28 May Reconocer lo secundario

La gente comienza a seguirle, la gente comienza a buscarle, pero lamentablemente, hermanos, la gente comienza a buscarle por las cosas incorrectas, por aquellas cosas que deben ser secundarias en la vida de todo creyente. Así que eso es lo primero que yo quiero que tú entiendas: mientras yo mantengo esto en perspectiva, entonces me doy cuenta de que Él debe ser el centro de mi vida y que Él debe ser el plato principal.

Cuando usted va a un restaurante, por ejemplo, ¿qué restaurante hay en Puerto Rico? De estos sencillos, son famosos por el pan. Alguien me puede decir uno, LongHorn, y ¿cuál más? Macaroni Grill, ese no me gusta tanto, pero el pan no me gusta tanto. Ah, ahí venden unos lobster ravioli buenos que los quitan de vez en cuando, pero ¿este cuál otro? ¿Cuál? Chicken Factory, fíjate ahí si tienen dos panes buenos, el varoncito ese es bueno, Olive Garden, cierto. Ahora, oiga bien, pero estoy de acuerdo, en todos estos restaurantes, uno de los atractivos que tienen es el pan. 

Ahora, ¿usted va por el pan? No realmente, usted va por el plato principal, el pan es simplemente un atractivo. No haga como el hombre que llega allí y se sienta, el pan es gratis, sí, el pan es gratis. Ah, pues tráigame solo pan, no, no haga eso, por favor. En realidad, el plato principal es otro. Usted va allí y le agrada el pan, pero sabe que va a buscar el plato principal.

En aquellos tiempos, el pan era el plato principal, uno de los elementos principales en la comida. Jesús les dice: “Sabes qué, oiga bien muchacho, yo no soy plato de segunda mesa, usted tiene que venir aquí por este pan porque realmente, si usted me come a mí, estarán satisfechos por el resto, lo demás es secundario. Cuando tú vienes a la casa del Señor, ese es el pan que tienes que comer, el resto es completamente secundario”.

Lo segundo que Jesús hace en esta ocasión es salvar a sus discípulos, mostrando compasión por ellos. Ellos se montan en una barca, aparentemente se va a hundir, y cuando se va a hundir, Jesús los salva, los defiende, los protege y los cuida. Y la gente comienza a seguirle, la gente comienza a buscarle, pero lamentablemente, hermanos, la gente comienza a buscarle por las cosas incorrectas, por aquellas cosas que deben ser secundarias en la vida de todo creyente.

Cuando nosotros miramos lo que Jesús está ofreciendo, lo que Jesús está diciendo, nos damos cuenta de que la vida que Él promete es lo que se conoce en la Biblia como la vida Zoe. Hay dos palabras en la Biblia que se traducen como vida: está la palabra bios, que es la vida biológica, y está la palabra Zoe, que es la vida de Dios, la vida de plenitud. Y Jesús dice: “Yo soy el pan de la vida, soy de la vida plena, de la vida que te da paz, de la vida que te hace sentir completo, de la vida que te lleva a ti a otra dimensión”.