03 Sep La unidad es propósito
Tres barreras principales que nos separan en el mundo, tres nada más: la barrera de géneros, hombre y mujer. No hay más nada de género, no aquí estoy hablando de que hay 500 géneros. La barrera de género entre hombre y mujer, y nosotros tenemos que entender que para Dios la unidad es más que uniformidad; la unidad es una unidad de propósito, es una unidad de misión, es una unidad de saber lo que Dios quiere que nosotros hagamos, lo que Dios desea que nosotros hagamos. Y entendemos que cuando el Espíritu Santo descendió sobre su iglesia, lo que hizo fue romper todas las barreras.
Hay tres barreras principales que nos separan en el mundo, tres nada más: la barrera de géneros, hombre y mujer. No hay más nada de género, no aquí no estoy hablando de que hay 500 géneros. La barrera de género entre hombre y mujer, número uno. La otra barrera que nos separa en la iglesia muchas veces es la barrera de la edad, y número tres, la barrera del estrato social. Y cuando el Espíritu Santo se derramó, según Joel, se derramó en Hechos, capítulo 2. Pero Pedro, cuando predica, predica que esto fue lo que dijo el profeta Joel. Y Joel dijo esto en el libro de Joel, capítulo 2, el verso 28 al 29: “Y después de esto, derramaré de mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días”.
Cuando el Espíritu Santo vaya a descender sobre hijos e hijas, ¿quiénes van a profetizar? Hijos e hijas. Cuando el espíritu descendiera, no era para los hombres solamente, era para hijos e hijas. El Señor rompió con el Espíritu toda barrera de los géneros. Eso no quiere decir que una mujer se puede desubicar y que un hombre no se puede desubicar. La mujer nunca debe tomar el rol del hombre, y el hombre tampoco debe tomar el rol de la mujer. Pero para Dios, no hay hombre y mujer; para Dios, hay gente llena del Espíritu Santo. Para Dios, hay gente llena del Espíritu Santo. Y una mujer y un hombre lleno del Espíritu Santo sabe cuál es su rol, sabe dónde tiene que estar, pero no está menospreciando al otro género.
Cuando el Espíritu Santo se derramara, como pasó en el libro de Hechos, capítulo 2, se iba a romper la barrera de la edad; iba a descender sobre jóvenes y sobre viejos. Cuando Dios viene aquí a la iglesia y se presenta aquí delante de nosotros, Él no está mirando tu edad. Él está mirando a alguien ungido de 80 años y a alguien lleno de vida de 15 años. Dios rompió la barrera de la edad. Dios puede usar a un joven y Dios puede usar a un anciano. Dios puede usar un jovencito y Dios puede usar un viejo. No hay tal cosa como que estoy viejo para hacer la obra de Dios, como tampoco eres muy joven para hacerlo. Lo que hay que hacer es respetarnos, y a veces los jóvenes no respetan a los viejos, y a veces los viejos quieren ser jóvenes cuando no debes ser más joven de lo que eres. Lleva tus canas con orgullo, y los jóvenes aquí respeten las canas.
En otras sociedades, alguien con canas es viejo, no sirve, hay que votarlo. Reprendo eso porque me están saliendo canas a mí ya. Oiga bien, ya no sirve, ya hay que descartarlo. Los jóvenes siempre saben mejor cómo hacer las cosas, cómo la hago mejor. Ellos sí tienen todas las soluciones a todos los problemas. No funciona así. En otras sociedades, las canas son sabiduría, las canas se respetan, a las canas se les atiende, se les oye, se les da honor, y en esas sociedades se le da apertura a la juventud. Porque para Dios, ya no hay edad que te limite, ya no hay edad que te detenga. Él cae sobre jóvenes y cae sobre ancianos. Y Joel dijo que va a caer sobre los siervos y sobre las siervas. En otras palabras, voy a romper toda discriminación de estrato social. Voy a caer desde el rico hasta el pobre, del pobre al rico.
Cuando viene el Espíritu Santo sobre su iglesia, siempre viene sobre toda carne para hacernos uno solo. Lo que pasa es que hay gente que no lo entiende. Trabajan para su ego, trabajan para su yo, y todo lo que hace falta es uno que se caiga en la banda para fastidiar a todo el grupo, que sea disonante en todo lo que pasa. Y por eso es que los discípulos del Señor sabemos vivir en unidad.
Sabemos que el Espíritu Santo vino a romper toda barrera, y que vamos a celebrar lo que Dios está haciendo en la vida de cada cual, porque son parte del grupo, porque pertenecen al grupo, porque pertenecen a la iglesia número uno de Cristo y a la iglesia de Fuente de Agua Viva. Son mis hermanos y yo no voy a permitir que nada cause división en mi vida.
Oswaldo Monier
Posted at 10:09h, 03 SeptemberGracias AMADO PADRE CELESTIAL Por Derramar Tu Precioso Espíritu Santo En Mí Vida
AMÉN 🙏🙏🙏