¿Cuál es nuestro modelo de unidad?
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¿Cuál es nuestro modelo de unidad?

Desde el comienzo de esta serie, he recalcado lo importante que es tener un mentor, un modelo de unidad, una fuente de inspiración. Es por ello, que hoy quiero compartir contigo los puntos clave para entender cómo elegir quién será nuestro modelo de unidad en el camino espiritual. 

Está ubicado en su posición: el Padre no hace lo que el Hijo tiene que hacer, y el Hijo no hace lo que el Espíritu Santo tiene que hacer, y el Espíritu Santo no hace lo que el Padre quiere que sea lo que el Padre hace. Cada cual está ubicado en su lugar. La oración de nuestro Señor Jesucristo por sus discípulos, una de las más importantes, fue que ellos se unieran. Ve conmigo al libro de Juan, capítulo 17, y si tienes tu Biblia ahí física, búscalo. Te doy tiempo en esta para que lo busques ahí. Juan, capítulo 17, es una oración poderosa. 

En Juan 17, mira lo que dice. No la vamos a leer toda, pero mira lo que dicen varios versos en particular. Juan 17, verso 11, primero. Juan 17, verso 11 dice: “Y ya no estoy en el mundo; más éstos están en el mundo, y yo voy a ti, Padre Santo. A los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean, ¿qué? Para que sean, ¿cómo? Uno, uno así como nosotros.” Así que, ¿cuál es nuestro modelo de unidad? La Trinidad es nuestro modelo de unidad. Si yo quiero saber lo que es ser unido, tengo que saber cómo es que son unidos Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque la oración de Jesús es que sean uno como Él, como ellos son. Así que nuestro modelo de unidad no viene del mundo, viene de cómo se trata la Trinidad, cómo se tratan entre ellos, cómo es que son ellos unidos.

Mira lo que dice Juan, capítulo 17, el verso 21. En ese mismo capítulo de la oración, verso 20 mejor: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.” En el verso 20 está orando por ti y por mí, porque tú y yo somos los que creemos en la palabra de los apóstoles. Así que en el verso 20, Él está orando por la iglesia de Fuente de Agua Viva en este año, y en esa oración está diciendo: “Señor, por esa gente yo voy a orar que van a creer.” Y mira lo que Él ora en el verso 21: “Para que todos sean uno como tú, oh Padre, en mí y yo en ti. Que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. 

La gloria que me diste, yo les he dado para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en, ¿qué? En unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” Mira el verso 23: Él quiere que seamos perfectos en unidad, y nuestro modelo tiene que ser el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo, la Trinidad. Él dice: “Señor, como nosotros somos uno, que ellos sean uno.”

¿Cuáles son las características de la unidad de la Trinidad? Hay tres cosas a las que yo quiero llamar tu atención. Número uno: cada uno está ubicado en su posición. El Padre no hace lo que el Hijo tiene que hacer, y el Hijo no hace lo que el Espíritu Santo tiene que hacer, y el Espíritu Santo no hace lo que el Padre quiere que sea lo que el Padre hace. Cada cual está ubicado en su lugar. El Espíritu Santo se movía sobre la faz del abismo, pero no se movió hasta que el Padre dio la orden, porque el que daba la orden era el Padre. Y entonces el Espíritu Santo se movía. 

El Espíritu Santo no podía transformar la tierra a menos que el Padre diera la orden, porque el que daba la orden es el Padre, pero el que hacía la obra era el Espíritu Santo. Pero el plan de redención no se iba a culminar porque el Espíritu Santo viniera de vez en cuando sobre alguna gente. Tenía que venir el Hijo, pero no era el Espíritu Santo quien tenía que morir en la cruz, era el Hijo que tenía que morir en la cruz. Entonces, cuando tú miras, cada cual está ubicado en lo que tiene que hacer. Ninguno está compitiendo el uno con el otro. 

Uno de los problemas que hay en la iglesia y en nuestra sociedad es que la gente se menosprecia, compite, le da envidia lo que otros hacen. Manténgase ubicado en el lugar que usted está y haga lo que usted tiene que hacer con excelencia. 

¿Que a usted le tocó, usted piensa, la parte sucia? Pues hágala con excelencia. ¿Que a mí me tocó el trabajo duro? Pues hágalo con excelencia. A Cristo le tocó morir en la cruz, pues hágalo con excelencia.

1 Comment
  • marttha
    Posted at 20:41h, 09 September Reply

    Aleluya Gloria a Dios

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