18 Jul Vivir separado del mundo

Por eso es que la iglesia no te prohíbe nada. Es un error decir “la iglesia me prohíbe”. A ti no te debe la iglesia prohibir absolutamente nada. Es el amor que tú tienes por Dios el que te hace a ti decir “yo no voy a caminar con esa gente”. Esto pasa con tu dinero, esto pasa con tus relaciones. Si tú no tienes una meta financiera en tu vida, si tú no tienes una meta por la que trabajar, vas a actuar como actúa el resto del mundo con el dinero: lo vas a gastar en lo que sea, no vas a tener nada por lo que vivir, no vas a tener nada por lo que hacer.

Lo que quiero que tú entiendas en el día de hoy es que cuando Cristo murió por ti en la cruz del Calvario, hermanos, y tú le entregaste tu vida al Señor y reaccionaste a la obra del Espíritu Santo en tu vida, desde ese día tu conciencia debe ser: “Sabes qué, yo soy de los llamados y soy de los escogidos. A muchos Dios les ha hecho el llamado, pocos han sido escogidos, y yo soy de los escogidos porque acepté el llamado de Dios para mi vida”. Eso quiere decir que hay algo especial para mí, eso quiere decir que hay una vida diferente, eso quiere decir que hay algo diferente, hermanos.

Y esto tenemos que entenderlo todos. Cuando tú eres de los que tienen hijos, ¿por qué tú separas a tus hijos de un montón de cosas? Porque tú los crees especiales. El que no los ve como especiales los deja hacer lo que les da la gana, lo que les da la gana, ¿no? Y tú y yo hoy tenemos que saber que espiritualmente ya eres santo, espiritualmente tú estás en los lugares celestiales en Cristo Jesús, espiritualmente tú eres redimido y redimida por la sangre del Hijo de Dios. Y Él te ve santo, Él te ve separado, Él te ve especial, Él dice: “Esto es clase aparte”. Él dice: “Sabes qué, esta persona cuando recibió el llamado y aceptó el llamado, está separado”.

La pregunta es: ¿lo entiendes tú? Y el día que tú lo entiendas y el día que tú dices: “Sabes qué, yo he sido separado para algo especial”, desde ese día vas a comenzar a depender de la gracia de Dios para separarte del mundo. Por eso es que la iglesia no te prohíbe nada. Es un error decir “la iglesia me prohíbe”. A ti no te debe la iglesia prohibir absolutamente nada. Es el amor que tú tienes por Dios el que te hace a ti decir “yo no voy a caminar con esa gente, yo no voy a vivir de esa manera, yo no voy a hacer esas cosas, me voy a cuidar”. Amo tanto a Dios y sé que Él me ha separado para algo especial que decido, a través del poder de la gracia de Dios, vencer toda la tentación para vivir separado para Él todos los días de mi vida.