18 Sep Procura venir pronto a verme.

Chico, ven a verme. Necesito ver a alguien y necesito verte a ti. Segunda Timoteo, capítulo 4. El apóstol Pablo un día le escribe esto a Timoteo. Mira lo que le escribe: dice, “Yo me imagino a Pablo sentado en algún lugar solo y dice: Procura venir pronto a verme, Timoteo. Te quiero ver. 

Procura venir pronto a verme porque Demas me ha desamparado amando este mundo y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galicia y Tito a Dalmacia.” Este es el gran apóstol Pablo, el hombre que tuvo una visión con el Espíritu Santo, que su rumbo cambió, que ha hecho milagros, que ha ganado miles de personas. 

Este es el hombre que tuvo una revelación, que fue al tercer cielo, dice la Biblia, y que vio cosas que le fueron prohibidas decir. Un hombre que ha levantado iglesias y un día, cuando comienza a reflexionar, comienza a contar todos los que se han ido, todos los que no están, y le dice a Timoteo: “Chico, ven a verme. Necesito ver a alguien y necesito verte a ti.” Yo sé que nosotros en la iglesia somos bien espirituales y le decimos a la gente: “Tú lo que necesitas es Dios.” Y a mí, yo soy muy cuidadoso, trato de tener cuidado cuando hablo porque sé que cualquier cosa que diga puede herir tantas sensibilidades. 

Por ejemplo, yo oigo muchos predicadores que hablan acerca de los solteros y dicen: “A los solteros, Dios es lo único que tú necesitas. Sostente en Él. Aguántate por el resto de la vida.” Sí, pero tú estás casado y por lo menos tú tienes alguien que te apoya en la casa. Esa voz la que sale “Fidelity”, no voy a decir quién es, pero es la voz que sale “Fidelity”. No fue, no fue, no fue. ¿Quién fue? Ah, yo pensé que fue amor. Yo amo como tú miraste. 

Oiga bien, imagínate. Fé, fuiste tú. Ay, Señor amado. Ah, pues perdón, amor, te culpe. Ah, imagínese estar sentado ahí. Es muy triste cuando nosotros vivimos estas etapas en nuestra vida. ¿Y por qué digo eso a los solteros, hermano? Porque la realidad es que el hombre necesita conexiones. Cuando Dios vio al hombre, lo único que vio malo era que el hombre estaba solo. Él le dio una compañía. 

Por supuesto, también tú puedes estar acompañado de la persona incorrecta y sentirte todavía solo, porque si no está el vínculo correcto del amor y el respeto, realmente de nada sirve. Y al mismo tiempo, los que están casados, de alguna manera u otra, a través de los tiempos, necesitamos amigos. Necesitamos a alguien de nuestro mismo sexo con quien podamos compartir en el orden correcto. Estoy hablando de alguien con quien uno pueda ser hombre, con quien uno pueda hablar, con quien uno pueda decirle, como le dijo Dios a Abraham: “Le quiero mandar fuego y mandarlo para las pailas del infierno.” Yo necesito, yo como pastor, tengo un par de personas a los que puedo venir y sentarme y decirles. 

Una persona como el Pastor Ev, una persona como el Pastor Cash, una persona como Giancarlos, Yamil. Tengo jóvenes a mi alrededor y personas, algunos de los líderes discípulos. He compartido, por ejemplo, así momentos así con ellos, como Andrés y otra gente que están cerca de uno, donde uno dice: “Mira, perdóname, me tengo que desahogar, pero me quiero, si tuviera la capacidad de que fuego bajara del cielo, los mandaría a todos.” Pero no es fácil, no es fácil tener esa gente porque esas palabras son bien importantes. 

Y mira lo que pasa, sigue diciendo en el verso 11. Pablo dice: “Solo Lucas está conmigo. Se fue este, se fue este, se fue este, solo Lucas está conmigo.” Entonces, mira lo que le dice Pablo a Timoteo: “Toma a Marcos y tráele contigo porque me es útil para el ministerio.” Ahora, usted no tiene que saber mucho de la Biblia para poder entender eso. Marcos fue alguien que Pablo votó. Pablo lo votó del ministerio porque pelearon. Y ahora, cuando se encuentra solo, dice: “Tráeme a Marcos. También necesito enmendar eso. Necesito arreglar esa relación. Necesito tener un amigo.” 

Dice en el verso 12: “Dice a Tico lo envié a Éfeso.” Entonces, después le dice: “Cuando vengas, trae el capote que dejé en Troas, en casa de Carpo, y los libros, y mayormente los pergaminos.” Alejandro el Calderero me ha causado muchos males. El Señor le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. 

En mi primera defensa, ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon. No les sea tomado en cuenta, pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que por mí fuese cumplida la predicación y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. 

A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.