31 Jul La actitud correcta.

¿Por qué reconocieron a tal persona y no a tal persona y no a mí? Dice, no te puedes alegrar de que se reconoció a otro, te puedes alegrar de que le llegó el momento a otro.

Número dos, tenemos que evitar el egoísmo, el egocentrismo, el que se fijen en mí, el que se fijen en uno, en que la gente tenga que ver y tenga que reconocer lo que yo hago. En que la gente tenga que ver y reconocer lo que hago. Usted no sabe las veces que hemos tenido algún problema, alguna dificultad aquí a veces en la iglesia porque reconocemos a una persona y otra persona piensa que teníamos que reconocerla a ella y se han ido de la iglesia. ¿Por qué reconocieron a tal persona y no a tal persona y no a mí? Dice, no te puedes alegrar de que se reconoció a otro, no te puedes alegrar de que le llegó el momento a otro, no te puedes alegrar de que otro es el que lo hace. Y si yo sirvo para que me vean a mí, entonces lo que estoy sirviendo es a mi propio ego. El apóstol Pablo dice, tienes que tener cuidado. Tenemos que tener cuidado cuando nosotros servimos y simplemente no tenemos cuidado con nuestras actitudes, y lo que creamos es contienda, lo que creamos es división, separación entre unos y otros. Nuestra actitud tiene que ser la correcta aquí en esta iglesia. Evita el chisme, evita que la gente le ponga pensamientos negativos en su cabeza. Si reconocen a otros, celebremos al que reconozcan, celebremos aquel que avanza, celebremos aquel que prospera. Disfrutemos y sepamos que al fin y al cabo yo no lo hago para que nadie me reconozca, yo lo hago para que el Dios Todopoderoso vea la obra que estoy haciendo con Él, por Él, por agradecimiento a la gracia de Dios, y es Él quien se encarga. Y si algo voy a hacer es evitar toda contienda en mi vida, dejar de ser contencioso. El apóstol Pablo dice, si ustedes se siguen mordiendo y comiendo los unos a los otros, nada bueno va a suceder.

Termino en el día de hoy dándote algunos beneficios de servir por la gracia de Dios. Es por gracia que tú sirves, es por gracia que lo hacemos y hay varias cosas que tú puedes comenzar a experimentar en tu vida y creerle a Dios que van a ocurrir en el momento que tú comienzas a servir. Número uno, nuestra actitud de servicio y de servidores nos lleva a ser cada día más como Jesús. El contexto del primer verso que te leí en Filipenses, capítulo 2, estos versos anteriores, lo que el apóstol Pablo dice es muy claro: que Jesús se humilló hasta lo sumo, dejó de ser quien Él era para servir, y en la medida que nosotros servimos, nos volvemos más como Jesús.

Número dos, nuestra fe aumenta. Nuestra fe aumenta en la medida que yo voy sirviendo, en la medida que voy creciendo en el servicio y estoy viendo cómo Dios está operando en mi vida. Mi fe se va afirmando, mi fe va creciendo, mi fe va a desarrollarse.

Número tres, uno de los beneficios más grandes que uno tiene cuando sirve es la transformación del alma. Nuestra alma se transforma, eres mejor persona cada vez que sirves, eres mejor persona cada vez que ves la necesidad de alguien y te acercas y eres capaz de ayudarlo. Tu alma se renueva, tu alma se transforma cuando experimentas. Yo soy de los que creo que todos los jóvenes de la iglesia deberían experimentar algún día un buen viaje misionero. Espero el año que viene llevar a mis hijas, y si no el otro, el siguiente, o a lo mejor este año lo podemos hacer a las dos más pequeñas. Si algo cambió mi vida y me llevó a ser hoy lo que soy, fueron dos experiencias misioneras: vivir un mes y medio en Venezuela en un momento muy difícil, y vivir un mes en Ecuador, en el lugar más pobre de Ecuador, y ver una perspectiva diferente de lo que es realmente uno poder extender la gracia de Dios a la edad de 14 años. Si algo transforma la vida de una persona y la mente se renueva, es cuando uno aprende a servir.

Pero número cuatro, nunca realmente verás más milagros más allá de tu servicio. Cuando tú sirves, Dios comienza a hacer milagros en tu vida y a través de tu vida. Es algo sorprendente.