17 May El te liberará de la boca del león

En un momento dado, nos hemos dejado llevar por el pecado; nos hemos dejado seducir por el mundo y, sin darnos cuenta, terminamos afuera. Pero Él llevó el pecado de todos nosotros, y es maravilloso cuando tienes el respaldo de un grupo de personas a tu alrededor. Sin embargo, nada se compara con tener el respaldo del Dios Todopoderoso, que no te va a dejar, que no te va a abandonar, que te va a buscar, que te va a perseguir y que te va a sacar de la boca del mismo león.

De tiempo en tiempo, me gusta ver videos de la naturaleza y observar las grandezas de Dios, cómo el mundo se mueve. Hace un tiempo, veía este video sobre cómo los leones y las leonas cazan. Quiero mostrarte un pequeño fragmento de un video para ilustrar un principio con el que quiero comenzar hoy. Voy a traducir algunas palabras que están en inglés para aquellos que no lo entienden, para que puedan conocer el contexto de lo que está pasando. Es un video más largo, pero solo mostraré un fragmento para que lo veas.

Soy una leona. Van a tratar de separar a un búfalo solitario de su manada. No hay margen de error. Buscan a uno que esté solo. El grupo de leones y leonas ahora lo comienzan a acosar, comienzan a cansarlo. Cuando abre sus ojos, está rodeado. La leona se lanza para matarlo, pero hace falta un macho que lo termine. Eso dice ahí, es para la feminista: siempre hace falta un macho que entre y que termine. Eso lo dijo Eli. Interesante, en realidad lo dice. Dice que la leona se lanza a tratar de hacer el primer intento, pero hace falta por lo menos 100 libras más de peso para poder tirarse encima y poderlo derribar. Y ahí es donde viene el león y entra, verdad, y termina. Interesante, muy básico, el video.

Búfalo solo, presa fácil. Hombre solo, presa fácil. Mujer sola, presa fácil. Tan sencillo como eso. Todo lo que buscan las leonas es al que está solo, al que no se da cuenta y que poco a poco se va descarriando, separándose. Y cuando está solo, entonces se puede atacar.

Mira el contraste de unos búfalos con un león y con una manada de leones. Mire este contraste en este video, lo que ocurre. Ese búfalo está solo. Es un video más largo, pero por cuestión de tiempo, ese búfalo está solo. Él trató de huir al agua, tuvo que salir porque había un cocodrilo y tuvo que enfrentar a los leones. Ahí está el león corriendo, porque los leones, los varones, corren también y lloran y fracasan también. Así que estamos todos, no siempre ganamos, verdad. Pero concéntrate en el video, aquí ahora concéntrate. Mira lo que pasa. El león comienza a darle la espalda, ya se retira. Y parece ser que el búfalo ganó y que el león se fue con los suyos, pero no es que el búfalo esté solo. Lo que el león ve es la manada que viene detrás. En esta ocasión, la manada llega a tiempo y ahora las leonas y los leones no pueden enfrentarse a toda la manada.

Hombre solo, presa fácil. Mujer sola, presa fácil. Y eso es lo que el enemigo siempre va a tratar de hacer, de alguna manera u otra, separarnos poco a poco, separarnos de Dios, separarnos los unos de los otros. Y a veces no nos damos ni cuenta, a veces poco a poco, sin darnos cuenta, nos vamos separando.

Claramente dice la palabra del Señor en el libro de Isaías, capítulo 53.Este verso, este capítulo tan poderoso, donde en el verso 5 dice que Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; que el castigo de nuestra paz fue sobre Él y que por su llaga fuimos nosotros curados. El próximo verso es aún más poderoso, porque el Señor declara a través del profeta: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros”. Todos nos descarriamos, pero Él cargó con el pecado de todos nosotros.

Todos, en algún momento dado, nos hemos dejado llevar por el pecado, nos hemos dejado llevar por el mundo y, sin darnos cuenta, terminamos afuera. Pero Él llevó el pecado de todos nosotros. Y es maravilloso cuando tienes el respaldo de un grupo de personas a tu alrededor, pero nada se compara con tener el respaldo del Dios Todopoderoso, que no te va a dejar, que no te va a abandonar, que te va a buscar, que te va a perseguir y que te va a sacar de la boca del mismo león.

Y yo no sé quién puede darle gracias a Dios por eso en su vida. Y de verdad, decimos: “¿Sabes qué, pastor? Un día me aparté, un día me separé, un día me alejé, un día me olvidé, pero allí apareció Dios. No me dejó quieto. Fui a un hotel y allí había una Biblia. Salí del hotel y me fui a otro sitio y había una hermanita Pentecostal con un micrófono gritando coritos y no me dejaba en paz. Fui a otro sitio y escuché la palabra del Señor y, de repente, un día tuve que decir: ‘Señor, me rindo a ti’”.

Y oye bien, en el día de hoy, yo vengo a hablarte del Buen Pastor, que pone la vida por sus ovejas y que no va a permitir que ninguno de los que ya estamos en el redil nos descarriamos y nos apartemos sin que Él haga lo necesario para volver a salvarnos, para rescatarnos. Yo te voy a hablar del Buen Pastor.