23 Sep Resucita a tu amigo
Porque un discípulo no te traiciona, un amigo sí. El que es discípulo, verdaderamente es discípulo. La traición siempre viene de un amigo. Ah, yo hubiera querido conocer a Pablo y conocerlo íntimamente. No, tú lo que quieres es conocer el muñeco. Si hubieras conocido a Pablo con sus rabietas, con sus peleas, probablemente no lo hubieras amado. ‘Ah, pastor, yo quisiera conocerlo a usted más íntimamente’. Mentira, tú lo que quieres conocer es el muñeco, sí, lo que quieres es conocer el muñeco. Pero si tú me vieras en un momento difícil, vieras cómo pienso a veces, vieras cómo actúo, como ha pasado con gente que ha tenido el privilegio de tener intimidad, pero no saben manejarlo.
Jesús no llamó amigo a todo el mundo. Jesús llamó amigos, ¿sabes a quién? Él dijo que sus discípulos eran amigos, pero hay amigos y amigos. Jesús llamó amigos a, ¿a quién? A Judas, le dijo: ‘Amigo, ¿con un beso me vendes?’. Porque un discípulo no te traiciona, un amigo sí. El que es discípulo, verdaderamente es discípulo. La traición siempre viene de un amigo. Pero porque un amigo sea el que te traicione, no puedes dejar de tener amigos, no puedes dejar de tener amigos. Y Jesús tenía un amigo que nunca fue discípulo, y ese amigo se murió. Y qué triste es la vida que el único amigo que tengo se muera cuando ya yo estoy cerca de hacer todo lo que le dije. Ese amigo era Lázaro, y Jesús fue a casa de Lázaro múltiples veces y Lázaro nunca llegó a ser discípulo, nunca llegó a ser discípulo, pero fue amigo.
Yo estoy seguro que cuando Jesús llegaba a casa de Lázaro, se quitaba la máscara y hablaba con Lázaro. ‘Lázaro, es que estos son unos sinvergüenzas, muchacho… este Pedro es terrible, pero qué voy a hacer’. Y allí compartía y se sentaba y hablaba con Lázaro, su amigo. Y le llega la noticia: Lázaro muere, y Jesús no puede salir corriendo a rescatar a su amigo; tiene que esperar 4 días. Se lo reclamaron cuando llegó allí: ‘Si hubieras estado aquí, él no hubiera pasado’. Pero cuando llegó el momento de ir a rescatarlo, dice la Biblia en el libro de Juan, capítulo 11: ‘Vamos a despertar a nuestro amigo’. Y aunque sabemos que todos los milagros que hizo Jesús tenían un efecto de mostrar quién él era, yo creo que Jesús fue allí a levantar a su amigo, su amigo. Él quería ver a su amigo, él quería dejarle saber a su amigo: ‘Oye, ¿sabes qué? Todo lo que te hablé lo hice, lo logré. Vas a verme morir, pero yo te lo dije. Quiero ver a mi amigo’.
Y todos los que estamos aquí necesitamos resucitar a un amigo, y que resucite el amigo dentro de nosotros. En los últimos días de Jesús, había dos cosas importantes que Jesús quería escuchar, nada más dos cosas. Cuando él llegó delante de Marta, allí a salvar a su amigo, Marta le reclamó y le dijo: ‘Si hubieras estado aquí…’. Él le dijo: ‘Chica, yo soy la resurrección y la vida, y él va a resucitar’. ‘Ah, pero eso será en el día postrero’. Y él le preguntó: ‘¿Todavía crees?’. Esa es una pregunta bien interesante, porque, a pesar de que esté defraudada: ‘¿Todavía crees? ¿Todavía crees?’. Eso quería: alguien que creía a pesar de que no había cumplido todas sus expectativas. Cuando murió y resucitó, fue a buscar a Pedro, y lo único que él quería de Pedro era una cosa: ‘¿Me amas?’
marttha
Posted at 00:09h, 28 SeptemberAmén
Gracias mi Sr. té amo