Lo que haces destruye o construye
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 Lo que haces destruye o construye

Es importante que tengas en cuenta que toda acción que hacemos genera dos respuestas: construye o destruye. En este sentido, no hay medias tintas, y es algo que debemos considerar en nuestro camino espiritual. Toma nota de todo lo que necesitas tener en cuenta para saber si lo que haces destruye o construye.

Un reino dividido contra sí mismo es asolado y una casa dividida contra sí misma cae. Tan sencillo como eso: si nos dividimos en el pensamiento, en nuestra mente, nos vamos a destruir. Un discípulo ora. Mira al que está a tu lado y pregúntale: ¿Cuánto oraste esta semana? Y si no te puede decir inmediatamente, los discípulos oramos. Oramos por la mañana, oramos por la tarde, oramos por la noche, oramos durante la semana, sacamos tiempo para conectarnos con Dios, y te expliqué cómo es que tenemos que orar. Los discípulos tratamos de vivir bajo el modelo de nuestro Señor Jesucristo. 

En ciertas academias de los judíos, ellos eran tan estrictos que algunos judíos, no por obligación, pero cuando tenían un rabino que era maestro de ellos y les enseñaba, querían imitar tanto a su maestro que, si su maestro, por ejemplo, escribía con la mano izquierda, los discípulos aprendían a escribir con la mano izquierda solo para parecerse hasta en la escritura con su maestro. No era algo obligatorio, pero demostraba la pasión de que, si voy a estar delante de alguien y voy a escuchar y voy a aprender, voy a ser transformado, voy a imitarlo hasta lo último.

Yo tengo dos retos para usted en el día de hoy. Número uno: veo a muchos con el sticker. Cada vez que usted venga a todos los servicios en la mañana, usted va a llenar su nombre y va a llenar el título de lo que vamos a hablar. El principio del que vamos a hablar hoy es el de la unidad. Así que, todos los días, cuando usted venga, esto no es para visitantes, esto es para todos los miembros, simplemente para mantener la unidad. Así que, no se salga del grupo, hágalo, sea obediente, es lo primero. Número uno. Número dos: yo quiero lanzarle un reto. En la parte de atrás hay un cartelón muy grande con este sticker, ¿verdad?, ¿cómo pareció este sticker? Vamos a tener que montar otro para todo el mundo. Pero yo quiero que esta tarde, ahorita cuando salgamos de aquí, o mañana, o si usted no puede hoy porque tenga que salir rápido, en estos días, usted va a ir allí y escribirá su nombre con la mano izquierda. Usted va a ir allí, va a un bolígrafo, uno de los “chis” que tenemos allí, y usted va a escribir su nombre con la mano izquierda, solo en un acto de fe, de decir: yo quiero ser transformado, yo no vengo aquí meramente a aprender, yo quiero ser transformado. 

Si usted es derecho, lo escribe con la mano izquierda, y si usted es izquierdo, lo escribe con la mano derecha. Entonces, lo que hace es que va allí y lo escribe con la mano contraria a la que usted escribe siempre, y el domingo que viene, cuando usted venga, usted va a escribir su nombre en su papelito, ¿con qué mano? Con la mano contraria a la que usted escribe. Es un reto de las próximas semanas, solo para decirle a nuestra mente: yo no vengo tan solo a aprender algo oír un buen mensaje, yo quiero ser transformado, yo quiero ser un buen discípulo. Así que, al final del servicio, pase por allí. Hágalo fuerte al Señor, y estas cosas requieren de nosotros ese esfuerzo.

Ahora, hablemos de la unidad por un momento. Abraham Lincoln, en una ocasión, dijo en el 138: “Si la ruina nos alcanza alguna vez, hablando de la nación, será porque nosotros mismos lo permitimos. Como nación de hombres libres, podemos vivir para siempre o morir por suicidio”. Abraham Lincoln lo que estaba explicando es que, en la libertad de cada ciudadano, tiene que haber el deseo de mantener la nación, de vivir para la nación. Los peores enemigos de una nación no son externos, son por lo general internos. Puerto Rico, en el día de hoy, no tiene enemigos grandes externos. Aquí no tenemos una Rusia que quiere destruir nuestra represa, aquí no tenemos a una Cuba que quiere venir a invadir nuestro país. 

Aquí no tenemos una nación que quiera destruirnos, invadirnos y robarnos, y quitarnos en ese sentido militarmente. Y aún, no importa la ideología que usted tenga, hermano, no son los Estados Unidos los que están destruyendo a Puerto Rico, lo estamos destruyendo los mismos puertorriqueños. Lo estamos destruyendo por nuestro propio carácter, por nuestra propia irresponsabilidad, por buscar lo nuestro, y por no realmente buscar lo que conviene para cada puertorriqueño. Lo está destruyendo cada cual que se estaciona en doble fila, cada cual que se cuela en la fila, cada cual que se roba el IVU, cada cual que no cobra el IVU como tiene que cobrarlo, cada cual que cobra algo por encima de la mesa y algo por debajo de la mesa. Ese es el que está dañando a Puerto Rico. Aquel que no mira al vecino, que no cuida al otro, aquel que no da la mano, aquel que no limpia su casa, aquel que no lleva a sus hijos a la escuela, aquel que no busca las notas de sus hijos, aquel que no conoce al maestro, ese es el que está dañando. Y sin darnos cuenta, lo que estamos es suicidándonos. 

¿De qué nos sentimos orgullosos? ¿De que uno de ellos saque una bandera de Puerto Rico? ¿Pero de qué sirve que saquen una bandera de Puerto Rico si nuestras calles están sucias, si lo que vemos allá afuera es abuso contra los niños, abuso contra las mujeres? Nuestros jóvenes se matan día tras día y no cuidamos de nosotros mismos. El peor peligro que hay es cuando un hombre y una mujer, en su libertad, deciden suicidarse y suicidar su nación, simplemente porque no tienen una conciencia de unidad y no entienden que lo que hacen contribuye o simplemente destruye.

Nuestro Señor Jesucristo dijo en el libro de Lucas, capítulo 11, verso 17: “Un reino dividido contra sí mismo es asolado y una casa dividida contra sí misma cae”. Tan sencillo como eso: si nos dividimos y nos dividimos en el pensamiento, en nuestra mente, nos vamos a destruir poco a poco. 

A lo largo de la historia han existido ciudades poderosas y reinos tan grandes que creían imposibles de ser conquistados y derrotados, pero en realidad todos ellos fueron destruidos por la división interna que ocurrió dentro de sus reinados. 

El cuerpo de Cristo se debe caracterizar por la unidad, por estar unidos. Lo que pasa es que no es tan fácil como nosotros pensamos; es más fácil decirlo que hacerlo. Pero hoy te voy a mostrar cómo lo podemos hacer.

3 Comments
  • Oswaldo Monier
    Posted at 09:12h, 02 September Reply

    Que siempre esté unido TU CUERPO A MI VIDA AMADO SEÑOR JESUCRISTO
    AMÉN 🙏🙏🙏

  • ANIBAL TC
    Posted at 17:43h, 06 September Reply

    Debemos estar unidos en nosotros mismo y como iglesia para ser sal y luz para el mundo

  • marttha
    Posted at 16:48h, 09 September Reply

    Amén unidos cómo un solo cuerpo

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