Nuestra, nuestro, nosotros
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 Nuestra, nuestro, nosotros

Al ser miembros de la iglesia, dejamos a un lado lo individual y comenzamos a ser una unidad más grande y poderosa. Quiero que tengas en mente que no es mi iglesia, ni tu iglesia, es nuestra iglesia y debemos construirla en equipo. De ahora en adelante, quiero que “nuestras”, “nuestro” y “nosotros” formen parte de tu vocabulario espiritual cada día.

Todo el que usted vea hablando de “yo, yo, yo” no es de esta iglesia, y todo el que usted vea hablando de lo que el pastor está haciendo y dice, no es de nuestra iglesia. Mire a los que se han ido, que cuando se van de la iglesia usted recuerde las palabras que le habían dicho. Cuando se van de la iglesia, lo que decían es: “Es que el pastor. Es que en la iglesia está pasando esto.”. Pero lo tercero que vemos en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, que Él dice que tú y yo tenemos que hacer, es hablar igual y hablar inclusivamente.

Hay tres palabras que yo quiero que, de ahora en adelante, usted se grabe en su cabeza. Son tres, la misma palabra pero con conjugaciones. Bien sencillo: son tres palabras, nuestro, nuestra, nosotros. Dígala conmigo a las 1, a las 2 y a las 3: nuestro, nuestra, nosotros. Usted nunca va a hablar ahora del pastor, usted va a decir “nuestro”. Ah, pastor, pero estoy hablando con mi esposo. No me importa: “nuestro pastor”. Cuando usted hable con sus hijos: “nuestro pastor nos enseñó”. Cuando usted le habla allá afuera a cualquier persona: “nuestro pastor nos enseñó”. Usted no va a hablar de la iglesia o del templo que estamos construyendo. No, usted habla de “nuestra iglesia, nuestro templo”. Nuestra iglesia, nuestro templo. 

Usted habla de Fuente de Agua Viva, usted habla de “nosotros”. No es que tú crees en prosperidad. Yo sé que hicimos una serie y no hay nada malo en personalizar ciertas cosas, no hay nada malo, pero siempre debemos decir: “Nosotros creemos en prosperidad”. Nosotros, nuestra iglesia. Nuestra iglesia, nuestra iglesia. Nosotros, nuestra iglesia.

El ejemplo lo tenemos de Dios. Cuando Él fue a crear al hombre, en Génesis, capítulo 1, Dios dijo: “Hagamos al hombre” (en plural) “a nuestra imagen y semejanza”. Nosotros, nuestra. En nuestro hogar no hay tal cosa como “tu cuarto y mi cuarto, mi baño y tu baño”. Es “nuestra casa”, es “nuestro hogar”, es “nuestro”, es “nosotros”. Así es que se habla: nosotros, y nos cuidamos. Todo el que usted vea hablando de “yo, yo, yo” no es de esta iglesia, y todo el que usted vea hablando de lo que el pastor está haciendo y dice, no es de nuestra iglesia. Mire a los que se han ido, que cuando se van de la iglesia, usted recuerde las palabras que le habían dicho. Cuando se van de la iglesia, lo que decían es: “Es que el pastor… Es que en la iglesia está pasando esto”. Porque todo el que quiere separar quita el “nosotros”. Porque “nosotros” conlleva responsabilidad. Si esto es iglesia, también es tu responsabilidad.

Alguien me preguntó: “¿Qué está mal con Puerto Rico?”. Que en Puerto Rico decimos que lo queremos porque somos nacionales para la bandera y para cantar el himno, en deportes, en el reggaetón y en Miss Universo, pero ¿cómo vivimos? Vivimos como miserables en este país, descuidando todo, robando algo, no haciendo fila, tirando basura en la calle. Nos gusta cantar el himno nacional y que venga Marc Anthony, “Preciosa te llaman”, y te lo ves gritando. Son los mismos que salen de ahí borrachos a orinar en la calle. Dice, pero es mentiroso, no puede ser.

Póngase a pensar, hermanos. Nosotros, nuestra, nuestro. Múltiples veces corrijo a la gente cuando me dicen: “Ah, que en la iglesia…”. Nuestra iglesia. Miembros de aquí, hay pastores que dicen: “En la iglesia…”. Nuestra iglesia. Alguien me preguntó: “Pastor, ¿pero qué pasa?”. Le dije a una persona: “¿Sabes qué? Hay que volver a los anuncios de los años 80, hermano. Tenemos que volver a esos anuncios de antes”. Yo me acuerdo cuando, antes, a las 9:10 de la noche te preguntaban en un anuncio de televisión: “¿Dónde están tus hijos? ¿Sabe dónde están tus hijos para que los cuides?”. Yo recuerdo cuando, en aquellos tiempos, cantaban una canción: “Es nuestra escuela y yo la quiero”, y la cierto. ¿Y qué te enseñaban? Un grupo de papás pintando la escuela. Ahora, todos los años, el gobierno, teniendo dinero para pintarla, teniendo papás que van allí de gratis a la clase, necesitan que la iglesia vaya a pintar la escuela que ellos no pintan y que sus papás no pintan porque no es “nuestra”.

Entonces, esta es nuestra iglesia. Ese es nuestro templo. Nuestros pastores, nuestros líderes. Es diferente cuando pensamos de esa manera. Tenemos que hablar. Nunca más diga: “La iglesia está construyendo un templo”. .

Nosotros estamos construyendo un templo. Nosotros estamos aportando para el templo. Nosotros estamos haciendo esto. Esto es nuestro. Así era que hablaba el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y el enemigo sabe

2 Comments
  • Oswaldo Monier
    Posted at 10:47h, 09 September Reply

    Tú Eres Nuestro Único Señor y Salvador AMADO SEÑOR JESUCRISTO
    AMÉN 🙏🙏🙏

  • marttha
    Posted at 20:50h, 09 September Reply

    Amén Alabado sea Padre Trino en verdad

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