en particular que yo tuve por un momento los quiero traer por el resto de mi vida, y no todos ellos caben. Puede ser que alguno de los que están allí puedan seguir contigo por el resto de la vida, pero si cambio de gimnasio, puede ser que, aunque mantengas cierta amistad por Facebook y demás, fuimos amigos de ¿qué? Del gimnasio. 

Hermanos, eso también pasa en la iglesia. Hay amigos que usted hizo en la iglesia, que son amigos porque usted los hizo aquí en la iglesia, y si cambiaron de gimnasio, usted los ama, los quiere, los respeta, pero ya no pensamos igual. Entonces, yo tengo que saber escoger. O hay gente que ha utilizado el hecho de que aquí yo promueva la amistad para manipular a otros, dejándoles saber que tienes que ser amigo mío por el resto de la vida, cuando sin darte cuenta lo que están haciendo es usándose y lo que están haciendo es manipulándome. 

¿Qué obedecen lo que dice mi papá? Un amigo que tú tengas, tú tienes que saber que tiene que acercarte más a Jesús, tiene que acercarte más a la vida que Dios quiere que tú tengas. Y no todos tus amigos necesariamente. Tú puedes tener algún amigo que quizás no es cristiano, pero no te aleja de Jesús, celebra quién tú eres, cuando te habla te impulsa. Un amigo es aquel que tú sabes que él. Que tú estás ahorrando dinero para un carro, y entonces él no te invita todos los fines de semana a salir a comer afuera porque sabe que tú estás ahorrando, y él dice: “Yo voy a contribuir y lo que voy a hacer es que voy a ir a tu casa. 

Ven, compartimos aquí en casa y yo voy a contribuir. No estoy fastidiando. Ah, pero ve, amigo, ve.” No, tú sabes que estoy… sabes que estoy en este plan, voy a ir con tu vida, siguen esa visión de añadir en tu vida, de que seas mejor, y lo creyentes, de que vivas para Dios.

Pablo decía: “Sed imitadores de mí como yo lo soy de Cristo.” Si esa persona realmente no modela a Jesús, no me ayuda a vivir la vida que yo quiero, pues definitivamente no podemos tener esa relación de amistad profunda. Podemos ser amigables, podemos tener esa conexión, pero yo no quiero amigos que me lleven a la ruina, yo necesito amigos que me fortalezcan, que me ayuden, que me levanten la mano, que estén conmigo, y que cuando yo termine de hablar con ellos, yo pueda decir: “Construí algo, mi vida mejoró, mi vida avanzó.” 

Y quiero decirte que de esos no hacen falta un montón, pero hacen falta algunos.