El hombre detrás de la máscara
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El hombre detrás de la máscara

Es lamentable, pero muchas veces la sociedad nos consume y creemos que no queda otra que meternos detrás de disfraces que agraden a los demás y encerramos debajo quien realmente somos. Mi deseo hoy es mostrarte con un ejemplo personal quién es el hombre detrás de la máscara, y lo importante que es tener personas con quien mostrarte sin ella.

Me puse el gorro en la cabeza y todo lo que yo quería era que ella supiera que allá adentro había un hombre. El problema en la vida, cuando tenemos amigos, es que no todo el mundo sabe manejar la intimidad. 

Queremos intimidad y queremos tener relaciones profundas en la vida. Una de las cosas más importantes que la gente habla en el matrimonio es saber tener intimidad. Tener intimidad y queremos tener intimidad y no todo el mundo sabe manejar la intimidad porque, para ser íntimo, hay que conocer de ti lo que nadie conoce. 

Y la pregunta es, si después que conozco de ti lo que nadie conoce, si todavía sigo igual, aunque conozco lo que conozco de ti, ¿usted me ama y usted cree en mí? Pero no como mi esposa, y usted me dice que me ama y me quiere, y el amor de mi esposa es 10 veces más grande, pero no porque ya lo diga, es porque ella me conoce. Y al si usted me conociera como ya me conoce, no me amaría.

Te cuento algo. Hace muchos años atrás, mi hija Yaniri le fascinaba Barney. La Grande, fascinada con Barney. Nosotros queríamos sorprenderla en un cumpleaños y contratamos el mejor Barney que encontramos, pero el presupuesto era tan bajito que era la cosa más fea que había. Así que, cuando mi niña vio aquel Barney, ella pegó un grito a esa edad y comenzó a llorar, a llorar, a llorar, a llorar, se volvió loca. Y desde ahí en adelante, ella nunca quería estar cerca de un muñeco; todos le daban miedo. Aquel tiempo vivíamos en Orlando, teníamos los pases anuales que son bien económicos para los residentes, así que, de tiempo en tiempo, íbamos a Disney. 

Y cuando esa niña veía un muñeco en Disney, aquello salía corriendo de un lado a otro, pero había que aguantarla porque era una histeria.

Y un día, a mí se me ocurrió comenzar a quitarle ese miedo. Así que mandé a buscar un muñeco rosa, específicamente, no era Barney, pero busqué un muñeco rosa y comencé a tratar con psicología con ella a ver si le ayudaba. Puse el muñeco así en la cama y comencé a vestirme de él. Y comencé a decirle: “Mira, mi amor, no tienes que tener miedo porque dentro del muñeco hay un ser humano, hay una persona como papi, ¿verdad?” 

Todo lo que yo quería que ella supiera era que había un hombre. Me puse el gorro en la cabeza y todo lo que yo quería que ella supiera era que allá adentro había un hombre. Eso es lo que yo quería lograr con ella, y lo logré.

Hoy, cuando va a Disney, Mickey corre de ella. Si ya va tanto que entonces al frente dice: “Ahí viene Yaniri y cierren todos los fotoboots de los muñecos.” Lo logramos en aquella ocasión, pero en la vida de adultos, nosotros no queremos ver al hombre. No todo el mundo puede ver al hombre. Todo el mundo quiere ver el muñeco. 

Y es difícil tener el muñeco puesto todos los días y tener gente que te ame no por el muñeco, sino por el hombre.

2 Comments
  • marttha
    Posted at 00:35h, 23 September Reply

    Amén gracias por la palabra

  • marttha
    Posted at 16:14h, 27 September Reply

    Amén. Poderosa enseñanza

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