19 Aug ¿Eres un buen discípulo?

¿No será que de vez en cuando en nuestra iglesia no se trata de que no tenemos buenos pastores o buenos líderes, sino que no tenemos buenos miembros? ¿No podemos llegar también a esa conclusión? Ser un buen discípulo y encargarme también de que otro lo sea, ir y discipular. El mejor discipulado que tú tienes que hacer es en tu casa, con tus hijos, es con tu esposo, es con tu esposa, es en tu familia, es con tus vecinos. Tú y yo tenemos que tener el compromiso de discipular, de enseñar y de provocar que otra gente también decida seguirle a él y que sus vidas sean transformadas. Y esas son las marcas básicas de un discípulo.

Mire qué interesante, en estos días le hablaba a lo que le llamamos en nuestra iglesia los coordinadores de red. Son la gente que están a cargo de los diferentes ministerios dentro de la iglesia. Hablaba con los pastores, yo me reúno con ellos una vez al mes y estaba reunido con ellos y comenzamos a, podemos decir, filosofar y pensar. Y yo comencé a decirles a ellos que es bien interesante porque nosotros, como somos Fuente de Agua Viva y nuestra manera de pensar, pues siempre tratamos de ser lo mejor que podamos ser. Entonces les decía: “Miren, todos nosotros aquí estamos siempre en la meta de cómo somos mejores pastores, cómo somos una mejor iglesia, cómo trabajamos mejor”.

Cuando alguien se va de la iglesia y se va por alguna queja o por lo que sea, automáticamente nosotros nos miramos a nosotros mismos y comenzamos a pensar qué hicimos mal, qué debemos hacer mejor y comenzamos de alguna manera a hacer ese autoanálisis para nosotros ser mejor iglesia, ser mejores pastores. No hay nada malo con eso, pero eso puede crear un gran grado de culpabilidad. Entonces, después que les pongo esta premisa, les digo: “¿No será que de vez en cuando en nuestra iglesia no se trata de que no tenemos buenos pastores o buenos líderes, sino que no tenemos buenos miembros? ¿No podemos llegar también a esa conclusión?”.

Hay gente que visita la iglesia, pero que nunca llegan a ser buenos miembros. Porque tú puedes tener un buen papá. La pregunta es, ¿tienes un buen hijo? ¿O tú eres el responsable de tener un buen hijo o no se supone que tu hijo sea un buen hijo aunque tú seas un mal papá? Porque eso es una cosa bien interesante. Si tú eres un mal papá o un buen papá, eso no hace diferencia en que el que es hijo debe ser como quiera un buen hijo. Porque si tu papá es bueno, debes ser tú un buen hijo, y si tu papá es malo, debes también ser un buen hijo. Tú no puedes tomar por excusa que tuviste un mal papá y que entonces tú vas a ser un mal hijo o una mala persona. Tú tienes que decidir ser un buen hijo y tienes que ser un buen hijo como quiera. La Biblia dice: “Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen”. No importa si es bueno o es malo.

En la iglesia a veces pasa eso. En la iglesia nos hacemos muy responsables de que queremos ser lo mejor para los demás, queremos que la iglesia… Pero me pregunto yo y te preguntas tú, pregúntate en el día de hoy: ¿Eres tú un buen miembro? ¿Realmente eres un buen miembro de la iglesia? ¿Estás cumpliendo con lo que tienes que cumplir? Lo cual, entonces, vuelvo y le doy la vuelta a todos los pastores y los líderes y les dije: “Si tenemos algunos malos miembros, ¿no será que no les hemos enseñado lo que es ser un miembro? Porque si usted no sabe lo que es ser un buen miembro, ¿cómo puede llegar a ser algo que usted no sabe? Si usted no sabe lo que es y sus hijos, usted no les enseña a sus hijos lo que es ser un buen hijo, ¿cómo pretende que su hijo sea un buen hijo?”.

La pregunta es, ¿cómo su hijo va a aprender qué es ser un buen hijo si usted es qué? Un buen hijo. Su hijo va a aprender lo que es ser un buen hijo, ¿me explico? Entonces, ¿por qué yo le doy esto el día de hoy? Porque hay gente que viene a la iglesia, pero no son grandes miembros y mucho menos grandes discípulos de Jesús. Y no se moleste ni se entristezca con lo que estoy diciendo. Yo estoy poniendo la responsabilidad en nosotros también, pero tiene que haber una responsabilidad en sus vidas. Porque hay gente que aplaude a Jesús, oye la Biblia y le fascina Jesús. Pero la pregunta es, ¿eres un buen discípulo?