10 Sep ¿Qué pasa cuando la iglesia está unida?

Todo intento humano para unir es falso. Estamos haciendo esto, esto es nuestro. Así era que hablaba el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y el enemigo sabe, hermanos, que él necesita traer desunión entre nosotros porque cuando hay unidad, hay tres cosas grandes que ocurren en la iglesia. Hay tres cosas que la Biblia nos dice claramente que ocurren cuando la iglesia está unida, cuando tu casa está unida, cuando tus hijos están unidos. Hay tres cosas:

Número uno: el derramamiento del Espíritu Santo sobre tu vida. El Espíritu Santo no se derrama hasta que la gente está junta en armonía. Se lo voy a mostrar ahora en el Nuevo Testamento, en Hechos, capítulo 2, dice la Biblia que todos ellos se juntaron en el templo. Tenemos Noche de Su Presencia ahora, próximamente. Venga. Si usted piensa que su presencia no hace diferencia, sí la hace. Uno más que venga aquí, que levante sus manos y que cante y que adore al Señor, se une su voz con mi voz, con la voz del otro. Adoramos a Dios, cosas comienzan a pasar.

Número dos: cuando hay unidad, la bendición cae en ese lugar.

Número tres: la unción se desata. Por eso es que en el Salmo 133, un salmo poderoso, dice la Palabra del Señor desde el verso 1 en adelante: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía”. Oiga bien, esto es junto y en armonía porque solo el Espíritu nos une. Todo intento humano para unir es falso. Lo único que me puede unir es el Espíritu. Lo que yo puedo hacer es juntarme en armonía, eso es unidad, y el Espíritu Santo eventualmente nos conecta de una manera poderosa, pero me tengo que juntar en armonía, conectarme.

Mire lo que dice: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía. Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras. Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion, porque allí envía Jehová bendición y vida eterna”. ¡Oh, hermano! No había mejor lugar para ti que estar hoy en la casa del Señor, aquí o conectado allá en tu casa. No había mejor lugar que venir a este lugar. Cada vez que tú vienes aquí un domingo en la mañana, cada vez que tú vienes aquí un miércoles en la semana, cada vez que tú vienes aquí, cada día, en este lugar Dios envía bendición, en este lugar se derrama el Espíritu Santo, en este lugar la unción comienza a fluir.

Hay gente que dice: “Ah, pero la unción fluye desde la cabeza”. La pregunta es: ¿fluye desde la cabeza, pero tiene cuerpo para fluir? Porque la unción puede estar en el altar. La pregunta es: ¿cómo estamos los que estamos abajo? ¿Estamos en unidad? ¿Estamos conectados? ¿Estamos juntos? ¿Pensamos igual? ¿Trabajamos igual? Dígame, ¿cómo estamos? Por eso, cuando usted venga aquí, si estamos adorando al Señor, todo el mundo adora. Apague su bendito teléfono, levante las manos, no hay que obligarlo. Cuando usted entra por esas puertas, salude a dos o tres personas, perfecto, y después les dice: “No me interrumpa más, vengo aquí a cantar, vengo aquí a adorar al Señor, vengo aquí a alabar, vengo a celebrar, me conecto”. No vengas por aquí hoy, esta semana, ay, ay, ponerme el sticker me daña. Póngase el sticker, todo el mundo, escriba el nombre. “Ah, pero yo no entiendo para qué se hace eso”. No tienes que entender. 

No rompas el grupo. Cuando tú salgas allá afuera, habla diferente, habla como un creyente, como los de Fuente de Agua Viva. Nosotros aquí decimos “bendecidos”, y entre nosotros decimos “bendecidos”, y nosotros siempre estamos en victoria, y nosotros creemos en prosperidad.

Cuando allá afuera te dicen: “¿Eres de la iglesia de la prosperidad?”, tú no dices “esa iglesia”. No, no, tú dices “nuestra iglesia”, que sí, no hay problema. Nuestra iglesia cree en avance, nuestra iglesia cree en progreso. Hermano, cuando nosotros entremos en esa dimensión, nada nos podrá detener. Nada puede detener a una iglesia que está en esa conexión, nada lo puede detener. 

¡Nada!