28 Aug Lo que te hace especial
“Estar en una playa en este país con toda la basura de música que te presentan y toda la gente borracha… El problema es que si lo quiero disfrutar con mis hijas, aunque en casa no se oye esa música, las llevo a la playa ese día y eso es lo que hay allá afuera. Sus vidas se transforman para siempre porque cuando una persona entiende lo especial que es para Dios, lo que Dios hizo por ellos en la cruz del Calvario, lo que Jesús hizo por ellos en la cruz del Calvario, su vida comienza a vivir diferente, comienzan a pensar diferente, comienzan a caminar de una manera diferente. Deja de estar haciendo las cosas que hace el mundo. El joven que no entiende lo especial que es y no sabe que está guardado para algo especial, hace lo que los regulares hacen. Tan sencillo como eso. El joven que quiere ir a las olimpiadas como Michael Phelps, los viernes, mientras todos sus amigos estaban bebiendo, él estaba en la piscina. Pero tú no hay manera de obligar a un muchacho a que vaya a hacer ejercicio si él no entiende que fue llamado para ser el mejor nadador del mundo.
Y el día que tú entiendes que fuiste llamado para ser el mejor nadador del mundo a tu edad, no importa que tus amigos estén en París, no importa que tus amigos estén en la calle, no importa que tus amigos estén en la fiesta, no importa que tus amigos estén allá afuera en la calle haciendo tonterías. Cuando tú sabes que fuiste llamado para algo especial, algo que Dios tiene para ti, que te ha reservado para algo, que hay algo por lo cual tú tienes que trabajar, tú te separas. Cuando tú lo entiendes, cuando tú lo comprendes, eso es lo que te hace a ti especial, eso es lo que te hace a ti diferente. Cuando tú entiendas que eres un discípulo de Jesús y a lo que Dios te ha llamado, te vas a dar cuenta de que va a ser fácil dejar amistades, dejar gente afuera, dejar cosas que no deben estar en tu vida, cambiar rutinas en tu vida.
Mira, hermano, nada bueno pasa después de las 9 de la noche en la calle. Deja de estar saliendo a esas horas de la noche, deja de estar llevando a tus hijos a lugares donde no deben estar. Deja de estar allí afuera en la calle, mejor quédate en tu casa. Pastor, ¿qué estar en casa es aburrido? Es mejor estar en casa aburrido, pero vivo. Es mejor estar en casa cuidado. Es mejor estar en casa guardado. Es mejor estar en casa protegido. Es mejor estar cuidado. ¿Qué hago yo en la calle, perdido, vendido? Ah, pastor, pero hay que probar tal restaurante, hay que probar aquello, hay que probar… Mira, hermano, no, mejor no pruebes nada. Y si lo vas a probar, pruébalo a una hora donde no haya revuelos. Alguien me preguntó: ‘Pastor, ¿le gustaría tener un bote?’ ¿Sabes de qué? Me gustaría, pero tengo un problema. Y me dicen: ‘¿Cuál?’ Digo que no iría los fines de semana al bote. Si yo tengo un bote, el día que yo tenga uno, ¿sabes qué? Yo salgo los lunes. Tendría que cambiar mi horario de trabajo para ir los lunes, los miércoles. ¿Por qué? Porque por lo general no hay nadie.
Porque las últimas veces que me he montado en un bote un viernes, no soporto estar en una playa en este país con toda la basura de música que te presentan y toda la gente borracha. El problema es que, si lo quiero disfrutar con mis hijas, aunque en casa no se oye esa música, las llevo a la playa ese día y eso es lo que hay allá afuera. Y cómo les explico, cómo les explico. Y usted dirá: ‘Pastor, pero eso es ser muy radical’. No, no es meramente ser radical. Es que yo sé que Dios me separó para algo. Algún día tendré una motora. Yo no me he comprado todavía una motora, y las razones son más o menos las mismas. ¿Por qué no se ha comprado una motora? Varias razones. Número uno, me la compro yo, veinte de ustedes salen a comprársela y no la pueden pagar porque el pastor se compró una. Así como yo sé que soy ejemplo, pues yo he aprendido a… Número dos, ¿sabes por qué? Porque las motoras son peligrosas. Trate usted de ser lo más seguro que pueda, son peligrosas. Y yo, cuando me monto en esas cosas y hago cosas así, digo: ‘Tengo cuatro hijas, que si yo no estoy, ya hay dos que están criadas, pero hay dos que todavía me quedan’. Y pienso que tengo 120 empleados, que ¿qué saco yo con montarme en una motora y que me pase algo? Ah, pastor, pero hay que tener fe, hay que tener confianza, yo te entiendo, pero yo prefiero decir: ‘¿Sabes qué? Yo me separo para algo’.
Eso no quiere decir que no haya peligro en otras cosas, no quiere decir que no haya peligro. Lo que quiero decir es que hay una conciencia. Y nadie se sienta mal si usted tiene una motora, disfrútela. Lo que le digo es que yo tomo ciertas decisiones en mi vida porque sé que Dios te separó para algo especial. Y mi oración, ¿sabes cuál es? No es que Dios te prospere, es que sepas cuán próspero eres. Señor, que se abran los ojos y entiendan lo prósperos que son, si entendieran lo bendecidos que ya son, Señor, si los ojos de su entendimiento se abrieran a quiénes son ellos en Cristo Jesús. Señor, yo, cada vez que oro por usted, digo: ‘Señor, que los ojos del entendimiento se abran, que esta gente lo comprenda, que lo entienda, que ellos sepan la iglesia a la que van, que ellos sepan la familia que tienen, que ellos vean, mi Señor, lo que estás haciendo en su vida, que los ojos de su entendimiento se abran’. Cuando tú caminas con los ojos de tu entendimiento abiertos, nadie te puede engañar, nadie te puede detener. Hermano, lo peor que hay en tu vida es vivir con los ojos cerrados a la maldad que hay en el mundo y no estar atento a la luz de Cristo en ti.”
Raquel Perdomo Cabrera
Posted at 22:19h, 28 AugustGloria a Dios, uno tiene que estar definido,y no en dos aguas,bendiciones
Raquel Perdomo Cabrera
marttha
Posted at 16:40h, 09 SeptemberAmén gracias por la palabra