La sana doctrina
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La sana doctrina

La sana doctrina de vivir en la gracia de Dios no es solo un concepto teológico, sino una manera de vida que transforma todo nuestro ser. Aprende a abrazar esta gracia, permitiendo que guíe tus pasos y fortalezca tu fe.

En otras palabras, los viejos de la iglesia, compórtense como gente seria. Después de viejo, no te pongas con poca vergüenza. Y mire lo que ocurre en el verso uno en adelante de Tito capítulo 2. Dice: “Pero tú, habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina”. ¿Qué es la sana doctrina? Pues lo que vas a decir aquí. Dice: “Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Los ancianos, por favor. Las ancianas, asimismo, sean reverentes en su porte, no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien”.

Si yo predicara esto todos los domingos, mucha gente no viene a la iglesia. En otras palabras, los viejos de la iglesia, compórtense como gente seria. Después de viejo, no te pongas con poca vergüenza. Deja de estar saliendo en “speedo” por las calles. Se te fue ya el tiempo de estar viviendo con tonterías. Los pantalones “speedo”, para aquel que no sabe, que ve a algunos viejos por ahí que ya deberían usar un poquito más largo. Son bromas, estoy bromeando nada más. Sabes, hay gente que después de adultos comienzan a comportarse de manera inapropiada. Y Dios le está diciendo a la gente de la iglesia, los ancianos y las ancianas: “Mira lo que dice, maestras del bien”.

Mira cuál es una de las labores de las ancianas de la iglesia: que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos. ¿Quién debería enseñar en la iglesia cómo tratar a un hombre? Una mujer anciana: “Ama a tu marido de esta manera, quiérelo así, cuida a tus hijos de esta forma”. Esta es la enseñanza que menos se quiere a veces recibir en la iglesia. Queremos, preferimos mejor profecía, preferimos mejor, ¿verdad?, un momento emocional, preferimos únicamente la fe, la prosperidad, aquello, lo otro. Pero, ¿cómo no le vamos a enseñar a la gente: “Oye, cómo trato a mi marido, cómo trato a mi esposa”? Hay que decirle a los ancianos, los varones: “Oye, dejen las tonterías, compórtense como gente seria”. A veces cuando hablo así, me cuesta porque hay ciertas personas que se molestan.

Mira lo que sigue diciendo: “A ser prudentes”. ¿Qué tenemos que enseñarle? A ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes. Esto es para viejos y para jóvenes: “Que sean prudentes, presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras, en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir”.

Sea, tu conducta debe ser intachable para que nadie tenga nada malo que decir. Y tú, Tito, sé ejemplo para los jóvenes: “Que sean prudentes, que hagan las cosas apropiadamente”. Dice: “Exhorta a los siervos”, está hablando aquí de los esclavos, de la gente que eran esclavas: “Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones”. O respondones, perdón. O sea, que dejen de estar peleando y de quejarse. Si te dicen que trabajes 5 horas, trabaja las 5 horas. Si te dicen que trabajes 8, trabaja las 8. Dice: “No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador”.

Oiga, Pablo le está diciendo a Tito: “Esto es lo que tú tienes que enseñarle a la gente en la iglesia: cómo comportarse en la sociedad. Esa es la sana doctrina: cómo cuido a mi esposo, cómo cuido a mi esposa, cómo cuido a mis hijos, cómo me comporto con el jefe, cómo me comporto en el trabajo, cómo vivo una vida ética, cómo camino de manera tal que no avergüence al evangelio, que no esté comportándose de forma imprudente. Hermanos, hay un montón de cosas que son posibles, que son posibilidades, hay un montón de cosas que no son lícitas, pero Pablo dice: “No todas nos convienen”. Hay cosas que no debemos estar haciendo. Hay cosas en la iglesia en el día de hoy que la gente permite porque te son lícitas. Yo no puedo cuestionar la salvación de una persona porque se vista de una manera o no se vista de una forma, pero la realidad es que creo que hay momentos prudentes para vestir de una manera y momentos imprudentes para vestir de otra manera. Y tenemos que, los cristianos, saber un poco de prudencia para saber qué hacer en el momento que tenemos que hacerlo, cómo hacerlo. Y estas cosas hay que enseñarlas, tenemos que modelarlas, tenemos que enseñarlas para que el evangelio no sea una causa, o no seamos causa, debo decir, de vergüenza para el evangelio.

3 Comments
  • Samira yazigi
    Posted at 11:22h, 07 August Reply

    Hermoso sus mensajes en sana Doctrina.. Gloria a Dios 🙌

  • Wiliam Antonio Chacon Vargas
    Posted at 23:02h, 07 August Reply

    Gracias por esta palabra muchas bendiciones. Muy buena doctrina.

  • Oswaldo Monier
    Posted at 11:30h, 08 August Reply

    La Sana Doctrina Es La Enseñanza De Nuestro Señor Jesucristo Cuando Vino Al Mundo
    AMÉN 🙏🙏🙏

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